Cuentos Clásicos Modernizados Yaoi

El Jóven Tritón - Primera Parte.

El sol, la brisa marina y esas fascinantes olas que golpeaban la arena. Sin duda era el día perfecto para surfear, aunque para Evan casi todos los días lo eran. La única forma de que un día no fuese perfecto para montar una ola en su tabla y dejarse llevar por el mar, era que estuviese lloviendo. Él era un joven alegre enamorado del mar. Amaba tanto relajarse y sentir el viento acariciar su piel mientras montaba su tabla. Tenía un gran sentido de la aventura, le encantaba explorar lugares nuevos y correr riesgos. Aunque para la mayoría de las personas que lo conocían, solo era un simple vago irresponsable, y tal vez algo soñador. Podría decirse que era un chico problema, aunque en realidad no se metía con nadie.

Vivía con su padre muy cerca de la playa, solo eran ellos dos. Evan amaba demasiado a su padre y sabía que su padre también lo amaba, después de todo solo se tenían el uno al otro. Pero aún así su relación no era muy buena, pasaban discutiendo constantemente, sobre todo por la actitud del chico, quien aparentemente no se tomaba nada en serio. Su padre, Patrick, sabía que no podía recriminarle mucho, ya que él había sido igual que su hijo en su juventud. Sin embargo, no quería que Evan cometiera sus mismos errores, deseaba que fuese diferente a él, pero el joven castaño de ojos color ámbar, simplemente no quería entender. Pasaba perdido en su mundo donde solo eran él y el mar.

— ¿Vas a surfear otra vez? Deberías ponerte a estudiar niño, todos por aquí saben que estás a punto de repetir el curso — comentaba el viejo Smith, aunque lo decía solo para burlarse de él. Era un hombre de casi sesenta años que se dedicaba a hacer y vender tablas de surf, y de vez en cuando iba a pescar en su viejo bote.

— Sólo dame mi tabla, no necesito que tú me andes sermoneando, suficiente tengo con mi viejo.

— Cómo quieras — respondió el hombre de barba canosa mientras le daba al muchacho su tabla.

— Gracias — con su tesoro en sus manos corrió hasta la playa. Se quedó un rato disfrutando del paisaje y del viento — esto es vida — sonrió y se metió al mar. Observó atentamente las olas hasta que encontró una que quería montar, por lo que fue por ella sin dudarlo dos veces y no fue muy difícil hacerlo. Disfrutaba al máximo, nada lo hacía más feliz.

Todo iba genial, montaba ola tras ola relajándose y siendo él mismo. Hasta que de repentinamente apareció una ola gigante. Ni siquiera supo que pasó, solo que de un momento a otro estaba despertando sobre la arena y escupiendo agua salada ¿La ola lo había hundido? Sabía que casi se había ahogado ¿Como era que estaba vivo? Abrió los ojos lentamente y recorrió el lugar con la mirada, parecía estar totalmente vacío y no reconocía esa parte de la playa. <<¿Donde demonios estoy?>> Pensó. Le dolía un poco la cabeza, por lo que se la acarició. Entonces miró el mar atentamente y la pareció ver cómo alguien se había asomado y sumergido rápidamente. Había sido algo muy extraño.

— ¿¡Hay alguien ahí!? — preguntó gritando en dirección hacia aquel lugar, y como nadie contestó comenzó a nadar hacia allá — ¿Estaré alucinando? ¿Me habré golpeado muy fuerte la cabeza? — preguntaba para sí mismo en voz alta.

— ¡No te acerques! — de forma muy repentina un chico de cabello negro y ojos azules había salido de bajo el agua y extendía su mano hacia él para evitar que avanzara — ¿Me harás daño? — Evan frunció el ceño, ese chico era muy raro.

— ¿Por qué te haría daño? Ni siquiera te conozco — respondió.

— Bueno, me han dicho que eso es lo que hacen los humanos.

<< Definitivamente está loco>>

— ¿Y tú no eres humano? — cuestionó levantando una ceja — ¿Me harás daño?

Al escuchar aquello, el joven desconocido pareció haberse sorprendido por algo y luego sonrió, aunque se notaba algo nervioso — Cierto.... soy un humano.