Capítulo 13. Azul

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— No, me niego rotundamente a mentir en esta situación—me dice Axel mientras se sienta a mi lado en la cafetería— ¿Te das cuenta de lo que me estás hablando? Eres tú y un tipo al que no conoces bien, lamento lo de tu amiga y lamento que no hayas tenido la confianza suficiente para contármelo antes, pero yo creo que es una mala idea.

— Axel, eres mi mejor amigo y de verdad esperaba tu apoyo—mezo un poco a Kian que tengo en brazos, está cubierto por una pequeña y delgada manta— Solo míralo y dime si no hicimos lo correcto.

Mi amigo se limpia las manos en su mandil para evitar ver al bambino— No lo haré, sabes que tengo cierta debilidad por los bebés. Y no estoy diciendo que hicieron algo malo, el cómo lo quieren hacer es lo que está mal.

Retiro la manta dejando un poco expuesto a Kian que inmediatamente abre sus ojitos, ¡Es tan hermoso! Cada vez que lo miro roba un pedazo de mi corazón.

— ¡Dios! Ya lo vi—se lamenta Axel cubriendo su cara.

— No hay forma de desverlo—le digo riendo un poco, el bambino parece curioso viendo todo alrededor.

La cafetería está vacía y no pude llegar en mejor momento, Axel solo me escucha mientras niega con la cabeza, desde que comencé a narrarle la historia del bambino me dijo que algo podía salir mal.

— Es tan chiquito—se acerca para verlo bien y solo suspira de forma pesada— Tienes una mamá extremadamente chantajista y persistente, solo por eso les voy a ayudar, no le diré nada a nadie, ni siquiera a Ems, pero debes prometerme y ahora te estoy hablando a ti Azul, que si en algún momento necesitas mi ayuda vendrás sin dudarlo a buscarme—asiento completamente feliz mientras lo abrazo con cuidado de no aplastar al bambino.

— Odio mentirle a Ems, pero lo mejor es que nadie lo sepa y por cierto ¿Me prestarías las lleves de mi departamento? —las perdí ayer, ahora es él quien se ríe a carcajadas.

— Claro—saca el juego de su bolsillo derecho del pantalón y me lo entrega— Le saqué una copia, pero ya no las pierdas, compra ese llavero gigante—me recuerda entre risas.

— Sí, lo prometo.

— Lamento tanto que tengas un papá tan idiota—le dice a Kian cuando me lo quita delicadamente de los brazos, Axel luce tan seguro en su forma de tomar al pequeño.

— Jayden no es un idiota—le recuerdo— Solo ha recibido noticias fuertes en poco tiempo.

— ¿No me digas que caerás en el cliché de "Su pasado lo justifica todo"? —su pregunta me hace pensar un poco antes de volver a hablar, no quiero poner más problemas sobre la mesa, no ha pasado mucho desde que tenemos al bambino, debo hacer nuestra convivencia más sana.

— No lo justifica, pero sí es saber los antecedentes de su comportamiento actual, no es que debas perdonar todas sus estupideces solo las entiendes mejor. Justificar y entender para mí no son lo mismo.

— Entonces solo eres la típica chica lista con un enamoramiento por el capitán del equipo de americano.

— ¿Quieres dejar de burlarte? No pedí esto.

—Que me lo confíes a mí es bueno para mi ego.

— No hables de egos hasta que conozcas a mi Fratello, William tiene una alta opinión de sí mismo.

— ¿Es al hermano que no conocí ese día en lo de Emily?

— Exactamente.

— Tengo una pregunta buena—me dice jugando con las manos de Kian.

— Dispara.

— ¿Vainilla o chocolate?

— Siempre la vainilla, pero eso ya lo sabías.

Todo por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora