Capítulo 4. Jayden

61.8K 3K 191
                                    

Cuando el sonido del despertador resuena por toda mi habitación sé con certeza que es hora de levantarme, pero aun así tomo la opción más viable que es seguir durmiendo. No creo que cinco minutos más me perjudiquen en algo, comienzo a buscar el celular desesperadamente con la mano para posponerlo, no logro sentirlo y el sonido no para de perturbar mis sueños.

— ¡Maldito sea quién inventó el despertador! —Grité al tener que levantarme y revolver las sabanas de mi cama para finalmente encontrarlo en el buró que está a lado.

Si tan solo este lugar tuviera un poco de orden, sería condenadamente más fácil. Pero no, siempre he encontrado orden en mi desorden y creo que estoy bien por el momento, de todas formas, el departamento no dura en ordenado ni una semana.

Desbloqueo la pantalla del celular para ver la hora ¡7:30 a.m.! Por un demonio, voy a llegar a tarde, de nuevo, si bien no es raro que Jayden Ferreira llegue tarde a las clases esa no era mi intención en estos momentos, ya que el día de hoy se aplica un examen supuestamente importante. No puedo volver a reprobar esta materia, es muy importante para poder seguir con el futbol americano.

Entro al baño para darme una ducha extremadamente rápida y vestirme con unos pantalones que tuvieron mejores días al igual que la camisa elegida, para finalizar uso mis botas estilo militar y chaqueta negra, aún recuerdo cuando me la regaló Vanessa, fue en mi cumpleaños pasado, uno de los regalos más importantes que he recibido y lo único que me queda de ella. Vanessa dejó a muchas personas lastimadas, mis padres nunca se enteraron de su embarazo porque no pude traicionar su confianza, sin embargo, la buscaron como locos los primeros cuatro meses.

Dejo por la paz esos pensamientos que solo me ponen de mal humor y cuando creo que estoy listo salgo tomando mis llaves cerrando la puerta del departamento. Bajo los escalones de dos en dos al tiempo que arreglo mi cabello castaño con los dedos y coloco mi mochila sobre el hombro, llevo lápiz, cuaderno y mi presencia. Con todo eso debe bastar.

Puedo decir que no me arrepiento de la fiesta de anoche, fue un buen rato con conocidos y hubo un buen sexo. Fin de la historia. No podría arrepentirme de algo que no recuerdo bien de todas formas.

Al llegar al estacionamiento del edificio subo a mi motocicleta poniendo la máxima velocidad que puedo utilizar en estas carreteras. La sensación de vida regresa a mí cuando el viento golpea mi rostro. Soy tan libre como siempre quise serlo. Solo que en medio de este momento no puedo evitar sentir un vacío.

Unos minutos más tarde de estacionar mi motocicleta en la universidad me veo obligado a tocar la puerta de la clase ya que no se escucha nada. Abro y pregunto lo mismo de siempre solo que ahora con una pizca de culpa— ¿Me permite pasar?

— Señor Ferreira, llega tarde de nuevo—La postura del señor Ramírez podría parecer imponente junto con ese cabello canoso y traje de vestir, pero al final de cuentas es una persona demasiado amable.

— Lo siento, tuve un problema familiar—si no soy puntal no seré honesto y menos cuando necesito endulzar la verdad, no es tanta la mentira, sí tuve un problema solo que no fue uno familiar. Solo por pedir cinco minutos más de sueño.

— Pase y espero que haya estudiado porque tiene medio punto menos por llegar tarde.

Bueno, medio punto menos de los demás que ya tenía. Genial.

Mi lugar habitual está al lado de Susana una muy pero muy buena chica de no precisamente sentimientos. Pero sí de físico. Con su cabello oscuro y mirada seductora podía obtener lo que quisiera, sí, incluso a mí, aunque sea solo por unas horas.

Al pasar por los lugares esta vez observé a los demás, pude notar unos ojos verdes seguir mi camino y giré la vista a la dueña de tales ojos. Es princesa, usa anteojos que la hacen lucir inteligente. Jamás presto demasiada atención a las personas que no son de mi círculo social, no tenerla rondando con Vanessa ha sido difícil, nunca nos llevamos bien realmente, posiblemente sea una asesina serial y yo creyendo que es linda.

Todo por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora