《Esto está mal》

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—Date un baño, mientras yo preparo el desayuno —  Finalizó para luego salir de la habitación.

— Dios soy un desastre, el Señor Adrien me matara.

La Oji-azul estaba apunto de entrar al baño, cuando su celular empieza a sonar, dando avisó que tiene una llamada entrante, la azabache rápidamente lo agarra, mirando el contacto en la pantalla y al percatarse de que era su jefe, su corazón empezó acelerarse, con los nervios a flote deslizó su dedo sobre la pantalla táctil dando a contestar la llamada.

— B-buenos días Se-Señor Adrien — hablo con voz temblorosa.

— Señorita Marínette — la voz ronca de su superior llamándole le hizo estremecer a la Oji-azul — al parecer se le hizo tardé.

—Y-yo lo la-lamento— se disculpa la azabache, tratando de poder controlar sus nervios— le prometo que no volverá a pasar señor.

—Solo está vez, se la dejaré pasar señorita Marínette, quiero que tenga en mente que para la próxima, ni se moleste en ir ala empresa.

—Si señor...

—Bien, ahora que ha quedado claro,  deme la dirección de su casa— ordena el Oji-verde— pude buscarlo en su archivo, pero por el momento no me encuentro en la empresa.

—Disculpe señor, pero —muerde su labio— ¿Para qué necesita mi dirección?—pregunta la azabache.

—pasare a recogerte, asistiremos a una comida muy importante, así que apresurese y no me haga perder mi tiempo.

-si señor, mi di...—fue interrumpida.

—Por mensaje— Fue lo último que dijo, para luego colgar-.

—Diablos.

[...]

La Oji-azul salía de la habitación, vestida con un pantalón gris pegado, con una blusa blanca, acompañado de un saco color rosa pastel, en su cabello adornaba un liston rosa la cuál sujetando la coleta y en su calzado unas zapatillas negras.

—Que hermosa Coletas— halago su compañera, provocando una sonrisa en la azabache — ya está el desayuno.

—Muchas gracias Lila, pero no tengo mucho tiempo, el Señor Adrien, me marcó.

—¿Te regaño?—Pregunto con nerviosismo.

— Un poco, pero no importa — sonríe —tengo otra oportunidad y en cualquier  momento pasará por mi, al parecer tiene una junta por fuera.

—Esta bien, pero por mientras desayuna.

—si.

La azabache se sentó en la mesa y empezó a comer, sin embargo a la quinta cuchara, se escuchó la bocina de un carro.

—Creó que tú jefe ya llegó.

—Si, bueno me tengo que ir —se levanta— te veo en la noche — se despide.

[...]

—Buenos días señor — saluda la azabache con una sonrisa, esperando el saludo de vuela o por lo menos una sonrisa, pero lo único que recibió fue una mirada neutra de su jefe.

—Sube al carro.

La azabache asintió y sin mas que decir, entro al auto.

—Cinturon —mencionó le Oji-verde

—uh si — se coloco el cinturón de seguridad.

El Oji-verde soltó un suspiró, para luego dar marcha al carro.

I Love My Secretary Where stories live. Discover now