Capítulo 37. El rugido de un león

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—Alison, esto puede significar el final de una historia y el principio de todas las demás—explicó Edmund.

—Acepto.

Alison se tomó el pulso de nuevo, no podía dejar de mirarse las manos, estaba temblando, se hallaba a unos escasos metros de la tarima de la plaza central del reino, escondidos bajo una carpa de tela amarilla y roja, aguardaban los hijos de Astan ...

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Alison se tomó el pulso de nuevo, no podía dejar de mirarse las manos, estaba temblando, se hallaba a unos escasos metros de la tarima de la plaza central del reino, escondidos bajo una carpa de tela amarilla y roja, aguardaban los hijos de Astan a la señal de Lord Neville.

Habían pasado una semana desde que Alison había aceptado encabezar la próxima guerra en contra de Caspian, se habían preparado para ese día, el día en que serían presentados ante el pueblo como los hijos de Astan y a ella como la verdadera reina de Narnia, proclamada por La Espada De Cristal.

Sabía que decir, lo había leído más de una vez y en todo caso lo volvería a hacer, Alison miró el papel que escondía bajo la manga derecha del lego vestido azul metálico mientras sus labios repetían nerviosamente y en susurro el discurso que Lord Neville y Edmund habían escrito para que lo dijese al pueblo de Narnia, impulsándolos a combatir para ella y Astan.

Alison era la imagen de la guerra en contra del rey Caspian, eso estaba claro, pero, ¿acaso ella se dejaría manipular por Lord Neville y el rey Edmund?. ¿Acaso sería solamente eso?. Una simple imagen.

—Conozco al mal, lo conozco tan bien que sé distinguirlo aún cuando se oculta detrás de una piel de oveja—Edmund hablaba en la tarima a lado de Lord Neville para abrirle paso a la ceremonia de presentación—. Si, yo soy un hijo de Aslan, sin embargo también soy un rey de Narnia, y como todo buen rey deseo la paz de mi nación, por eso es que vengo hoy aquí ante ustedes—continuó Edmund con todos los ojos sorprendidos de la gente ante la separación de los reyes de antaño—. Mi hermana ha desaparecido, y ellos no han movido fuerza alguna para encontrarla, eh visto lo que el rey les ha hecho, enviando a sus hijos a la guerra. El rey que está en el trono se ha convertido en nada más que una enfermedad para esta nación, una enfermedad que se seguirá extendiendo, como una epidemia nos irá matando a uno por uno, pero como toda enfermedad, tiene su cura...

Edmund hizo una pausa y miró hacia la carpa donde se encontraban los hijos de Astan aguardando por esa señal para prepararse a salir a escena. Alison lo miró, se veía como todo un rey con esa corona plata que tenía puesta y ni que decir de esa capa azul marino con detalles grises. Sin duda alguna, Edmund era el reflejo de un gran rey, Alison deseaba que si llegaba a ser reina de Narnia ella sería como él.

—¡El rey Caspian nos llama blasfemos!—exclamó con odio Lord Neville y con ese poder en la voz que tenían los lideres religiosos para convencer y cegar a miles de personas—. Por que nuestro Dios es diferente al de ellos, nosotros no negamos la existencia de Aslan, ¡queremos el reconocimiento de la existencia de Astan!. Nuestro Dios es grande, nos ha dado la bendición de traer a sus hijos a la tierra—de inmediato la gente comenzó a susurrar sobre el tema pues los rumores habían llegado desde hace varios meses al reino—. ¡Y ellos están aquí!. ¡Hoy!. ¡Para mostrarnos sus dones!. ¡Los hijos de Astan!.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora