La cafeína es mala, y el alcohol también

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Notas: Perdón por el retraso, no pude escribir nada, bla, bla, bla. ¿Para qué explicar más? La vida me odia, yo lo sé, ustedes lo saben, everyone know it :'v


Las dos semanas siguientes al incidente del "fantasma", Tweek y Kenny se vieron obligados a reducir sus visitas a la casa donde se reunían con Craig. En esos catorce días, solo pudieron realizar la visita unas cinco veces. Gustavo los tenía muy vigilados, si hacían algún movimiento o mantenían una conversación muy extensa, sospechaba de inmediato.

Kenny refunfuñaba que estuviera perdiendo su oro, algo que no le estaba gustando nada. Cada día que pasaba eran pequeñas piezas de oro puro tiradas a la basura, pues Craig no conocía el concepto de "juntar para pagar todo de una vez". Pero gracias a esos días donde no se iban de caminatas, logró asegurar su dinero en otro escondrijo bajo su tienda de acampada.

Tweek por su parte extrañaba mucho más la presencia de Craig. Era increíble cómo llegaban a unirse las personas. Apenas lo conocía desde hace poco más de un mes y ya extrañaba tantísimo su presencia, su voz, esos ojos, y esa sonrisa que... Cuando su tren de pensamiento lo traicionaba, sacudía la cabeza para despejar las ideas.

- ¿Admitirás que estás enamorado? -preguntó Kenny una noche, mientras hacían guardia. Hacía pocos días un grupo de guardias había enfermado, por lo que la vigía debía repartirse entre cualquier persona que supiera, o no, agarrar un arma. Y obviamente, eso incluía a Tweek.

- ¡Kenny! Ya hablamos de eso. -se quejó el rubio más bajo, haciendo lo posible para no alzar la voz y que nadie más los escuchara.

- Tweek, cuando hablas con él le haces ojitos. Es lo mismo que hago yo con mi oro. -se quejó Kenny, encendiéndose un cigarrillo.- La diferencia es que yo no puedo tener sexo con mi oro-

- ¡Por Dios! -le dio un pequeño pisotón al suelo, indignado. Necesitaba un buen trago de café.- De-deberías dejar de hacerte ilusiones, no siento n-nada por él.

- ¿Ah, no? ¿Y por qué te tiembla la voz cada vez que tocamos el tema?

- Ha-hace frío.

- Estamos en verano, Tweek...

- ¡Vete a la mierda!

- ¿A quién crees que engañas? -Kenny dejó escapar el humo de su cigarrillo.- Él es lo que tú más quieres. Ocultarlo tratas, es hermoso lo que sientes... -mientras hablaba, empezó a chasquear los dedos, como si estuviera siguiendo un ritmo musical imaginario.- No lo disimules...

- ¿Por qué estás cantando? -preguntó Tweek, asustándose un poco por la actitud del rubio mayor.

- Tengo muchos talentos, Tweeky. Quizás cuando vuelva pueda hacer mi propia obra de teatro. Un personaje estará basado en ti.

- Agh, por favor... No estoy enamorado de Craig, ¿d-de acuerdo? ¡Y no me digas Tweeky! -con esto último, Tweek le dio un pequeño codazo a Kenny.

- Como sea, espero que ese indio no me defraude.

- Es un Inca... -murmuró con cierto enojo el menor.

- Lo que sea... 

Se quedaron un largo rato en silencio, hasta que Kenny volvió a hablar.

- ¿Y tiene familia o algo?

- ¿Por qué ese interés de repente, Kenny? 

- Pues, curiosidad. -se alzó de hombros, mirando al frente, a la espesura de la selva.- ¿Qué tal la llevan con la familia? ¿Tienen hijos entre hermanos?

Tweek puso los ojos en blanco y negó con la cabeza.

- ¿Por qué pones esa cara?

- Pues... hasta donde sé, tiene una hermana...

En lo profundo de la SelvaWhere stories live. Discover now