En lo profundo de la Selva

"Deja de mirarme así".

¿Soy mala gente por hacer que se enojen con Kenny, para después hacer que lo quieran, y finalmente mostrarlo como un traidor? Seguramente, pero me encanta <3

- ¿Entiendes esto? -preguntó Tweek a Craig.- Intenta leerlo tú.

Craig bajó la vista al libro y asintió.

- "Buenos días, majestad." -Craig hizo una pequeña pausa.- "Os traigo en nombre de mi amo el Marqués de Carabás -pues fue el nombre que primero se le ocurrió- este conejo". -al terminar de leer levantó la vista hacia Tweek, como si esperara una reacción.

Tweek asintió con una sonrisa alegre en su rostro y señaló la siguiente línea. Pasó una semana entera desde que Craig tuvo el exabrupto con el café de Tweek, y como ahora Tricia había instaurado una ley marcial de no permitirle salir en ningún momento, la verdad que Craig se aburría mucho.

Por eso, Tweek optó por avanzar más en las clases de idioma para Craig. Primero escribía oraciones y palabras al azar, posteriormente, con ayuda de Kenny terminó por escribirle varios relatos infantiles que sirvieran para empezar a leer. Era un pasatiempo que consumía bastante tiempo de Craig, pero no interfería con sus labores como Inca.

Al menos, Tricia no permitía que eso pasara. A la hora correspondiente, ella se llevaría a Craig para cumplir sus tareas y no había pero que valiera. Craig había mejorado mucho. Ahora podía articular mejor ciertas frases, incluso aprendió a contar hasta cuarenta. Tweek estaba bastante orgulloso de su alumno.

Debía admitir que a veces era un poco difícil concentrarse. El primer día de clases resultó difícil. Estar en la cama de Craig no fue una buena idea, porque no pasaron ni diez minutos que el Inca ya estaba besando el cuello de Tweek queriendo atención. Por eso preferían estar sentados en el suelo, uno frente al otro. Al menos así no habrían interrupciones...

... más o menos.

- Por ahora está bien. -dijo el rubio.- Descanso.

Estar en esa ciudad también sirvió para pulir un poco más el aprendizaje de Tweek. Siempre se le dieron bien los idiomas, así que aprenderlo rodeado de su gente fue lo mejor que le pudo pasar. Aún habían cosas que no comprendía, pero podía sostener una conversación básica con Craig o algún otro ciudadano.

Se quedaron mirando un momento, hasta que Tweek apartó la mirada. Se le hacía difícil mantener los ojos en Craig cuando éste lo miraba de esa forma tan dulce. Craig aprovechó el descanso para deslizarse y llegar al lado de Tweek, teniéndolo más cerca todavía. Lo vio con intenciones de apartarse, pero al agarrarlo de la cintura se lo impidió.

- Tweek. -le dijo al oído, para después murmurar algo en su idioma.

Con frecuencia, Craig hacía eso. Cuando estaban solos murmuraba cosas que Tweek aún no había comprendido porque no era idioma básico, y eso lo desesperaba un poco. Sabía que Craig no lo insultaría, además el tono usado no era ofensivo en absoluto. Le daba un poco de vergüenza preguntarle a alguien más sobre eso.

Probablemente Craig esperaba que Tweek se diera cuenta sólo en algún momento. ¿Pero qué podía significar "Kuyakuykim[1]"? O "sunquypim apakuyki"[2]. O sino la más reciente y el apodo favorito del Inca al parecer: "Sunquchallay"[3]. Todas esas palabras eran un misterio para el rubio, pero algo en esas palabras lo hacían sentir bien.

Probablemente era el tono dulce con el que Craig hablaba.

- ¿D-deberíamos seguir con el libro? -preguntó el rubio alzando el libro entre ambos,  impidiendo así que Craig cortara distancias para darle un beso. Le hizo gracia ver al Inca haciendo pucheros.