Capítulo 7

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Como le pedí a mi padre ahora la seguridad es mayor. Por lo tanto, es más difícil poder ver a Amir. Aun así me encuentro bajando las escaleras. Camino hacia su habitación y esta vez los guardias están despiertos y atentos. En cuanto me ven se levantan de sus sillas y hacen una pequeña inclinación.

—Su excelencia, ¿Qué hace aquí?— pregunta el más alto.

—Quiero ver a Amir, déjenme pasar.

—No creo que a su padre le guste eso.

—Bueno yo no voy a decir nada, ¿y ustedes?— los mire fijamente

—Claro que no, pase.

Asentí y camine hacia la puerta. La abrí y camine hasta estar en el medio de la habitación. No me senté en la silla como era de costumbre, me quedé allí de pie y con los brazos cruzados. Esta vez al parecer ya me estaba esperando. Acomodo las almohadas y se sentó en la cama.

—No has venido estas noches— dijo

—No lo creí conveniente.— por mi tono de voz era evidente que no estaba contenta.

—¿Qué pasa?

—¿Quién era la mujer que vino a visitarte?

El se sorprendió por la pregunta.

—¿Cómo sabes de ella?

—Esa noche si iba a visitarte. Pero ella ya estaba aquí .

—¿Estás celosa?— lo mire indignada

—Claro que no, no cambies de tema.

—Si la vuelves a ver no te acerques es peligrosa.

—Eso lo sé, escuche la conversación. Como también escuche sobre una venganza.— su cuerpo se tensó al oírme.

—No existe ninguna venganza.

—No lo niegues Amir, escuche todo.— dije suponiendo que no habían hablado nada antes de que yo llegara.

—No quiero hablar de eso.— dijo mirando hacia algún punto en la habitación.

—¿Sólo eso dirás?— pregunte, estaba enojada. Lo dejo quedarse, cuido de él y así me paga.

—Me iré mañana.— soltó sin más. Con esas palabras me olvide de todos los reproches y de mi enojo.

—¡Qué!— casi grite

—Me iré, ya no puedo estar aquí.

—Te iras para cumplir esa venganza verdad.— dije sin saber que más decir.

Él se veía impotente. Se levantó de la cama y al parecer sus heridas estaban bien. Me asusto lo que eso significaba.

—Escúchame Laia, intento protegerte.— cada ves se acercaba más

—No quiero que me protejas, ya hay guardias para eso.— susurre, sentía mis ojos aguase

—Mi familia es peligrosa. Tengo que ir con ellos para que no te hagan daño.— estaba tan cerca, acaricio mi rostro cerca de mis labios.

—No te vallas, nunca había sentido esto. Estas noches han sido increíbles.— supliqué

—Tengo que hacerlo, es lo correcto.

Lo mire, sus ojos al igual que los míos estaban aguados. Subí mi mazo y acaricié su pómulo izquierdo donde tenía una pequeña cicatriz. Con mi dedo pulgar acaricié su labio inferior.

—Se siente correcto estar juntos.— susurre.

—Lo sé, pero no puedo quedarme. Las cosas se van a complicar. Tu coronación está cada vez más cerca y eso tiene a mi familia inquieta. Ellos son capaz de cualquier cosa.

—Puedo sentir cuando estoy contigo eso es lo único que me importa.

Él no dijo nada más. Acabo la distancia entre nosotros y junto sus labios con los míos. Al igual que él yo moví mis labios y eso provocó una sensación indescriptible. Abrí un poco mis labios y él aprovecho para explorar mi cavidad bucal con su lengua. Nuestras lenguas bailaban entre ellas, sólo existíamos nosotros.

Al separarnos él puso sus manos en mi cintura y yo mis manos en sus hombros. Nos miramos durante lo que parecieron horas.

—No te vallas.

Él cerró sus ojos y el agarre en mi cintura se hizo más fuerte. Luego junto nuestras frentes.

—Es por tu bien.

—Yo estoy segura aquí, nada va a pasarme.

—Eso no puedes saberlo.

—Yo no sé muchas cosas pero sigo aquí contigo.

Él no contesto. Sabía que tenía razón, él tiene muchos secretos y yo todavía no sé si confiar totalmente en él pero aún así sigo aquí.

Besó mi frente y se alejó.

—Tienes que irte.— dijo cuando se dio la vuelta y no podía mirarme.

—Así no vas a alejarme.

Él suspiró pero no dijo nada.

—Bien, me iré pero no creo que con tu familia estés a salvo. Ellos me quieren a mi y eso lo sé. — sin más que decir me fui a mi habitación.

Había sido una noche intensa. Y yo estaba inquieta, no sabía si cuando estuviera con su familia cambiaría de opinión acerca de esa venganza. O si cambiaría de opinión acerca de mí.

Dios salve a la reina Where stories live. Discover now