Roma, antes de la segunda parte.

23K 535 84
                                    

Caminamos por el puente hasta el Castillo de Sant'Angelo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminamos por el puente hasta el Castillo de Sant'Angelo. Las farolas están encendidas y no hay muchos turistas porque es algo tarde. Ya habíamos ha entrado a verlo esta mañana, pero ahora estábamos aquí, intentando volver al metro para así poder llegar al hostal.

— No me importaría vivir aquí —digo—, es muy bonito.

— A mí tampoco —responde él.

Y es que, si él quería, podríamos formar una vida aquí porque yo no pertenecía a ninguna parte. Mi corazón no estaba en Florida, mi corazón estaba aquí, conmigo.

Lo único que me unía a Florida era mi familia, amigos y él.

Tardamos en llegar al metro porque antes tenemos que pasar por el Vaticano y nos quedamos un rato abrazados en unos escalones admirando la plaza de San Pedro.

Apenas quedaban unos días para que él se fuera y no quería. No quería verlo tras una pantalla y no poder estar con él, sin embargo, había sido mi decisión.

Llegamos a la habitación del hostal y voy al baño mientras Jared cierra la puerta. Me quito los zapatos y salgo para ver que está sentado en el borde de la cama con el móvil en su mano.

Me acerco a él, metiéndome entre sus piernas y el móvil deja de tener importancia porque lo deja a un lado cuando estoy dejando que el vestido caiga por mi cuerpo.

Las yemas de sus dedos pasan por mis piernas desnudas y sus labios se posan en mi abdomen.

Me siento a horcajadas encima de él y Jared mete un mechón de pelo tras mi oreja.

— Te quiero —dice—, lo sabes, ¿no?

Asiento y dirijo mi boca a la suya para besarlo. Sus labios se funden con los míos y sus brazos rodean mi cuerpo.

Echo de menos el piercing de su lengua, así que, paso mis manos por los piercings de sus pezones.

Me separo de él y le quito la camiseta para así poder tocar su piel. Su boca no tarda en estar sobre la mía de nuevo y nuestras lenguas se encuentran. Sus labios bajan por mi barbilla hasta llegar a mi cuello, por lo que echo un poco mi cabeza hacia atrás para que él lo bese.

Ningún chico había conseguido hacerme sentir lo que Jared. Tenía veintitrés años y siempre había pensado que tendría que esperar mucho para que llegara alguien que me hiciera tocar las estrellas, también porque pensaba que el amor no existía hasta que lo conocí. Hasta que su cuerpo atrajo al mío y con ellos nuestros sentimientos salieron a flote.

Su lengua recorre mi clavícula y cierro los ojos disfrutando. Sus manos van al cierre de mi sujetador y sonrío cuando él, con facilidad, lo suelta y dejo que caiga por mis brazos hasta que está fuera de mi cuerpo.

Pongo mis manos en su pelo cuando su boca se dirige a uno de mis pechos y muerdo mi labio con fuerza, sabiendo que le quedan pocos días aquí y tenía que aprovechar cada momento.

Jadeo con sorpresa cuando él se levanta y me abrazo a su cuello y mis piernas rodean su cintura. Apoya una pierna en la cama y me deja dulcemente en ella para después, echarse sobre mí y besarme.

Sonrío en sus labios y rodeo su cuerpo con una de mis piernas, haciendo que él pasee su mano por mi muslo, a su antojo.

— Te sobran los pantalones —murmuro en sus labios.

Shhhh —me besa—, todo a su tiempo, bellísima —dice en italiano haciéndome reír un poco.

Esa noche, el camarero no había dejado de llamarme bellísima haciendo a Jared alzar sus cejas y mirarme preguntándose si era un fantasma, porque el camarero solo tenía ojos para mí. Después, había estado imitando la voz del camarero toda la noche mientras paseábamos.

Nos encargamos de besarnos y tocar nuestros cuerpos hasta que Jared se quita los pantalones y me atrae hacia él. Estoy casi encima de él, con una de mis piernas tocando su miembro. Mis dedos pasan por el piercing de su pezón y bajan hasta llegar al borde de su bóxer. Quito mi pierna y paso mi mano por encima, notando lo animado que está ya.

Su boca no deja la mía ni siquiera cuando aparto su bóxer y mi mano se encarga de darle placer. Él gime en mi boca y me separo para deshacerme de la prenda con su ayuda. Pongo mi boca en juego y él pone una mano en mi pelo. Lo miro y me encuentro con su mirada llena de deseo. Él echa la cabeza hacia atrás y gime.

— Para —dice—, para —me hace una seña para que me suba encima de su cuerpo y lo hago cuando me quito la ropa interior.

Guio su miembro a mi entrada y bajo haciéndolo gemir. Me muevo lentamente y él pasa sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis pechos. Pasa sus dedos por ellos y después baja a poner sus manos en mi cintura.

Apoyo mis manos en su pecho y él baja sus manos a mis piernas. Me muevo y mi pelo llega a su cara. Me río porque él intenta que no se le meta en los ojos y me lo ato en una cola alta.

— ¿Mejor?

— Mucho mejor.

Le sonrío y me apoyo sobre su pecho. Jared me abraza y empieza a moverse él haciéndome jadear en su oído.

Él nos da la vuelta sin soltarme y me río, haciendo que él tenga una bonita sonrisa en su rostro, esa que no me cansaba nunca de ver. Lo beso mientras él entra en mi y cuando llego a mi orgasmo, me agarro a sus brazos porque él está de rodillas mientras sujeta mi cintura y me atrae hacia él. Jadeo y se echa sobre mí de nuevo mientras aprieta su mandíbula para después gruñir y entrar con fuerza en mí.

Pongo una mano en su nuca y lo observo. Su rostro llegando a su orgasmo y con ello, a su liberación. Beso su sien una y otra vez y lo abrazo.

— Te voy a echar de menos —dice.

— Yo también.

Me besa y se separa de mí para levantarse. Lo hago también y voy al baño junto a él para asearme. Al final de la noche, estábamos abrazados mientras la luz de la luna entraba por el balcón. Las yemas de sus dedos acarician mi brazo y siento como el cansancio está venciéndome.

— Prométeme que volverás en un año —dice.

— Te lo prometo. 

Esta es una escena de cuando Jared estuvo en Italia visitando a Grace. La he subido para que no desespereis mientras subo capítulo. Aún os queda muchas cosas por ver de lo que ha pasado, así que, paciencia y disfrutad 👯


d'st hot scenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora