Detrás de la puerta

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Esta experiencia me la contó otra de las chicas después del examen del que hablé en el amigo imaginario. Llamaré a la protagonista Rosa. 

Una noche Rosa despertó de madrugada, tendría unos diez años. Ella siempre dormía con la puerta de su habitación abierta, por si en casos como ese se despertaba inquieta y quería llamar a sus padres. 

Su madre se acercó a su habitación y Rosa le pidió agua, no encendió la luz, con la que venía del pasillo era suficiente para llegar a la cocina y volver. Mientras su madre estaba en la cocina, Rosa vio cómo desde detrás de la puerta de su habitación, que estaba abierta, se descolgaba una figura oscura que iba tomando forma de niño conforme se acercaba a la pared. 

Ella se quedó paralizada, ni siquiera pudo llamar a su madre para que se diera prisa, que en realidad todo ocurrió en muy poco tiempo, sólo podía ver a la figura (que parecía el típico niño fantasma de las películas de miedo asiáticas) descolgarse de la parte de atrás de la puerta, mirándola fijamente. 

Cuando su madre volvió de la cocina a darle el agua Rosa pudo reaccionar y presionar el interruptor de la luz. Al mirar de nuevo hacia la puerta no vio nada. 

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