41: « Grrr, ese es mi nombre, cariño »

Depuis le début
                                    

Solo asentí, y sonreí como un ángel. En verdad me creyó.

—¿También quieres té verde, cariño? —le pregunte.

—Sí, por favor.

Saque dos infusiones de té verde y los puse en las tazas. Justin se sentó tranquilo, a jugar con sus dedos, mientras intentaba no mirarme mucho.

—¿Y cómo te fue hoy?

Me senté a su lado, y pude escuchar como su respiración se aceleraba.

—Bien... y-y, ¡todo bien!

—Eso es genial, yo me aburrí en la escuela, ¡y te extrañe mucho!

Y de inmediato pase mi cuerpo por debajo de su brazo izquierdo, y lo abrace, y me acurruque contra él. Justin temeroso también me abrazo, y beso mi cabeza... ¡venga, podemos hacer algo mejor que esto! Subí mi mirada y lo bese, mientras me iba alzando hasta terminar sentada en su regazo.

—Peyton... —soltó un gemido.

Grrr, ese es mi nombre, cariño.

Sus manos otra vez volvieron a mi cintura, y me pego a su cuerpo. Que incomodo era estar en esta silla, pero tenía esperanzas que me pudiera sobre la mesa o me empotrara sobre la pared. Mis manos se deslizaron por su cabello, acariciándolo y motivando a que siguiera metiendo su lengua en mi boca.

Y poco a poco se fue descontrolando, sus labios se deslizaron por mi cuello, mientras yo cerraba los ojos, disfrutando de sus besos. Una sonrisa de satisfacción y felicidad se dibujó en mi rostro por segundos, hasta que solté un gemido al sentir como dio una pequeña mordida.

—No-o... —murmuro, pero no dejo de besarme—. No podemos hacer esto, cariño...

Tome su rostro en mis manos, y lo bese para callarlo.

Este era el momento para que el equipo de música se encendiera de la nada con una canción sensual... pero eso no sucedería porque no había fantasmas en esta casa.

—Pey... nena...

Mis manos fueron desabrochando su camisa algo apresurada, pero me obligue a tener paciencia aunque sea por unos segundos. Una vez tuve su abdomen completamente descubierto, lo acaricie... joder, estaba completamente derretida por este hombre.

Sentí como sus manos bajaron poco a poco la toalla hasta dejarla en mis caderas, mientras mis senos estaban completamente descubiertos.

Lance un gemido su dulce boca fue hacia mis senos, y empezó a lamerlos con delicadeza. Sentía que el ritmo de mi respiración aumentaba, como mi corazón enloquecía al sentir las maravillas que hacia su lengua con mi pezón.

—Oh, Jay...

No tardo en levantarse y hacerme ir por las escaleras... ¡hacia mi habitación, sí! Los besos no se detuvieron ni cuando llegamos a mi cama, donde la temperatura parecía aumentar.

—Espera.

Se detuvo y fue hacia la ventana la cual cerró con las cortinas para que nadie viera. Casi me reí, pero eso fue interrumpido cuando sus labios volvieron hacia los míos nuevamente. Mis manos fueron hacia su pantalón y empecé a bajarle la hebilla para que su erección pudiera salir.

Él era solo mío, todo mío.

Los segundos corrieron, y me di cuenta que se encontraba encima mío. Ambos con las respiraciones agitadas, con el corazón a punto de salir disparado, pero disfrutando del momento.

Acaricie su espalda, donde enterraría mis uñas.

Seguramente Justin está pensando lo fácil que era todo nuevamente ocurriera, seguro ni se acordaba de Hank... Hank... ¡no, no pienses en tu hermano ni como hará Justin para mirarlo después de esto! Estaba segura que Jay tendría una cara de culpable por traicionar su confianza cuando lo viera... uhg, ¡no!

Intente concentrarme en lo que estaba sucediendo, pero uhg.

—Jay... —me aleje un poco—. No, tienes razón: no podemos.

—Sí podemos...

Que gracioso, ahora intercambiamos papeles.

Era tentador hacerle caso a las últimas palabras de Jay porque estaba solo en bóxer, listo para quitárselos y... oh... ¡no, no puedo hacer esto!

—No, no podemos —conteste con toda la fuerza de voluntad que me quedaba—. Porque luego te sentirás culpable, no quiero que te sientas culpable cuando veas a Hank más tarde porque traicionaste su confianza. Y te sentirás mal, y si te sientas mal, yo me sentiré mal, Jay.

Justin me miro pensativo durante unos segundos, y entonces asintió al recordar la confianza que le estaba dando mi hermano mayor.

—Tienes razón, Pey —murmuro.

Se colocó a mi lado, y me arrastro hacia él, abrazándome de manera dulce, mientras nos cubría con el cobertor. Y poco a poco ese momento caliente fue volviéndose en uno cálido de amor. Sus brazos alrededor de mi cuerpo, mientras su cabeza descansaba tranquilamente en mi cuello.

Amaba esto, amaba estos momentos.

Tal vez, tal vez cuando tengamos nuestra propia casa —cuando nos fuguemos—, podamos hacer el amor día y noche... por horas sin que nos sintiéramos culpables. Sí, eso podíamos hacer pronto. Pero por ahora no, no iba a permitir que él se sintiera mal, no iba a volver a tentarlo de esa manera... al menos que sea en su casa, ¡porque ahí no vivía Hank! Y no tendría que guardarle respeto a la casa.

 al menos que sea en su casa, ¡porque ahí no vivía Hank! Y no tendría que guardarle respeto a la casa

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

¡Respeten la casa! 🤷‍♀️

Deja tus comentarios y voto si te gusto.

No quiero asustarlas: ¡pero falta poco! Cuenta regresiva sorpresa. Gracias por seguir leyendo, ¡muchas gracias! 🌹

IG: baexkiss | Envía un DM: heybae.

InocenteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant