Humo

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Es jueves en la tarde y del casino me han llamado para decirme que no me necesitan durante tres días, así que hoy estoy libre, estoy pintando mis uñas de un divino color rosa, he lavado y organizado mi cabello en un par de trenzas.

Tengo una necesidad terrible por fumar, así que me visto rápidamente con un short de jean corto y una camisa holgada, me calzo en un par de adidas y salgo de la habitación, me disculpo con mi familia por un momento y salgo de casa, cruzando el umbral camino al pequeño parque a un par de cuadras, podre mantenerme lejos sin molestar a nadie con mi humo.

Camino hasta el lugar, son cerca de las 10:00 pm y el parque está solitario, me siento en una de las bancas al lado de los juegos infantiles, saco la cajetilla del bolsillo y tomo uno de los cigarrillos, prendiéndolo y aspirando una gran calada, disfrutando del terrible sabor en mi garganta, exhalo el humo por la boca, formando pequeños aros.

La nicotina me entumece por un par de segundos y doy otra calada, poniéndome reflexiva.

-¿No te han dicho que fumar es malo?- la voz de Todd interrumpe mi mantra de paz.

No respondo, continuo fumando y él se sienta a mi lado, observándome por los siguientes 5 minutos, con un lío en su mente.

-¿qué piensas? –mi voz rompe el silencio, gira su rostro hacia mí y me mira.

-En lo hermosa que eres –se pone cómodo en la banqueta.

-¿Sólo eso? –enarco una ceja detallando su rostro esculpido.

-No querrías que te dijera el resto- aparta su mirada y una sonrisa pícara destella en sus labios.

Sonrío un poco y un pensamiento llega a mi mente.

-Quiero saber – me giro un poco en la silla, quedando lo más frente suyo posible.

-Disculpa la indiscreción –se endereza- somos amigos ¿verdad?, no sería correcto.

En un impulso de locura desmedida, me abalanzo hacia él y tomo su rostro entre mis manos, plantándole un beso en los labios, se queda de piedra durante los primeros 2 segundos, luego me responde, cubriendo sus labios con los míos, acariciando mi lengua con la suya, posando sus manos en la parte posterior de mi cabeza, profundizando el beso.

Su toque me hace sentir de 17, cuando iba a la escuela y estaba enamorada en silencio del mejor amigo de mi hermano, esperando ansiosamente el cambio de clase para cruzarme con él en los pasillos.

Separo mis labios y uno mi frente con él, aspirando su aroma, disfrutando cada partícula de su olor, sus manos acarician mis mejillas, formando pequeños círculos, rozando lentamente con sus pulgares.

-No juegues conmigo- su mirada cae a mis ojos- no me beses y luego huyas.

Cierro mis ojos, acariciando mi nariz con la suya y le planto otro beso, en silencio, solo disfrutando de él. Sus manos rodean mi cintura, apretándome contra su pecho, mis piernas suben y se posan a cada lado de su cuerpo, sentándome a horcadas encima suyo, acariciando su cabello y sintiendo su pecho contra el mío, el beso se intensifica provocando un calor en mi cuerpo, encendiendo la llama que ha estado dormida durante dos años, su toque me descontrola y durante unos segundos intento olvidar que el hombre al que estoy besando me destruyo traicionando mi confianza, saliendo con alguien más mientras yo lo esperaba en casa, con los brazos abiertos, besando otros labios, tocando otro cuerpo.

Sus manos acarician la parte baja de mi cintura, siento el calor irradiar de su entrepierna y caigo en razón, recobrando el juicio que había perdido, empujo su pecho y salto de su regazo, parándome al frente suyo, observando su rostro enrojecido y sudoroso, su pecho subir y bajar en un jadeo constante y su estado de excitación trae a mi mente la pregunta que me rondo la cabeza durante tantas noches.

-¿Lo hiciste con ella? –suelto de repente.

Su expresión cambia y sus ojos pierden el brillo voraz que había tenido hace un par de segundos, me mira en silencio.

-Respóndeme –insisto.

Lleva las manos a su cabeza halando los laterales de su cabello en un signo de frustración, su silencio me responde haciéndome encoger el corazón.

-No puedo con esto- organizo mi camisa rápidamente- discúlpame.

Cambio de dirección y camino apresuradamente hacia mi casa, sus pasos me siguen de cerca.

-¡Espera! – sus pasos se acercan más a mí- Dary espera.

Me detengo y otro pensamiento llega a mi mente, frenando de repente, me giro para enfrentarlo y hago una expresión de asco.

-¿Lo hiciste en tú cama? –la idea de que alguien más haya estado en la cama donde viví tantos momentos con él hace que el estómago me dé un vuelco.

-Nena por favor –asqueroso de mierda.

Continúo mi camino apresuradamente hacia nuestra calle, con mil sensaciones en el pecho, llevándome a sentir dolor nuevamente. Diviso mi casa al final de la calle y trato de llegar a ella, pero justo al frente, su mano detiene mi camino, aferrándose a mi brazo, su rostro es todo un lio.

-Fueron errores del pasado nena –pasa desesperadamente su mano por su cabello, halando algunos mechones- debemos superarlos.

-Tienes razón Todd, son errores que no puedo dejar de repetir en mi mente cada vez que veo tu rostro, discúlpame pero no puedo superar la imagen de tu cuerpo unido al de alguien más, mi mente recrea una y otra vez la imagen de ustedes dos en tu cama, y se siente como la mierda y ¿sabes por qué? –Aspiro una bocanada de aire- Porqué yo nunca he pensado en las manos de alguien más en mí.

-quieres decir que...- lo interrumpo.

-Sí Todd, siempre has sido tú y solo tú.

Me libero de su agarre y me apresuro a la entrada de la casa, dejando al hombre que me enciende el corazón sopesar la confesión que le he hecho.

Meto la llave en la cerradura y abro rápidamente, entrando y cerrando de un portazo, me giro para subir las escaleras pero veo que papá, mamá y mis dos hermanos están en el comedor jugando una partida de póker, todos me miran.

-¿Estas bien? –pregunta papá.

-Sí –digo y dejo las llaves en el mostrador- disculpen el portazo, el viento la cerró.

Harry ríe y comparte miradas con Jayden.

-¿Qué? –les pregunto.

-salúdame a Todd.

Ruedo los ojos en respuesta y subo las escaleras, con el corazón encogido y la cabeza dando vueltas.

Me voy a la cama con el pensamiento de otras manos recorriendo mi cuerpo, odiando el hecho de nunca haber podido superar a mi amor de la adolescencia.

AGAIN -hasta los huesos. #wattys2018Where stories live. Discover now