19. "Esto fue una mala idea."

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—Artemis.— la voz del abuelo me hace detenerme y girarme hacia él.

—¿Si? ¿Necesitas algo?

Sin mirarme, lo dice, —La cobardía es un defecto que no es característico de los Hidalgo.

Mi rostro se contrae en confusión, —¿De qué estas hablando?

El abuelo suspira, —Supongo que cada cosa tiene su tiempo, espero que no sea muy tarde cuando puedas hacerlo.

—¿Hacer qué?

Él me mira y me sonríe, —Luchar por lo que quieres.— hace una pausa, —O por quien quieres.

Abro la boca para decir algo y él levanta la mano, —Shhh, esta es la mejor parte de la película, hasta luego.

Me voy a la habitación y caigo de espaldas en la cama, cerrando los ojos. Imágenes de Claudia en ese lindo traje de baño, su cuerpo, sus curvas, su sonrisa antes las bromas de Ares, su actuación de molestia con el abuelo cuando él no le hace caso a lo que dice, como presiona sus labios cuando quiere decir algo que no debe, el habito de pasarse la mano por la boca antes de decir una mentira o cuando esta nerviosa.

¿Cómo puedo sacarte de mi mente si estas en todos lados, Claudia?

De verdad quiero dejarte en paz, no quiero complicarte la vida, ni hacerte daño de nuevo pero, ¿Cómo lo hago si todo mi ser es atraído a ti con una fuerza que ni yo puedo controlar?

Pero la realidad es que la presión que siento de no defraudar a mi padre tiene unas raíces tan profundas. Mi padre no siempre fue de carácter calculador y frío como ahora, él fue el mejor padre del mundo hasta que mi madre lo engañó. Mi padre levantó su imperio con trabajo duro, y aunque apenas lo veía durante mi niñez, él siempre se las ingeniaba para estar con nosotros lo más posible.

Aún recuerdo claramente aquella noche después de que él se enteró de lo de mi madre, la devastación que le causó era clara en sus ojos rojos y en el montón de vasos de Whisky rotos en el piso de su estudio.

—Papá.— le llamé, pisando con cuidado de no cortarme con los vidrios rotos en el suelo.

Mi padre estaba sentado detrás de su escritorio, —Sal de aquí, Artemis.

Yo era un adolescente lleno de rabia y dolor en ese momento, necesitaba a mi padre, —No voy a dejarte solo.

Él se puso de pie, levantando las manos en el aire, —Tu padre es un desastre, un fracaso como esposo.

Meneé la cabeza, —Eso no es cierto.

Él se echó a reír como si fuera eso o llorar, –Puedo levantar un imperio millonario pero no puedo mantener un matrimonio al parecer.

—Esto no es tu culpa, papá, es de ella, ella es una—

—Cuidado, ella sigue siendo tu madre, Artemis. Lo que pase entre ella y yo no le quita eso.

—No tienes que estar con ella, papá, nosotros entenderemos si ya no quieres estar con ella.

Mi padre apretó sus labios, sus ojos enrojeciendose, —La amo, hijo.— dos lagrimas escaparon sus ojos y las limpió con rapidez, —No quiero estar solo.

—Nos tienes a nosotros.

—Ustedes crecerán y harán sus vidas y me dejarán atrás,— explicó, —Terminaré solo en un geriátrico como el abuelo.

—Yo no.— di un paso hacia adelante, —Yo nunca te dejaré solo, papá. Te lo prometo.

—Apenas eres un adolescente, no sabes lo que dices.

A Través De Ti [Hidalgos#2] ✔️ [En librerías]Where stories live. Discover now