La competición

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— Eres un tramposo impresionante. — Shelley apoya sus manos sobre sus rodillas, agotada, con su respiración agitada y su corazón palpitando fuertemente en su pecho.

Dylan ríe, pasa el bate sobre su hombro. — Vamos, Shell, admite que soy mejor jugando béisbol que tú. — Podría decir, con algo de arrogancia, porque es cierto, es impresionante en el béisbol y nadie podría decir lo contrario.

Shelley niega con un dedo, incorporándose. — No soy mala... Solo no he tenido suficiente entrenamiento como tú. — Razona mirándolo divertida. — Y tú no me puedes vencer en el boxeo. — Dice, tratando de cambiar la conversación sobre su derrota en el partido con Dylan.

Dylan enarca ambas cejas. — ¿Es un reto? —

Shelley pasa sus manos por la cintura. — Es un reto, O'Brien. —

Ambos entrelazan sus manos, sellando el reto que ambos se habían puesto.

....

Dylan gime cuando Shelley lo tira al suelo, una vez más, luego de una estocada en su rodilla. En realidad no dolía, no se lastimaban, eran golpes como el capoeira, lo importante del reto era tirar al otro.

Shelley ha tirado a Dylan ya 3 de 3.

— ¿Te rindes? — Pregunta Shelley encima de él luego que lo tirara al suelo, no dejándole oportunidad de volver a ponerse en pie.

El cabello de Shelley tocaba su mejilla haciéndole cosquillas, pero a Dylan le agrada, también le agrada tener el pequeño cuerpo de Shelley encima del suyo, y no está seguro si está bien pensar en Shelley, quien es su amiga, de esa forma.

Da palmadas al muslo de Shelley, ese simple gesto que significaba que se rendía, el que usaban en las luchas profesionales.

Su amiga ríe, ella se endereza por lo que ya no estaba tan pegado a él, lo que lo desanima por un momento, pero Shelley aún seguía encima.

— Digamos que es un empate. — Habla Dylan luego que el silencio reinara la habitación de ejercicio en la casa de Shelley, su antigua casa.

Ambos habían entrado a un estado de competición luego de un video juego de futbol que han jugado en la casa de Dylan, luego no podían parar, habían competitivo en el basquetbol quien gano Shelley, luego futbol quien gano Dylan, luego en el béisbol quien gano Dylan y ahora boxeo, quien obviamente le había ganado Shelley.

Era un completo empate en su juego.

La castaña asiente. — Está bien para mí. — Sonríe ampliamente, dejando a Dylan deslumbrado, no había visto una sonrisa tan hermosa como la de ella.

Dylan había descubierto cual era la segunda cosa que le gustaba de Shelley; su sonrisa, esa sonrisa que contagiaba también a sonreír a cualquiera que la viera.

La tercera eran sus labios, esos labios rojos y que brillaban, Dylan no lo podía evitar, tal vez estaba mal, porque Shelley es amiga de su ex novia, pero a Dylan le encantaría besar esos labios... sin una cámara encima de ellos.

Lo siguiente que hace tampoco lo puede evitar. Agarra a Shelley por los codos, la empuja hasta él, hasta que los labios de las chicas se conectan a los suyos. Y aunque su amiga se sorprende al principio por ese arrebato ella responde el beso, lo responde con la misma intensidad que Dylan representaba.

Esto no era normal, esto no estaba bien ¿pero en realidad a quien le importa? Se sentía que era lo correcto y además se sentía agradable los labios de Shelley moviéndose al compás con los de él. Dylan pasa las manos por la espalda baja de Shelley, la junta más a su cuerpo, porque tenía la necesidad de sentir la piel de la chica.

Pero ambos deben de separarse cuando respirar se vuelve una prioridad.

Cuando sus ojos se abren mira a una Shelley Hennig levemente sonrojada, eso lo hace sonreír.

Debía decir algo, lo que sea, explicar por qué de su locura y la necesidad de besarla, cosa que él ni siquiera sabía porque lo hizo. Pero entonces la excusa perfecta cruza su mente. Ambos eran actores profesionales, se habían besado con otros bastantes veces solo por trabajo, este beso no debía significar nada realmente.

Porque era solo otra ronda de competición.

— Creo que he ganado esta batalla. — Comenta, en un tono de juego.

Shelley enarca una ceja, lo mira desafiante. — En definitiva fue un empate. —

Ambos ríen, y en la cabeza de Dylan permanece la idea de que deberían repetir alguna vez esa ronda de competición en específico.

N/A Dato curioso: Estuve a punto de cambiarle el nombre a la historia por "The line between us" but Hope dijo que no and, well, esta historia es de ella, so...

¿Qué título os parece mejor a vosotros?

Es ella | [Dabbles O'Hennig]Where stories live. Discover now