||En los calabozos ||

56.1K 4.4K 505
                                    

•Bishop Briggs-Mercy•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


•Bishop Briggs-Mercy•

Cuando tienes miedo es difícil actuar, es difícil respirar, es difícil pensar, pero es fácil sabes que te harán daño.

Que cuando menos lo esperes te atacaran y no tendrán piedad de ti, pero aunque sea un demonio tendré compasión de un monstruo.

Mi mente se encontraba pensando en lo que le haría al rogue, Maximiliano dejo encargarme de él, ya falta poco para que amanezca y salga el sol.

Lo único que quiero es no hacerle demasiado daño, trencé mi cabello dejando la enorme trenza de un lado y tocando la cicatriz que siempre escondo.

Decidí bajar antes que lo hicieran los tres pequeños, ahora al pertenecer a la manada tienen que estudiar.

Al bajar observe a Maximiliano, Axel y Marc esperándome.

—¿Por qué usan capas?—pregunte a cada uno, los tres llevaban capaz negras. 

Maximiliano rodó los ojos y Marc solo se encogió de hombros.

—muy pronto se acerca el día de la época medieval—dijo Axel contento—ten ponte esta—dijo extendiéndome una capa roja.

—¿porque la mía es roja? ¿seré caperucita o que? ¿que sigue? No me digas que el lobo me comerá...—dije y Marc estallo de risas pero Maximiliano lo callo.

—Lo siento... Ya no tengo más capas negras.—dijo apenado Axel.

Rodé los ojos y me coloque la capa, camine y los tres me siguieron.

No hagas algo de lo que te puedas arrepentir, esas palabras son muy utilizadas, pero a veces al hacer algo que sabemos que tendrá una consecución no nos importa, siempre y cuando lo que hagamos de el resultado que queremos. 

Sentí mi corazón acelerarse, pero fue un instante, vi atrás y los tres me seguían, seguí caminando pero un dolor se expandió en mi estómago dirigiéndose a mi pecho.

Caí de rodillas y los tres se acercaron a mí.

—¿ que te sucede?—preguntó Marc.

Cubrí mi boca con las manos al sentir unas enormes nauseas, al escupir lo que me molestaba mire mi mano.

—Liza....—cada uno me analizaba.

Mi mano estaba cubierta de sangre.

—Elizabeth, ven...—dijo Maximiliano tomándome del brazo, aún no podía creer lo que salió de mí. De todos los contenidos que una persona puede expulsar de la boca yo expulse sangre, esto solo me sucedía a mí. 

Maximiliano limpio mis manos y se lo agradecí mentalmente.

—¿Estás bien?—preguntó preocupado.

Reina DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora