"La gemela agradecida"

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La historia que les voy a contar a continuación ocurrió por primera vez en la década de los años '70 en un edificio de un barrio de Montevideo. A partir de ese momento el suceso aún sigue ocurriendo.

Un hecho contemporáneo, y así comienza.

Dos chicos estaban estudiando en su apartamento cuando a la medianoche, escucharon que golpeaban la puerta. Esto les resultó extraño ya que era aproximadamente las 24:30, apenas entrando la madrugada y no era común que llamaran a la puerta tan tarde. Miraron por el visor, y vieron que era una niña y decidieron abrir.  

La pequeña niña  parecía tener unos siete años más o menos y estaba vestida con un vestido blanco con puntillas. Observaron que tenía un vaso en la mano, la niña les alcanzó el vaso y les pidió leche. Los jóvenes que resultaron ser atentos, le llenaron el vaso con leche y la niña se despidió. Sin hacer ningún comentario volvieron a continuar su estudio sin que lo ocurrido les llamara la atención.  

 Al otro día los jóvenes volvieron a escucharon que tocaban a la puerta a la misma hora del día anterior. Al abrir la puerta quedaron sorprendidos, cuando vieron que era la misma niña con su vaso pidiéndoles nuevamente leche.

  Esto continuó por varios días, la niña seguía presentándose en el apartamento a la misma hora y pidiéndoles su vaso de leche. Ahora sí que a los estudiantes les pareció muy extraño que la pequeña siguiera haciendo lo mismo por tantos días. Por lo que le preguntaron que hacía tan tarde y por que estaba sola. La niña les contó que vivía en el piso de arriba y les pedía leche porque en su casa no había.  

Los estudiantes preocupados de que la niña estuviera solita a tan altas horas de la noche, decidieron ir al apartamento de la pequeña para averiguar que estaba ocurriendo. Al llegar  una adolescente los atendió, entonces ellos le explicaron lo que estaba haciendo su hermanita por tantos días, a lo cual la jovencita les respondió que ella era hija única. La madre, que estaba cerca, había escuchado la conversación se les acercó llorando. Los invitó a pasar y les mostró una foto en la que se encontraba toda la familia, la cual había sido tomada unos años atrás. En la foto vieron que  se encontraban dos niñas gemelas junto a sus padres.   

Ambos pudieron reconocer que una de las gemelas era la niña que todas las noches iba por un vaso de leche y que tenía puesto el mismo vestido blanco con puntillas. Los chicos quedaron absortos cuando la misma madre les contó que la niña murió el mismo día en que fue sacada la fotografía. 

Al la medianoche siguiente, volvieron a tocar la puerta pero esta vez no vieron a nadie. Cuando abrieron la puerta quedaron estupefactos, al encontrar un vaso en el piso con una nota adentro y que decía "gracias".   

Ya han pasado varios años de su primera aparición y hasta el día de hoy, los vecinos dicen que se continúa sintiendo la presencia de la niña recorriendo el edificio. Jamás se refieren a ella como fantasma, espíritu o aparición; si no que afirman "es una niña dulce, educada y con un comportamiento excelente y para nada nos molesta atenderle, con gusto cada vez que lo solicita le ofrecemos su vaso con leche".


¿Estarían dispuestos a atender de forma tan cordial y amable a una niña aún conociendo el hecho de que ya no tiene vida?

¿O se acobardarían ante una situación similar y jamás abrirían su puerta?

Si se animan a contestar les estaría muy agradecida.







Leyendas urbanas... En Uruguay también existen (COMPLETA)Where stories live. Discover now