Joshua

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Miró el reloj de su celular con los ojos apenas abiertos.

Eran las 7:46.

<<¡Diablos!>>

Se incorporó de golpe.

En 14 minutos tenía que presentarse en el camping municipal, el cual quedaba a las afuera del pueblo. Iba a llegar tarde a su primer día de trabajo. No era una buena forma de causar una buena impresión.

Aunque siempre se obligaba a desayunar, esta vez tuvo que resignarse. Entró al baño, se cepilló los dientes y terminó de guardar en su mochila todas las cosas que creyó que iba a necesitar durante el transcurso del día.

Estuvo tan ansioso la noche anterior que apenas pudo dormir, imaginando todo lo que le esperaba por los próximos meses. Ensayando, una y otra vez en su cabeza, la rutina que tenía preparada para los alumnos.

Buscó su celular y marcó el número de Valeria Ramírez, su ex novia devenida a mejor amiga desde que se enteró que era gay. Juntos formaban una dupla al mejor estilo Will and Grace, excepto que en lugar de dedicarse a comer, se dedicaban al deporte.

- Dime que todavía no estás en el camping - suplicó Joshua.

- Estoy saliendo de casa - respondió ella, con tranquilidad. - Estaba por llamarte. Imaginé que te quedaste dormido porque te pasaste la noche en vela por tu ansiedad.

- Me conoces tan bien - argumentó Joshua.

- No tanto como para adivinar que te gustaban los hombres también - reprochó Valeria.

Nunca perdía ocasión en lanzar el comentario. Joshua quería creer que ya no había resentimientos en ella.

- ¿Me conoces tanto como para adivinar que necesito que me lleves? - preguntó Joshua, haciéndose el tonto.

- Estoy a cinco cuadras de tu casa - contestó ella, tras un tedioso suspiro. - Sal ahora mismo o tendrás que ir caminando.

Obedeció, porque por más amor que se tenían, Valeria era capaz de abandonarlo si eso representaba que ella podría quedar mal ante su nuevo jefe.

Cuando se subió en el lugar de acompañante, la saludó con un beso en la mejilla y tiró su mochila en los asientos de atrás. Notó que en el auto había un paquete de cigarrillos de una marca distinta a la que fumaba Valeria.

- ¿Tuviste un encuentro anoche? - le preguntó.

Ella se encogió en hombros y arrancó el auto con una leve sonrisa de triunfo.

- Yo también estaba nerviosa y tenía que relajarme - le respondió con complicidad.

La Cueva del Espantapájaros (Compendio #1)Where stories live. Discover now