Capítulo 4

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Estoy recostada en mi cama, pensando en lo maravilloso que es Justin, lo bien que la pase hoy en la cena.

Quiero un dulce así que busco uno en mi bolso y cuando la abro veo un pedazo de hoja doblada, que raro, no recuerdo que yo la pusiera. La abro y tiene un mensaje: "Oye ______ no te había pedido tu número, pensé que dirías que era un urgido así que tuve el atrevimiento de poner esta hoja en tu bolsa con mi número 1572349088;) buenas noches linda".

Mi corazón se aceleró, mi rostro tenía una enorme sonrisa, no sabía si hablarle o no. Me puso "linda", sentí esas maripositas que sólo él lograba hacerme sentir. ¿Pero qué pasará cuando él se vaya y yo regrese a mi vida? Pensar en eso me pone triste. Sé que solo llevo un día de conocerlo y ya pienso en un futuro. Esto no me puede estar pasando. El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Veo la pantalla y es Jason, le contesto.

—¡ ____ hola! ¿Cómo estás? —dijo.

—Jason —digo alegre —bien, ¿y tú? ¿Cómo están las cosas en casa?

—Pues, igual que siempre, discutiendo, y papá hoy no llego a comer.

Vaya, nada más se libra de mí y se va como antes, creo que es tiempo de decirle a mamá lo que realmente es papá. Pero si hablo mi familia estará separada para siempre, por eso he callado todos estos años.

—¿______? ¿Sigues ahí? —dice Jason sacándome de mi pensamiento.

—¿Ah? Sí, sí. Sólo que... Nada, estoy muy cansada —dije arrepentida de contarle.

—Ok... Igual de rara como siempre _____ —frunzo el ceño.

─Jason! Basta, no estoy de humor, quiero dormir mañana será un gran día.

—¿Un gran día? ¿Por qué, qué harás? —dice confundido.

Rayos, debo controlarme.

—Por nada, sólo que estoy muy feliz de estar aquí, bueno me voy, te quiero.

—Yo igual enana, adiós.

—Adiós —cuelga.

[...]

Estoy viendo un rato la TV y ya es tarde, tal vez ya este dormido Justin, mejor no le hablo. Pero muero por oír su voz. Empiezo a cabecear, mis párpados se cierran, tengo que dormir, pero estoy muy emocionada por mañana ¿Que hará Justin? Me quedo pensando en ello y caigo en un profundo sueño.

[...]

Los rayos del sol traspasan las cortinas, veo la hora y apenas son las 10:23 a.m. tengo mucho tiempo para arreglarme antes de que venga Justin. Así que decido ver un rato la TV mientras disfruto el desayuno que me ha traído la camarera. Terminando me acerco a la gran ventana de mi habitación del hotel y decido sacar unas cuantas fotos, la vista es increíble, se ve la torre Eiffel desde aquí. Muero por subirme a ella y tomarme la típica foto de todo turista.

Narra Justin

Estoy algo nervioso, espero que le guste a _____ mi sorpresa. ¿Estaré yendo demasiado rápido? Espero y no, ¿Y si al ver mi nota en su bolso se enojó? ¿Y si piensa que soy un urgido? —¡Basta Bieber!—Me grita mi subconsciente.

Es que siento algo muy especial por ella, pero seguro nunca andaría con un pobretón como yo. Esa idea me pone triste.

Narra ______

Son las 12:00 a.m. me entretuve leyendo un poco y me bañe. Hace algo de calor pero el cielo empieza a nublarse, un clima estupendo. No sé qué ropa ponerme. Pero me siento más cómoda con unos jeans, una camisa color blanca un poco larga y unos tenis blancos. Sólo me pongo un poco de brillo en los labios y le doy color a mis mejillas. Aún estoy indecisa con mi cabello pero decido dejarlo suelto como ayer, solo lo aliso un poco. Llaman a la puerta, seguro es Justin, salgo corriendo del tocador y me dirijo a la puerta.

—¡Justin! —digo emocionada y feliz de verlo.

—¡______! Linda como desde que te vi en ese avión.

Me sonrojo. Él va con una playera blanca con negro, jeans y una chaqueta, me muerdo el labio inferior y el me mira divertido, dejo de morderme lo, que pena.

—Usted igual señor Bieber —sonríe.

—Pensé que te habrías enojado por la nota en tu bolso, solo la puse, no agarré nada, lo juro —dice y no todo preocupación en su voz y rostro.

—No Justin, no fue eso, confió en ti —sonrió— Solo que la vi algo tarde y no se me hizo correcto llamarte tan tarde.

—Gracias por confiar en mí —le muestro una sonrisa divertida y asiento.

—Sólo déjame ir por mi cámara para irnos, mientras toma asiento.

Justin se pasa y se sienta al borde de la cama, mientras yo busco mi cámara, no recuerdo donde la puse, oh si, ahí está, en la mesa que da a la gran ventana, Justin me observa y ve que abro la cortina y me quedo viendo hacia la Torre Eiffel.

—¿Te gusta mucho verdad? —me quedo pensativa, ah, claro, habla de la torre.

—Sí, demasiado.

—Tiene una hermosa vista desde aquí, pero en un rato tendrás una vista mucho mejor.

Me volteo a verlo, con los ojos muy abiertos y con la boca abierta. Este chico no deja de sorprenderme. Él tiene su gran sonrisa y yo sonrió de alegría.

—Ven vamos —dice y me da su mano.

Me estoy poniendo nerviosa y muerdo mi labio inferior, cada que lo toco me da esa mágica sensación. Me ve gracioso. Inmediatamente tomo su mano. Al llegar a la puerta de la habitación notó una canasta, no la vi cuando entro. ¿Qué llevara ahí? Muero por saber.

[...]

Hemos llegado al "Arco de Triunfo de Paris" es bellísimo, Justin se ve tan feliz y muy ilusionado al verlo, le tomo unas cuantas fotos con el arco y él a mí. Desde aquí se ve mucho más cerca la torre. Vamos caminando hasta el Parque Marte, aún el clima es estupendo aunque empieza a nublarse un poco más. Pasamos junto a una tienda donde en las vitrinas se ven los famosos macarrones, no puedo resistirme y compro unos cuantos.

Nos sentamos en la orilla del "Río Serena" hay muchas personas, niños corriendo felizmente, parejas de novios, amigos, los turistas sacando miles de fotos. Justin empieza a abrir la canasta y saca un mantel. —Un picnic— Pienso sorprendida. Saca unos platos sobre el mantel tendido y saca un jugo de manzana espumoso y unas rebanadas de pizza. Huelen riquísimo.

—Señorita Hastings ¿gusta una copa...de jugo? —sonríe al igual que yo.

—Claro, señor Bieber.

Me sirve una copa y empezamos a comer, sabe delicioso, mientras conversamos sobre libros, escuela, pasatiempos y más. Es increíble lo mucho que me gusta escucharlo hablar, nunca deja de encantador.

Hemos terminado de comer y tomar algunas cuantas fotos.

—_____ ahora sí, vamos a la Torre Eiffel —doy unos pequeños saltitos de felicidad —Vamos a subir a lo más alto, esa es parte de mi sorpresa —agrega.

Oh, dios. Lo más alto, esto será estupendo.

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NOTA: Link del grupo de lectores en Facebook en la descripción de mi perfil.  

Daría todo por ti [Justin Bieber y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora