Las líneas que cruzamos [wolfstar]

06

Remus despertó a la mañana siguiente con un dolor insoportable. Abrió un ojo nublado mientras trataba de levantarse de su posición tendida en el piso de la casa de los gritos, recientemente bautizada. Su otro ojo no se abrió, se sentía dolorido e hinchado y cuando Remus se estiró, pensó que se sentía pegajoso, con sangre seca. Encantador.

Se las arregló para ponerse en una posición de rastreo y lentamente se dirigió al compartimiento en la pared que sostenía su varita y su ropa. Tardó varios minutos en dominar el mango del compartimiento, sus manos temblaban mucho. Cuando finalmente tuvo su varita en la mano, se sentó, con la espalda contra la pared, piernas torcidas frente a él, incapaz de hacer nada más que respirar mientras luchaba por permanecer consciente. La breve excursión por su varita le costó más energía de la que tenía.

Se sentó catalogando sus heridas durante un largo tiempo, el registro mental de las lesiones lo tranquilizó un poco. Había sido una noche brutal. El lobo luchó contra Remus en cada paso del camino mientras huía de su oficina la noche anterior. Sirius se había sentido tan maravilloso bajo sus manos, sabía delicioso contra sus labios. Se sintió mal al recordar lo increíble que se sentía tomar su carne entre los dientes y morderla. Nunca hizo eso con ninguno de sus amantes, pero rara vez llevó a sus amantes a la cama la noche de luna llena.

El lobo tenía una mente propia y decidió castigar a Remus por negarse a sí mismo. Su pie parecía roto; sobresalía en un ángulo sorprendentemente extraño. Varios rasguños, algunos bastante profundos en su vientre. Le dolía respirar, probablemente tenía una costilla rota . La náusea y el dolor de cabeza fueron peores, siempre lo son.

Cuando se sintió preparado, sanó las heridas leves que pudo. Tendría que ver a Pomfrey si tenía las costillas rotas y, en el mejor de los casos, lo único que podía hacer era taparse el pie, pero tendría que ser así. No tenía idea de qué le pasaba a su ojo y no quería arriesgarse. Metió la mano en el compartimiento y sacó su túnica. Hurgó en uno de los bolsillos por un frasco de Pepper-Up, sería suficiente para llevarlo de vuelta al castillo y a la enfermería.

Se vistió lentamente en su posición sentada y finalmente logró ponerse de pie. Se sintió mareado, y la habitación giró durante varios largos momentos, pero logró abrirse paso lentamente a través de la choza y el túnel, agarrándose de las paredes en busca de apoyo.

Hacía un frío increíble en el terreno, la niebla de la mañana aún giraba, pero afortunadamente, el invierno había elegido llegar a fines de este año y no había nieve. Estaba contento de que no hubiera estudiantes mientras caminaba penosamente hacia el castillo en la miseria.

"¡Dios mío, Remus! ¿Qué te has hecho?", gritó Pomfrey cuando por fin entró al ala del hospital. Él permitió que ella lo ayudara a llegar a la cama más cercana, con su varita lanzando hechizos silenciosamente. "Dios mío, es un milagro que todavía tengas un ojo, Remus. Esto está muy dañado", dijo ella.

"¿Podrás curarlo?", preguntó débilmente.

"Tengo que buscar algunos suministros, ya vuelvo."

Remus la vio alejarse a toda prisa y recostó su cabeza sobre la almohada para esperar y se durmió rápidamente.

oOo

"Remus, cariño, necesito que te despiertes ahora." Pomfrey lo despertó suavemente, no sabía cuánto tiempo había dormido, pero podía abrir ambos ojos y el dolor en su costado había desaparecido, así que eso era algo . "Pude sanar tus otras lesiones mientras dormías, pero necesito que estés despierto para tomar estas pociones."

Remus asintió y se acercó para tomar la primera de las tres pociones que tenía en una bandeja. A estas alturas ya les resultaba familiar: antes del desayuno, un coctel contra las náuseas, el dolor asesino y los calmantes era justo lo que necesitaba para comenzar su día. No había nada que pudieran hacer por el dolor de cabeza, ya que parecía ser inmune a todos los intentos de curación mágica. Bajó las pociones rápidamente y Pomfrey asintió con aprobación.