•Capitulo 26•

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El cyborg se coloco una sudadera que encontro tirada ya que Raditz habia destrozado su camisa, después de colocarsela salió en busca del saiyajin.
Usando una de sus habilidades de rastreó que Raditz le habia incorporado lo encontró fácilmente por la ciudad, lo siguió pero mientras más se acercaba a él, el pelilargo más apresuraba su pasó.

--- Aléjate de mí, no estoy de humor para oírte --- mencionó fríamente el pelilargo sin si quiera dirigirle la mirada.
--- ¿Eh? Pero si no te he hecho nada ¿por que te molestaste conmigo? --- cuestiono inocente el pequeño.
--- Cállate, vete de aquí.
--- ¡No lo haré! Hasta que me digas que te molestó.

El mayor se detuvo en seco, volteó a ver al menor que se atemorizó al ver la mirada del mayor; Raditz con mucha impotencia acorraló entre sus brazos y la pared al pequeño.

--- Sabes muy bien lo que hiciste ¿por que empezaste algo que no ibas a terminar? --- Hablo ya más calmado.
--- ¿De qué hablas? Solo quería ayudarte.
--- ¿Ayudarme? Me provocaste y luego te negaste.
--- No sé que intentabas hacer conmigo, te dí todo lo que pude hacer ¿que más podía hacer? No soy como las mujeres para darte su cuerpo completo.
--- ¿Eh? ¿Entonces por qué....

Raditz se quedó callado al analizar las palabras del pequeño y se dió cuenta de la inocencia o ingenuidad del mismo, el pequeño cyborg pensaba que solo un hombre y una mujer podían tener relaciones sexuales, el mayor se sintió algo patético al enojarse de esa manera por algo tan pequeño así que un suspiro salió de sus labios mientras que se resignaba.

--- Como sea, vámonos... --- Habló algo decepcionado.
--- ¿Esta bien? --- contestó con duda el menor.

Los dos muchachos cambiaron la dirección y se dirigieron nuevamente al hotel; aunque estaba molesto el mayor no podía dejar de ver al pequeño quién caminaba adelante de él, en verdad esa figura esbelta lo estaba tentando, además de que no se encontraba en un periodo dónde le era fácil contenerse; en verdad quería tocarlo, acariciarlo, penetrarlo, besarlo. En cambio el ojiazul pensaba y pensaba en lo que había hecho mal para hacer enojar al mayor, ¿había algo que no sabía? Es lo más seguro, en su pasado al ser un cyborg defectuoso no le gustaba interactuar mucho con humanos por lo que había estado desconectado del mundo actual.

Llegaron a la habitación del hotel donde el mayor se sentó en la cama dándole la espalda al menor, este no lo soporto más y se coloco frente al pelilargo, se arrodillo entre sus piernas y con una bella mirada de inocencia pidió.

- Realmente no sé que hice para que te enojaras pero no me gusta que lo hagas - dijo desanimado - haz conmigo lo que quieras para satisfacerte.

Las palabras del pequeño fueron sinceras y con un toque de inocencia, pero lo que no sabía era que aquella frase encenderían el lado lujurioso del mayor, un sonrojo se pinto en las mejillas del pelilargo al oír aquellas palabras.

Sin pensarlo más el mayor tomo entre sus manos las mejillas del pequeño y lo atrajo hacia él para besar con ferocidad sus finos labios, algo sorprendido el menor correspondió el beso mientras se ponía de pie.

Raditz fue recostandose mientras que el pequeño se le subía encima, retiró la estorbosa sudadera dejando expuesto aquel bien formado pero esbelto torso que tanto le calentaba; era imposible negarse a ese pequeño tan cautivador ¿cómo fue posible que rápidamente allá conseguido hacerle desear de esa forma? No era un misterio pues verlo con esa mirada dulce, sus mejillas sonrojadas, sus labios temblorosos, esa posición acompañada de ese lujurioso vestuario no era raro que no se negará.

Crecía cada vez más ese bulto en la entrepierna del mayor, la posición del más pequeño lo excitaba tanto; el menor no perdía tiempo y se deshizo de los atuendos del hombre quién lo devoraba a besos, de un momento a otro el saiyan cambió la posición dejando al menor en cuatro y frente a su cintura.

[PAUSADA] Enamorada De Un Mounstro ❤ V&BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora