Capítulo 47: Números Rojos

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Narra Solange.

Diez de la noche ¡Perfecto! ¿A qué hora te piensas aparecer? ¿Qué es lo que realmente espero de todo esto? ¿Él sería tan sinvergüenza para aparecerse con Annica? No estaba tan preparada, si así lo era. Y tampoco entendía como debía de reaccionar. Era simplemente estar en un limbo de no saber como iba a ser su actitud, y de como se lo iba a tomar. Izzy hasta en estos momentos, era impredecible. Y eso me hacía entrar en un cuadro de pánico, porque sí, aquella pelea, era resultado de quizás, decisiones no tan bien tomadas. Decisiones que irían cayendo por su propio peso.

Traté de calmarme una vez más y volví por enésima vez a sentarme sobre aquel sofá viejo, que se encontraba tras la única ventana que daba a la sala. Las calles iluminadas por esa tenue luz amarilla que brindaba el servicio eléctrico, no me daban la mejor iluminación, pues aquellos árboles que estaban en las aceras, no permitían la luz fluida. Y eso me enojaba, yo quería ver a Izzy, necesitaba verlo. Saber que estaba ahí, saber que él se moría por hablar conmigo, como yo lo pensaba y como tanto lo deseaba. De verdad que a esta altura de la noche, me preguntaba si había perdido un poco el hilo, si había dejado que aquella "obsesión" que creía tener con él, me había dominado, a tal punto en el que mi único tema de conversación se centraba en él ¿Tendría tanto poder sobre mi?

Le di tantas vueltas a estos asuntos, que llegué a un punto en el que el tema dejó de tener sentido. Ya estaba cansada, y poco a poco comencé a rendirme, quizás él no llegaría, quizás él ya había dado por terminado el tema.

Me paré del sofá y avisé a Slash que saldría a trabajar, pues mi turno de madrugada en el bar iba a comenzar, y yo debía de llegar.

- ¿Hey, te acompaño, Sol?- Slash salió algo ebrio de su cuarto y me observó tras su cabello alborotado.

- No es necesario.- Murmuré.- Nos vemos negro.

Me despedí con una leve sonrisa al haberle llamado por su sobrenombre y no dije más. Tomé la pequeña cartera que tenía y salí de la casa rumbo al bar que se encontraba en la zona más comercial de Los Ángeles. La caminata no duraría mucho, unos veinte minutos, sería lo suficiente para encontrarme ya en mi centro de trabajo.

Estuve largo rato atendiendo la barra, y sin el ánimo que ya me estaba caracterizando, fui hacia algunas mesas más que debía de atender.

- ¡Solange! ¿Qué haces parada? Anda y atiende la mesa quince y a la veinte.

-Eso iba hacer.- Hablé de mala gana y sin seguir escuchando ordenes idiotas, fui hacia la esquina del bar donde se ubicaban aquellas mesas.

- ¿Qué va a pedir?- Le di la vuelta a la hoja a mis apuntes y bajé la mirada para observar a aquella pareja que se veían muy afectuosos.

Era una mujer de quizás un poco más que mi edad, rubia, de cabello no tan largo y piel mucho más blanca que la mía. Ojos verdes y una linda sonrisa. Me pregunté ¿por qué él la habría traído acá? Él sabía muy bien que yo trabajaba aquí.

Él seguía muy serio, como muy bien lo conocía. Y sin embargo, al mismo tiempo, se veía tan lejano. Mi respiración, se aceleró, de una forma que me ahogaba y no me permitía estar normal, mis manos se contrajeron, tirando el block de notas junto al lapicero. Mis ojos se abrieron más, y sentí la necesidad de querer mentirme a mi misma, de que lo que veía no era real, y de que todo, no era más que un montaje. Tenían la mano entrelazada, Annica mirándome con una sonrisa jodida que ya estaba comenzando a aborrecer, e Izzy con la mirada entre seria y perdida. Entendía muy bien, lo entendía muy bien.

- ¿Entonces? ¿Nos vas atender, cariño?- Habló la persona menos indicada.

- ¿De verdad Izzy?- Ignoré a la rubia teñida.- ¿De verdad? ¿A que mierda estás jugando? ¡DIME!- Grité llamando la atención de algunos clientes, por haber colocaba mis manos de forma violenta sobre la mesa.

- ¿Decirte qué?- Rió de forma amargada. Su tono de voz no me ayudaba a entenderlo.- Jugamos a la misma mierda ¿no? Tú robas papeles, mientes... Yo también miento.

- ¿QUÉ? ¿PERO QUÉ MIERDA HABLAS? Tú sabes muy bien que si tomé aquellos papeles fue para poder tener una relación normal. ¡No quiero...

- ¿No quieres qué? ¿Que amenacen todos los días a Izzy de muerte?

Ella lo sabía ¿En serio? Hasta dónde pudo haber contado Izzy. Me dolía, me dolía la traición, la confianza y sobre todo, los secretos y las decisiones que nos unían a Izzy y a mí y que nadie más lo sabía. Porque de esto se trataba nuestra relación. De saber cosas del uno del otro, que nadie más lo supiese, sentirnos especiales, sin embargo, ahora no era así. No había manera, de ninguna forma. La indignación era demasiada, que simplemente me hacía querer no preguntar, no quería saber más.

- Si tú realmente dices amar a Izzy ¿Por qué no lo dejas? Tú sabes muy bien que lo pones en peligro ¡Tú no eres más que otra groupie que quiere acostarse con él!¡No hay ningún sólo hombre que no quiera estar conmigo! Y Jeffrey no sería la excepción ¿Verdad bebé?

-¡QUÉ TE CALLES! TÚ Y YO, NO TENEMOS POR QUÉ HABLAR. ¡TÚ NO ME CONOCES!

- Claro que te conozco, Sol.- Se paró de la silla y se puso a mi al frente.- Déjalo, porque el verdadero amor lo siente conmigo. Y la verdadera pasión lo conoce en mis brazos, y cuando folla contigo, piensa en mi, hija de perra. Yo sólo he venido para retomar mi relación.

- Pues lástima, porque hija de perra o no. Yo sigo siendo su novia. Y la única que puede decidir sobre él, soy yo ¡TÚ NO ERES MÁS QUE SU PUTA!

-¡ANNICA! YA PARA.- Izzy se levantó y empujó a la rubia hacia a un lado de forma que él quedó al frente mío.- Solange... No es lo que piensas, maldita sea. Tú más que nadie lo sabe.

-¿Qué? ¿Qué me pones los cuernos? -Le increpé. Cada palabra de él, no hacía más que reavivar mi enojo, a tal punto de no querer escucharlo y simplemente querer golpearlo.- ¿Saber qué? ¡QUÉ!

- Que tú y yo estamos en números rojos. Este es el último papel que he recibido hace una semana.

-¿Números rojos?- Tomé el papel y antes de leerlo, ya lo había recordado...

Eran esos números rojos. Números rojos.

Tu mundo pende de un hilo y tu buscas salvar a un hombre. Dices estar en números rojos con él, pero realmente ¿podrás? Dime, ¿podrás saldar todas tus cuentas? ¡Hija del maldito desgraciado! ¿o no es así como tú te haces llamar?... Vamos, ¡tu deuda no está en números rojos! ¡ESTÁ DERRAMANDO SANGRE! ¡¿Y crees que salvar a un hombre, es lo más virtuoso que puedes hacer?! ¡ES EL MÁS BÁSICO SENTIMENTALISMO! Eres como un niño rezando, como una pobre infeliz, tratando de tapar el sol con un dedo ¡ES SIMPLEMENTE, PATÉTICO!

Lo peor de todo es que mientes y atentas, sirviendo a otros mentirosos.
Finges ser diferente, tener tu propio código, algo que compense los horrores, pero... Sabes que son parte de ti, que aquellas decisiones que tomas, son inclusive el espejo de tus más bajos instintos que te llevan al borde de lo incorrecto, y eso.. ¡ESO JAMÁS PODRÁS OLVIDARLO!

Pero no te preocupes, no tocaré a Izzy ¡NO, HASTA OBLIGARLO A QUE TE MATE! TAN LENTO, TAN ÍNTIMO, TAN HIRIENTE, QUE HARÉ QUE EXPLOTEN TUS MIEDOS iLO VOY A DESPERTAR, SOLO PARA QUE CONTEMPLE LO QUE HIZO CONTIGO! Y cuando grite, le romperé el cráneo.

¡ESO TE OFREZCO SABANDIJA COBARDE!

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¡¡¡PAM PAM!!! ¿Qué creen que pase?Nunca pregunté, pero ¿qué entienden cuando pongo algunas partes en cursiva? y disculpen, de verdad trato de actualizarlo, pero siempre me demoro en escribir D: y bueno. Quiero agradecer siempre a la gente que lee esto. Mil gracias de verdad 😊❤

Decisiones Nocturnas |Izzy Stradlin|Onde histórias criam vida. Descubra agora