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Estúpido Amor.

Jade

No puedo creer como todo fue a arruinarse de un momento a otro, primero mis padres y su control sobre mi vida, luego Harry y su bebé, sé que no debería importarme pero lo hace y no hay nada que pueda hacer al respecto.

—Tienes que tranquilizarte –dice mi amiga entregándome un vaso de agua y comienza a acariciar mi cabello—. Todo va a estar bien, si quieres puedo hablar con tus padres y...

—No es eso lo que me inquieta, Pezz –me seco las lágrimas con el dorso de la mano—. Algo sucedió anoche mientras estaba con Harry.

—¿Qué cosa?¿Qué pasó? –pregunta frunciendo el ceño y de solo pensarlo un nudo enorme se forma en mi garganta.

—Pues...tuve una sensación de seguridad infinita –comienzo a recordar aquel sentimiento y comienzo a sentir frío en todo mi cuerpo—. Como si...

—¿Como si el tiempo se detuviera? –pregunta ladeando su cabeza con una pequeña sonrisa en sus labios y asiento.

—Como si no necesitara absolutamente nada más que él –miro hacia abajo recordando como entrelazaba sus manos con las mías—. Comienzo a pensar que todo ese estúpido juego del sexo y ser amigos no resulta –pestañeo un par de veces y lagrimas vuelven a caer por mis mejillas.

—Estás enamorada, Jade –ella se acerca a abrazarme y me oculta en su pecho, no soy capaz de emitir ningún comentario, no puedo estar enamorada de Harry, solo estoy confundida—. No tienes que irte, Harry y tú pueden hablarlo y...

—¿Hablar qué? –me alejo de ella para mirarla—. En el caso supuesto de que yo efectivamente esté enamorada de Harry y se lo diga, no cambiará nada –suspiro—. Él y Crystal esperan un bebé, si me quedo solo seré un impedimento para él de concentrarse en él y sabemos que a Crystal no le agrado, no quiero ser un dolor de cabeza.

—Jade, escucha...–dice tomándome por los hombros.

—No, entiendo que no quieras que me vaya –digo rápidamente—. Tampoco quiero hacerlo, pero por el bien de todos tengo que hacerlo.

—¿Escuchas lo que estás diciendo? –parece molesta.

—Sí, Harry no me necesita en su vida –bajo la mirada.

—Pero yo sí –admite ella rompiendo en llanto y me abraza—. Eres mi mejor amiga, no quiero que te vayas.

—No importa donde vaya, siempre voy a ser tu mejor amiga –la aprieto fuerte contra mí—. Por favor, entiende.

—Está bien, apoyaré tu decisión –dice luego de un momento—. Aunque no esté de acuerdo.

—Gracias.

...

Cuando estuve de regreso en casa, decidí que era tiempo de decirle a Harry que me iría, esperaba que no le importara, pero simplemente parecía aún más molesto de lo que esperaba que incluso llegó a pedirme un beso.

Un beso. ¿Quién de cree que es? ¿Acaba con mi corazón y luego me pide un beso?

Regreso a mi casa rápidamente y al entrar me encuentro con mi familia en la sala de estar, todos parecen aliviados cuando he vuelto y la pequeña Amara seguida del pequeño Karl vienen a mi encuentro.

—Hola, amor –cargo a Amara y me agacho para besar la mejilla de Karl quién vuelve corriendo a la sala de estar mientras que Amara me mira y con su pequeña mano seca mis lágrimas—. Estoy bien, preciosa.

Camino con ella hasta la sala de estar y todos de me quedan viendo, nadie es capaz de decir nada, devuelvo a la pequeña al piso y suspiro.

—Acepto, iré a Oxford –respondo y en la boca de mis padres se forma una sonrisa a diferencia de la mueca de confusión de mi hermano.