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Mi Prima.

Jade

Sé que puede sonar extraño e incluso me es difícil admitirlo pero estoy celosa, estoy celosa de esa chica que se pasa días enteros con Harry, estoy celosa de que su presencia me haya borrado por completo de la lista de prioridades del que decía ser mi mejor amigo.

Desde aquel día en que se topó con ella en el cine, simplemente se olvidó de mí, a pesar de que durante la escuela si habla —o intenta— hablar conmigo, el resto del día simplemente se la pasa con ella.

Por ejemplo el jueves, después de la escuela apenas se despidió de mi salió corriendo, creí que tenía práctica en de soccer, pero no, había salido con aquella chica y después la llevó a su casa de seguro para meterse en sus pantalones.

Por otro lado está Perrie quien si bien esta todo el día conmigo, se la pasa hablando de Louis y él de la nada aparece pero nunca se queda mucho tiempo y apenas me habla, como si estuviera ocultándome algo.

—¿Qué te pasa? –el motivo de mi molestia de materializa frente a mi pupitre.

—Nada –respondo abriendo mi libro de historia.

—Es imposible que no te pase nada –dice antes de tomar el lugar desocupado junto a mí y el salón comienza a llenarse.

—No me pasa nada –reitero y suelta un bufido antes de volver a hablar.

—¿Vendrás al juego de esta tarde?

—No creo que lo haga –respondo sin ánimo justo cuando Perrie y Louis aparecen.

—Sí lo harás –dice Perrie mostrándome dos entradas.

—Debiste preguntarme antes –espeto y veo a Scott entrar en el salón, me da una mirada antes de bajarla y pasar directo hacia el fondo del salón.

—Jade, no seas aguafiestas –dice Louis sonriéndome—. La pasaremos bien.

—¿Puedes asegurarme eso? –arqueo una ceja.

—No tienes que rogarle, Louis –dice Harry tomando su mochila—. Si no quiere hacerlo, pues que no lo haga.

Dice justo antes de levantarse de su asiento e irse del salón de clases dejándome muda al igual que a Perrie y Louis.

—Deberías hablar con él, Jade –dice Pezz.

—No, hay que dejarlo a solas –dice Louis y vuelve a mirarme—. Tienes que venir.

—Lo haré –aseguro.

La clase siguió su curso y no hubo ni un solo momento en el que pudiera concentrarme, solo podía pensar en Harry enojado conmigo y siendo consolado por la chica esa.

—Jade, ya terminó la clase –Perrie me hace volver a la realidad, casi todos nuestros compañeros ya se han ido.

—Lo siento –sacudo mi cabeza y tomo mis cosas torpemente—. Estaba distraída.

—Nos dimos cuenta –comenta Louis—. Tengo que irme –dice antes de besar la mejilla de Perrie—. Las veo en el juego.

Sale corriendo del salón dejándonos a Perrie y a mí a solas.

—¿Estás bien? –pregunta mi amiga mientras hacemos nuestro camino hacia el pasillo.

—Sí –le doy una sonrisa y su teléfono empieza a sonar.

—Dame un momento –dice antes de alejarse de mí, yo continúo mi camino hasta llegar a mi casillero y al abrirlo una rosa cae al suelo.

Me agacho para tomarla entre mis dedos, oler su aroma y comienzo a pensar en quién pudo haber sido quién hizo esto.