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Javier se despertó con una sonrisa, apagó el despertador y se sentó en la cama meditabundo. No podía dejar de pensar en su sueño. En Yuzuru. Si hubiese sabido lo que iba a suponer para sus sentimientos abrir el cuaderno azul no estaba seguro de si lo habría leído, pero ahora ya estaba hecho y Javier no podía borrar lo que ya sabía.

Se levantó lentamente y puso la secadora que la tarde anterior había olvidado poner debido al shock, entró en la cocina para desayunar y la sonrisa de Yuzuru apareció en su mente, recordó el final de su sueño y su corazón comenzó a golpear con fuerza en su pecho. Javier estaba seguro de que haber leído el diario del japonés lo estaba confundiendo, tenía que ser eso, porque no tenía sentido que de pronto su corazón latiese de esa forma cuando nunca antes lo había hecho... Por qué... nunca antes lo había hecho, no? Javier suspiró y se preparó un café con tostadas.

Durante el entrenamiento estuvo completamente despistado, todo le recordaba al japonés y eso no le ayudaba a aclarar su mente.
Brian lo paró cuando salía de la pista de hielo derrotado.

-Javi, estás bien?

El español miro a Brian y trato de sonreír como siempre, aunque algo en su interior no le dejaba sonreír con sinceridad.

-Sí, estoy bien.

- Estas seguro? Hoy estuviste algo torpe al practicar...

-Lo sé, creo que solo estoy nervioso, mañana ya estaré en Corea y la presión se hace más presente.

Brian asintió. Lo que el chico le decía tenía sentido, pero en realidad Javier ni siquiera había pensado en que las olimpiadas estaban a la vuelta de la esquina, en ese momento había algo que lo ponía mucho mas nervioso. Ver a Yuzuru.

Llegó a su casa y vio el cuaderno sobre la mesita, donde lo había dejado incapaz de seguir leyendo, sonrió cansado mientras iba directamente a su habitación para terminar de hacer las maletas. El vuelo salía esa misma noche a las tantas de la madrugada, para poder llegar a Corea durante el día.

Una vez tuvo todo listo llevó a Effie a casa de unos amigos, no quería dejar al animal solo en casa y obviamente no podía llevársela con él, aunque le hubiese gustado. Al volver a su casa la sintió vacía, solo había dejado a su gata pero de alguna forma ese pequeño animal le hacia sentirse acompañado.

Se sentó en el sofá y miró la libreta azúl durante unos minutos antes de decidirse a abrirla, tenía que terminar de leerla, una parte de su cerebro de decía que todo lo que había sentido los últimos días era porque estaba confundido, porque no había terminado de leer y todo el mundo sabe que cuando no terminas algo piensas mas en ello. Javier tenía la esperanza de que al terminar de leer el diario su corazón volvería a latir a un ritmo normal cuando pensase en Yuzuru. Pero otra parte de él no estaba tan segura de que eso funcionase así.

De todos modos, continuó leyendo.

~~~

Esta temporada ha terminado antes de que pidiera darme cuenta, durante todo el año he intentado acercarme más al español, pero puedo ver como en sus ojos sigo siendo un niño.
Hace ya cuantos años que estoy en Canadá? Cuatro? Cinco? Empiezo a cansarme de este amor no correspondido, pero no puedo evitarlo y cada vez que me sonríe mi corazón hace un triple axel en mi pecho.

El mundial de este año se celebra en España, estoy muy nervioso... Se que no vamos a estar cerca de donde él creció pero sigue siendo su país. No sé, es como si solo por pisar ese suelo estuviese más cerca de Javier.

~~~

Sin poder evitarlo el español se preocupó al leer que Yuzuru estaba cansado de esos sentimientos, pero sorprendido por esa preocupación desecho esos pensamientos.

Lo cierto es que a Javier también le había pasado eso que Yuzuru decía, no del mismo modo, pero si que cuando viajaba a Japón por algún evento se sentía más cercano al menor, a su cultura, a su forma de ver el mundo.

Ahora que lo pensaba se estaba dando cuenta de que la presencia de Yuzuru en su vida era mucho mayor de lo que el mismo creía. Pero no románticamente, verdad?

~~~

Últimamente a Javi no le está llendo muy bien, en la final del grand prix quedó cuarto... Estoy bastante preocupado la verdad, pero no quiero que se me note.

Yo he vuelto a quedar primero, aunque los últimos años la competencia es feroz.

~~~

~~~

No soy capaz de dormir, siento como todo mi cuerpo esta temblando. Fue algo rápido y lo hice por impulso, no quería seguir viendo a Javi tan derrotado...

Me acerque a él aunque estuviese rodeado de periodistas y le puse mi oro al cuello. Quería animarle. Y aún no se de donde saque el valor para decírselo...

"Para mi tu también eres siempre el campeón"

Mi corazón quiere salirse de mi pecho solo de pensarlo. Y él... Él me abrazó y me devolvió la medalla, me fui corriendo. Notaba como la sangre subía a mi rostro y no quería que todos aquellos reporteros me viesen, aunque estoy seguro de que mis latidos se escuchaban a kilometros de distancia.

~~~

El corazón de Javi también tamborileaba en su pecho, recordaba nítidamente como el año pasado había quedado cuarto en el mundial, recordaba que estaba con los reporteros de laliga, patrocimadores suyos, cuando el japones se había acercado por su espalda, sorprendiéndole. Recordaba la felicidad que había sentido en ese momento, lo mucho que el chico lo había animado... Pero no por el gesto de colgarle el oro al cuello, no por que le dijese que para él era el campeón...

Lo que más lo había animado había sido el abrazo en el que se habían fundido, sentir los brazos del menor rodeándole le había calmado enormemente, era como si ese toque le hubiese devuelto el aliento que no sabía que le faltaba.

Sonrió nervioso, preguntándose que pasaba consigo mismo. Miró de nuevo la libreta, descubriendo que solo quedaban un par de paginas más escritas. Decidió que las leería en el avión, mientras intentaba organizar su mente.

Tenía demasiado en la cabeza, el viaje, las olimpiadas, los sentimientos de Yuzuru y sus propios sentimientos. Le gustaría tener un botón de pausa para poder descansar unos minutos antes de que sus propios pensamientos lo ahogasen. Puso el cuaderno en su bolsa de mano y se metió en cama, cuando el despertador sonase tendría que ir al aeropuerto y no quería llegar a Pyoengchan pareciendo un muerto.
Aún que al final el jet lag siempre le acababa pasado factura, regalándole unas ojeras dignas de un zombie, no le extrañaba que después de cada viaje, cuando salían las primeras publicaciones sobre él, su madre siempre le llamara preocupada por si estaba durmiendo y comiendo bien.

Blue diary [Yuzuvier]Where stories live. Discover now