{cuatro}

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«Let's bet»

—Como escuchaste, nena—, lamió sus labios e hizo que lo mirara—. Yo te follé—, dijo tranquilo y esbozando una media sonrisa—. Y ahora quiero que tú—, me señaló—. Me folles a mí—, mordió mi labio inferior, tirando de este—. Ya que estoy bastante caliente del porno que he estado viendo y, como a ti no se te ocurrió mejor cosa que acercarte a ver—, sonrió—. Quiero que me folles—, dijo y antes de reprocharle nada, unió nuestros labios en un beso lleno de pasión y deseo.

No solo deseo de su parte, sino también de la mía, ya que, haber visto una parte de lo que él estaba viendo, me excitó.

Cuando su lengua tuvo el acceso a entrar en mi boca, está la recorrió toda y se chocó con la mía, haciendo que nuestro beso se subiese de tono mucho más.

Quitó mi camiseta morada de pijama y la tiró al suelo, sin importarle donde cayera. Lo único que le importaba entonces, era follarme, bueno, que yo le follara, pero no ocurriría.

Cuando casi estaba desnuda, estaba preparada para separarme de su cuerpo, pero en un ágil movimiento, estaba debajo de Justin.

Sus labios recorrieron mi mandíbula, mi cuello, mi pecho, hasta llegar a su objetivo: mis senos.

Cogió los dos con sus manos y los comenzó a masajear lentamente, hasta que de pronto, mi seno derecho estaba metido en su boca, mientras que el otro era acariciado por su mano.

Gemí al sentir el tacto de su lengua sobre mi pezón, lo cual produjo en mi pecho que se endureciera. Su mano derecha bajó hasta mis bragas y allí se introdujo por esta, hasta llegar a mi sexo, el cual, sin negarlo, estaba mojado.

—Ay nena, ya estas mojada...—, lamió mi otro seno—. Y eso me pone—, jadeó y prosiguió con sus movimientos.

Ahora lamió mi seno izquierdo, mientras que su mano derecha acariciaba mi sexo, haciendo que mis músculos se contrajeran.

De un momento a otro, dos de sus dedos estaban en mí, haciendo que ni supiese donde me encontraba.

Maldita seas, Justin, haces que mi plan de dejarte a medias se vaya a la mierda.

Jadeante, susurré las palabras que quería, no quería pero quería dejarle a medias, decir.

—Justin... para... quiero...—, gemí al sentir como su lengua ahora estaba posada sobre mi clítoris, haciendo que me volviera loca.

—No hace falta que me folles, Ameline—, esbozó una perversa sonrisa—. Solo te voy a dar el mejor oral de tu vida—, lamió su labio inferior y de nuevo, sus labios estaban sobre mi sexo, haciendo que todo fuese jodidamente perfecto.

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Desperté exhausta. Miré a mi alrededor y estaba sola en el cuarto. ¿Dónde estaba Justin?

Respiré y me levanté de la cama para mirar la hora en mi móvil. 11:27.

—Ah—, murmuré al moverme un poco.

Maldito Justin... Al final acabó follándome él a mí de una manera bestial pero que a la vez, te hacía sentir en el octavo cielo.

Me froté los ojos por el sueño y decidí ir a asearme e ir a desayunar.

Cuando acabé, salí del cuarto del baño ya vestida y algo maquillada, tampoco quería parecer un monstruo...

Caminé por el pasillo y bajé las escaleras aún adormilada, pero no tanto como hace unos minutos.

G A M E S. {Justin Bieber} #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora