¿Qué?

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Me desperté por el ruido de un bostezo. Estaba apoyada sobre Kevin, los dos tumbados en el sofá. Él miraba de arriba a abajo una y otra vez, hasta que por con sus ojos quedaron clavados en mi.

-Buenos días dormilona.-dijo con una gran sonrisa-

-¿Qué ha...?

-Te refrescaré la memoria. Ayer vimos una película, luego tu padre te llamó, después Alex te dijo algo muy impactante por teléfono y me dijiste que ya me enteraría con el tiempo, pero que no era necesario que lo supiese en ese momento. Acto seguido nos vimos un maratón de películas de Disney. Si no recuerdo mal fueron: Mulán, Pocahontas y Frozen, en este orden.

-Ahora empiezo a acordarme.-dije estirándome-Lo último que recuerdo antes de quedarme dormida fue a ti llorando sin remedio cuando Ana murió congelada.

-No lloré, tu despredías mucho calor y me empezaron a sudar los ojos.

-Claaroo.

Empezamos a reír. Me levanté y fui al baño. Me miré en el espejo, tenía unos pelos de loca y legañas. Me lavé un poco y salí.
Fui a la cocina y me encontré una nota en la mesa.

Seguramente te estarás preguntando donde estoy. Bueno, esta mañana entré y os vi tan monos acurrucaditos que no quise despertaros. Os fui a comprar el desayuno, lo dejé en el horno. De camino me encontré a un viejo amigo y hemos quedado para comer, así que no me esperes para comer, pide un pizza o cocínate algo. Sé que se acerca Navidad, así que voy a ir luego a comprar los regalos. Nos vemos en casa por la tarde-noche.

Besos, Mamá

Al instante siguiente me sentí fatal por no acordarme de mi querida madre. Nos vio juntos, genial. Bueno, es una madre comprensiva, aunque... Mejor recemos.

-¿En qué piensas?-dijo Kevin entrando en la cocina, cogiendo una manzana y dándole un mordisco-

-En nada.-le enseñé la nota-Me la escribió mi madre.

-¿Quién crees que será la persona misteriosa?-dijo mientras masticaba-

-No lo sé, no conozco a todos sus viejos amigos, pero sé que aún se ve con la gente del instituto así que puede que sea uno de ellos.

-Tal vez.

Se acercó a mi y me dijo al oído.

-No te preocupes de nada. ¿De acuerdo? Suficientes emociones has tenido ya, ¿no te parece?-asentí y me dio un beso en la mejilla-¿Quieres ir a dar un paseo?-dijo a volumen normal-Llega la Navidad, así que comenzó a nevar hace un rato.

-Sí, me enxantaría, pero antes tengo que hacer una cosa. Tú puedes ducharte.-le señalé la puerta del baño-

-Vale gracias.

Se aproximó a la puerta y antes de introducirse en el baño me dedicó una de sus sonrisas con un guiño incluido.

En serio, me encantaría decirle que es el mejor amigo que he tenido nunca... Pero no puedo, por que eso sería mentir. Él es más que un amigo, claro que si se lo digo y no me corresponde... Ufff, Amelia, hazle caso, deja de preocuparte.
Cogí el teléfono y me desplace a mi habitación. Marqué el numero deseado mientras me tiraba en la cama y esperé. A los poco segundos respondió.

-¿Diga?-dijo una voz adormecida-

-Perdón, ¿te he despertado?

-Algo así-de su boca salió un bostezo y unas cuantas carcajadas, al fondo se escuchaba una voz-

-Alex, ¿estás con alguien?

-Para... Estoy al teléfono.-le dijo a la otra voz-Amelia, ¿para que me llamas?

-Nada, quería confirmar lo que me constaste ayer, por que fue tan la sorpresa que ahora pienso que fue un sueño.

-No, no fue un sueño. Y...-comenzó a hablar más bajo-si quieres que te confirme si soy gay o no, pues mira... ayer... después de que me llamaras... Digamos que me fui a casa, con alguien.

-¿Y ese alguien es...?

-Un secreto.

-Ya.

-Seh.

-Vale, pero... Espera... ¡¿Os acostasteis?!

-Bueeeenoooo, si.

Comencé a dar grititos pero es que estaba súper emocionada.

-Me lo tienes que presentar, ya.

-No.-su tono fue cortante-No-no te caería bien.-él solo tartamudea cuando miente-

-Conozco a varios gays, me encantan, vaaaamossss.

-Amelia, no. Además, solo fue un rollo de una noche.

-¿Cómo lo sabes?

-Por que me lo dijo él.-se le notaba destrozado-Me dijo que lo mejor sería que no nos viéramos más de esta forma.

-Espera.-mi sentido Agatha Christie se encendió-Has dicho que de esa forma... Eso significa que lo has visto de otras formas... Pero solo ves a gente para quedar con ella con nosotros, si tuvieras una vida secreta lo sabría. Todo eso significa... ¡Qué lo conozco!-él ahogó un grito-¡¿Quién es?!

-Hasta mañana Amelia.-se escuchó un pitido-

-Será hijo de... Me colgó...

-¿Y eso es algo nuevo para ti?

La vo de Kevin me sobresaltó. Me giré. Estaba apoyado en el marco de la puerta. Tenía el pelo mojado y revuelto y solo iba vestido con una toalla. Mi cara se tornó a color Kétchup, seguro. Él rio al ver mi expresión.
Me tendió lo que tenía en la mano, el teléfono fijo.

-Te llamaba alguien, ya colgó pero deberías llamarle, tienes unas cincuenta llamadas perdidas suyas.-se acercó a mi y me lo dio-¿Era Alex?-ahora señalaba a mi móvil-

-Sí.

-Vaya, te ha debido de contar algo impactante, un secreto oscuro quizás.-alzó una ceja-Si es lo de que es gay, tranquila, ya lo sé.

-¡¿Qué?!

Empecé a pegarle en los brazos. ¡¿Cómo lo pudo saber él antes que yo?!

-No me lo dijo, lo supuse.-dejé de pegarle-Los chicos detectamos eso.

-Los chicos sois un mundo a parte.

-Cierto.-dijo de vuelta al baño-

Cogí él teléfono que me había dado antes Kevin y llamé al numero desconocido.

-Amelia, por fin.-era mi padre-

-Que pesado eres, ¿no puedes dejarme un poco en paz?

-Esta vez no te llamo para eso. Atiendeme, por favor.

-Vale, que ocurre.-dije levantandome de la cama, se me dormían las piernas-

-Estás en peligro.

-¿Qué?

-Sí. Una de las grandes familias se ha enfadado con el resto por un asunto y...

-Papá.-eso le hizo callar-No mas secretos, ¿te acuerdas? Quiero que me cuentes toda la historia. Ahora voy a salir con Kevin, así que nos vemos en el parque al que iba de pequeña en veinte minutos, allí me lo contarás todo.

-De acuerdo.-colgó-

Kevin entró en la habitación ya vestido.

-¿Era importante?-no contesté al segundo-

-Tenemos que irnos.

Supo por mi expresión que era algo serio.
Cogimos un par de cosas y salimos.

El Rebelde Y La BailarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora