—Nada es retorcido, tonta. Contesta la pregunta que te he hecho —se rió ronco muy por lo bajo sin dejar de observarme—. ¿Pasa algo con ustedes dos?

—¿Algo? —susurré torciendo los labios—. ¿Taehyung y yo?

Yoongi asintió y yo sin darme cuenta me achiqué en mi lugar. Carraspeé por lo bajo dejando el plato de lado mientras recargaba un brazo sobre el respaldar del sillón y me giraba de costado para verle de frente. ¿Qué carajo se supone que debía responder? No quería mentir bajo ninguna circunstancia, aunque tampoco sonaba como un buen plan el decir "hey, sí, ¡estuvimos besándonos anoche en esa barra de ahí mientras tú dormías!". Chasqueé la lengua pensando cuidadosamente mis palabras y opté por suspirar, rodando los ojos antes de hablar. Yoongi se mantuvo atento a mis movimientos, como si quisiera descifrarme él solito.

Quién me manda a meterme en tantos putos líos, joder.

—De pasar no pasa nada, Min —encogí los hombros, procurando sonar lo más despreocupada posible—. Nunca ha pasado nada, sólo supongo que desde que nos conocimos la atmósfera entre nosotros ha sido rara.

Yoongi alzó una ceja ante mis palabras y tuve que frenarle con un gesto antes de que se fuera por las ramas o dejase volar la imaginación.

—No, no, joder. Antes de que lo malpienses: no. No en el sentido que crees —inhalé aire con fuerza y cerré con un chasquido de lengua seleccionando con cuidado lo que iba a decir a continuación—. Mira, voy a ser honesta contigo, ¿sí? Creo que Tae es jodidamente guapo. Supongo que por eso dices que has visto cosas y consideras que tienes razones para pensar de esa forma, pero voy a dejar bien en claro que él no me gusta, ni le gusto, ni tenemos nada. Somos amigos y listo, ¿ya?

El gesto que se formó en su rostro fue sin duda gracioso. Era como si le hubiera dado a oler un pedazo de carne podrida pero con forma de pene o algo obsceno por el estilo pues, a pesar de lo contraído de su mueca, tenía una pequeña sonrisa estampada en los labios.

Fruncí el ceño sin entender un coño y esperé por una respuesta que no llegó pronto. Dio tiempo suficiente para que Yoongi se acabara el vaso de soda completo, para que me mirara por minutos enteros con el poema extraño en su semblante y sus ojos un poco más chiquitos de lo normal. ¿Pero qué carajo le pasaba ahora?

—¿Yoongi?

—¿Es más guapo que yo?

—¿Qué?

—Que si Taehyung es más guapo que yo.

Mis cejas se juntaron otro tanto y me levanté ahogando una risa por su pregunta. Por la cara que seguía haciendo no podía tomármelo en serio así que supuse que estaba bromeando y, como si estuviera en un programa de esos absurdos que a veces daban por la televisión abierta, opté por pasar de pregunta mientras me aproximaba al refrigerador para servirme de la soda de Yoongi. Él me siguió con la mirada hasta que le di la espalda y una vez asegurándome de que no me estuviese viendo de frente me permití soltar una risita escondida negando con la cabeza.

—Eh, Seori.

Me sorprendió escuchar su voz cerca de pronto. Mucho más cerca. Sobre mi oído, para ser exacta.

Brinqué en mi lugar, derramando un poco de refresco gracias a la impresión por la repentina aparición de las manos de Yoongi sobre mi cintura, apretándome con fuerza para atraerme ligeramente hacia su pecho. Su barbilla reposó en mi hombro y su risa ronca llegó hasta mi oído cuando me dispuse a soltar un par de maldiciones por lo bajo al ver las gotas de bebida derramada en la encimera de la cocina.

—¡Mierda, idiota! Mira lo que has hecho, Yoongi. Joder.

—Contesta —demandó, en un tono paradójicamente suave teniendo en cuenta el contexto de la situación.

staged » bts; myg.Where stories live. Discover now