Capitulo 14 (Marceline)

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La campanilla del lugar sonó y de alguna forma su mente quedó en blanco.

Hipnotizada por el impregnarte olor del café con un toque, uno pequeño de canela junto a la deliciosa fragancia de la variedad de postres recién hechos por todo el lugar, hizo sin duda que sus nervios se esfumaran tan pronto como habían llegado, llenándola con una paz inexplicable y creando en su estomago un vació que deseaba, no, necesitaba llenar con pasteles y más pasteles.

No se había dando cuenta hasta ahora que moría de hambre.

─¿Qué tal aquí? ─pregunta Bonnibel a Marceline apuntando hacia la mesa que se encuentra a unos cuantos centímetros de donde están.

─Me parece bien ─dice acordándose en el asiento intentando esconder los pequeños gruñidos que hacia su estomago. 

Bonnibel imita la acción.

En la mesa reposaba el menú del lugar haciendo que cada quien tome sus respectivos, ojeando el contenido e intentando llenar el incomodo silencio con comentarios sobre los precios y sobre cualquier otra cosa para entretenerse.

─Bienvenidas, ¿Desean pedir la comida ahora, o esperar hasta sus bebidas?  ─una voz llamó su atención.

Ellas levantan la mirada sorprendidas de encontrándose a ni más ni menos que... adivinaron, Fionna.

─¿Fionna? ¿Qué haces aquí? No sabia que trabajabas ─comenta Marceline con asombro.

─Quería que fuera una sorpresa ─dice con una gran sonrisa. 

─En serio, ¿Cómo logras estar en todas partes? ¿Acaso tienes el poder de aparecerte a tu antojo? ─pregunta.

Fionna ríe.

─No, solo es una virtud.

─¿Es por eso que me recomendaste este lugar diciéndome de los deliciosos postres que vendían? ─Bonnibel se mete a la conversación, diciendo lo que tenia en mente en todo ese momento.

─Claro, yo soy la que ayuda a cocinar ─dice prepotente─  Como decía ¿Qué van a pedir?

─Un helado de caramelo, porfa ─apunta Marceline a la imagen del menú.

─Yo, un helado de chicle ─susurra su acompañante.

Fionna anota en su cuaderno la orden.

─Enseguida, no tardo ─se despide con la mano yendo hacia algún lugar.

Y entonces, silencio. El maldito silencio.

Ahora que lo pensaba... ¿Qué exactamente sabia acerca de Bonnibel?

Bueno, que estudia medicina, eso es obvio.

Y que a veces se encuentran en el pasillo de la Universidad o que le gusta masticar chicle y que está enamorada de ella.

Enamorada.

Sintió su corazón hacerse chiquito y su boca se secó.

Marceline niega en silencio.

¿Qué más sabia de Bonnibel Bubblegum?

Una idea cruzó su mente: podría aprovechar esta oportunidad para hablar con ella.

Dejó de mirar a la ventana y volteo a ver a la chica que estaba frente a ella.

Bueno, tenia en bandeja de oro lo que quería, ahora debería darle una oportunidad, ¿verdad?

¿Verdad?


BubblegumWhere stories live. Discover now