Capitulo 13 (Bonnibel)

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─¿Quieres intentarlo? ─le pregunta sonriendo secándose el sudor con su brazo ─ Seguro es aburrido verme dar golpes y patadas por media hora, ¿no?  ─dice sentándose a su lado mientras le da un trago a su botella de agua.

  ─ No gracias, estoy bien  ─Marceline niega─También... ¿No seria inconveniente que ande aquí? Tengo miedo de que nos atrapen y nos metamos en problemas por tu culpa.

Bonnibel sonríe.

─Claro que no, el dueño es mi amigo  ─se recarga en la pared─no habrá problema.

"O eso espero" piensa preocupada.

Marceline asiente, quedándose en silencio por unos cuantos segundos antes de decidir hacer la pregunta que vagaba por su mente todo este tiempo:

─Oye... ¿Por que me traes aquí?

La morena se lo piensa.

─Porque quiero pasar mas tiempo contigo, eso es todo.

─Oh, vale.

Marceline evita su mirada sientiendose avergonzada.

─Creo que ya es hora de irnos, ¿no? ─dice Bonnibel levantándose del suelo sacudiendo el polvo de su trasero parta luego entregarle su mano con una sonrisa.

Marceline asiente con la cabeza aceptando sin pensar de su mano.

[...]

El silencio en ese momento era incomodo, no había ocasión en que una de ellas intentara empezar una platica pequeña y casual sin que terminara con "Sí" y "No".

Platicas monótonas, simples y cortas.

Tampoco era de qué sorprenderse, pues cada quien estaba encerrada en sus propios pensamientos.

Pero Bonnibel decide tomar la iniciativa, otra vez.

─Oye, ¿Qué te parece ir a tomar un helado? ─Propone rompiendo el silencio que se había creado momentos antes de haber salido del lugar.

Marceline voltea a verla con un brillo en los ojos innegable.

Bingo.

─Eso suena bien ─dice encogiéndose de hombros en signo de falso desinterés, sientiendose un poco aliviada de que haya empezado la conversación y haber roto el silencio asfixiante que mantenían─Pero solo si invitas.

Bonnibel ríe.

─Claro ─pausa─ Por cierto, ¿qué sabor vas a querer? ─pregunta ignorando el hecho de qué sus manos rozaban ocasionalmente (o sospechosamente) contra las de Marceline.

La pelinegra se queda callada.

─Chicle ─evita su mirada, avergonzada ─quiero un helado sabor chicle.

Bonnibel deja de caminar por la sorpresa, pero luego retoma su acción con una sonrisa.

─Entonces chicle será ─dice tomándola de la mano con sutileza.

Marceline no dice nada, solo se queda callada intentando esconder su sonrojo con su cabello por tal atrevida acción.

Y en todo el camino, no se habían soltado las manos.

Ni una sola vez.

BubblegumWhere stories live. Discover now