Capitulo 23. Portland ¡Alla vamos! REESCRITO

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Capítulo 23

Portland ¡Allá vamos!

Jueves 27/Noviembre/2014

No todo sale como uno lo planea ¿cierto? Nuestros planes habían caído luego de la desagradable visita de Elena además Ana no se sentía muy bien para viajar ayer, así que salimos muy temprano de casa para estar a las diez a.m. con Raymond, ayer por la mañana había enviado nuestro equipaje a Portland con Taylor para instalarnos en el Heathman.

Me encantaba dormir al lado de Ana pero sin duda nada se comparaba a despertar junto a ella, algunos rayos del sol se filtraban en la habitación - lo que era un poco raro con el clima habitual en Seattle- iluminando todo a su paso, el cabello de mi amor resplandecía de manera sobrehumana, su hermosa cabellera castaña tenia reflejos rubios que no se notaban hasta que el sol le dio directamente y su piel pálida adquiría un tono dorado delicioso. Lucia tan delicada y fragil, quisiera encerrarla en una burbuja para que nadie jamas la dañe, para mantenerla segura.

Mis labios besaban sus mejillas, su barbilla y por ultimo sus labios con delicadeza, una risita ligera emergió de sus dulces labios pero no abrió los ojos, continúe con mi exploración por su cuerpo bajando mis labios a su cuello y mis manos acariciaban la piel desnuda de su espalda ganandome un ronroneo que me hizo reír.

-Buenos días gatita. -susurre entre risas y regrese mis labios a los suyos posandolos suavemente. -¿Amaneciste bien? ¿Como está tu cabeza?

-Buenos días. Está bien, no me duele. -murmuro con las mejillas enrojecidas aun con los ojos cerrados.

-¿No? Eso es bueno. - susurré sin dejar de acariciar su cuerpo. - Al parecer la "medicina" hizo efecto.

-Si. Eso y tus cuidados me ayudaron bastante. -río ligeramente recordando esa poderosa "medicina"

¿Puede culparme? Es difícil mantener mis manos para mí mientras mi nena esta cerca y ayer mientras cenábamos lo comprobé. Ana pasó de ser reticente en lo que al sexo se refiere y no la culpaba, lo que vivió con el hijo de puta de Jack no fue nada sencillo, yo mismo lo viví con Elena en el pasado pero ahora, luego de la primera vez que habíamos hecho el amor ella se volvió mas receptiva, la noche pasada luego de correr a Elena tuvimos una larga charla sobre todo y nada a la vez, Sobre su desmayo, sobre nuestras familias y Liam, y por primera vez en años -Solo lo hacia con mis hermanos, cuando estábamos muy pequeños, en la mañana de navidad así que era algo nuevo- cenamos sobre la alfombra frente a la chimenea en un silencio cómodo y miradas muy significativas pero eso no me previno para lo que paso después. Ana se lanzo a mis brazos recostandome sobre la alfombra mullida y luego sentándose a horcajadas sobre mi estomago desnudo, el roce de nuestra piel- ella se encontraba solo con mi camiseta y sus bragas como la deje antes del evento con Elena- y nuestro labios batallando una guerra que ninguno quería perder, me sacó de quicio. Esta de mas decir que esa noche nos amamos frente a la chimenea toda la noche hasta caer agotados en los brazos del otro. Prueba de ello puedo mencionar algunos arruñones que tengo en el pecho y espalda, quien pensaría que mi dulce e inocente Ana es toda una gatita dispuesta a sacar las uñas.

-De acuerdo amor.- Sonreí y besos sus labios suavemente. - ¡Vamos! Arriba. Se nos hará tarde para viajar a Portland si no te levantas ahora aun debemos desayunar y tengo que ir a GEH a recoger unos documentos.

-Bien, bien. Ya voy. -gruño molesta caminando desnuda hacia el baño pero rápidamente la tome en mis brazos tirándola sobre mi hombro. -¡Christian!¡Eres un neardental! Bájame, llegaremos tarde.

-Tomaremos un baño juntos nena, ya sabes que me preocupo por el medio ambiente y debemos cuidar el agua. - Sonreí arrogante escuchando su risa, bese su trasero antes de darle una pequeña nalgada sin lastimarla. -Ademas así ahorramos tiempo.

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