трес

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A REZAR (SERÁ MEJOR QUE EMPIECES)

          Jeongguk tan solo había conocido un par de miembros de la banda que habían llegado a incomodarle, que le habían hecho sentir algo similar a miedo en su presencia. A pesar de la viperina lengua de Yoongi y su hábito de romper huesos, su amigo no era uno de ellos, pero había un par de matones que conocía de vista o nombre que encontraba bastante intimidantes. Generalmente éstos eran los hombres más altos que él por unos cuantos centímetros, anchos y grandes a causa de músculo desarrollado en lugar de grasa: los que nunca tenían moretones a pesar de estar siempre trabajando. En tan perfil solían incluirse los que a veces tenían tatuajes en la cara, expuestos claramente para que nadie tuviera oportunidad de confundir sus afiliaciones, y también se percató de que apenas parecían hablar. Al mirar a la mayoría de ellos solía preguntarse si tenían capacidad para formular algo más que gruñidos y rugidos, o si simplemente se ceñían a usar los puños para transmitir su mensaje. Nunca había experimentado nada lo suficientemente poderoso como para llamarlo "miedo", sino más bien algo de recelo que le hacía no querer acercarse demasiado a ellos, o tan siquiera mirarles. Había visto quizás unos tres matones de Sam Yong Pa a los que podría aplicársele esta descripción, y sabía que uno de ellos ni siquiera era coreano, sino japonés. Nunca había oído en ninguna ocasión su nombre real, ya que parecía que respondía al nombre de "el japonés", como si fuera alguna especie de villano de película. Y la verdad es que ni siquiera eran tan alto o amenazador. Simplemente parecía emanar de él una sensación que advertía a la gente de que no era alguien con quien meterse, por lo que Jeongguk se dejó guiar por tal corazonada y decidió, en cuanto le vio, que lo inteligente sería evitarle. Es decir, nunca antes le había dado miedo otro ser humano, quizás exceptuando a su madre alcohólica.

          Había introducido drogas de contrabando en zulos repletos de socios comerciales extranjeros, también experimentado algunos altercados con la policía en el pasado; había pasado numerosos días en las calles cuando prácticamente seguía siendo un niño y había logrado sobrevivir al mortal frío invernal. Las personas no le asustaban en lo más mínimo, y aun así tenía que admitir que sintió algo en la profundidad de su estómago cuando entrelazó la mirada con la de este chico: con Kim Taehyung.

          El desconocido no tenía un semblante amenazador en absoluto, y eso fue lo que encontró tan extraño. Tenía una cara que parecía poder ser muy simpática en las circunstancias adecuadas, no una presencia imponente como la de un defensa de fútbol americano con ojos frenéticos y desquiciados. Aunque de alguna forma, al establecer contacto visual con él, descubrió que era amenazador de una forma diferente. Su mirada era potente e inquebrantable y se percató de que esto era lo que se sentía al estar en el lado receptor de la ira de Yoongi. Sus enormes ojos le observaron, como un enorme gato acechando a su presa, y entonces parecieron atravesarle con la mirada. No se estaba comportando como Jimin, quien había montado un espectáculo para parecer mas guay e intimidante, no. Taehyung estaba envuelto por una atmósfera natural que no necesitaba forzar o fingir.

     –¿Qué? –le preguntó el chico repentinamente, con voz grave y un acento que ciertamente no era de Busan. Ncesitaría oírle hablar un poco más para descubrir su provincia. Sus cejas se removieron de la más ligera de las formas, y desaparecieron bajo la capa de pelo que cubría su frente.

          ¿Por qué le había presentado Jimin como "el mocoso de Sam Yong Pa"? ¿Por qué había creído que era buen idea darle a conocer como un rival, en lugar de tan solo decir su nombre? Jeongguk no lo sabía, pero tuvo ganas de lanzarle otra castaña por su estupidez. Incluso de golpearle la nuca con su skate para dejar clara su opinión respecto al tema. Él nunca le habría presentado a Yoongi diciéndole a éste que estaba en Geum Sung Pa, porque la verdad es que no sabía cómo reaccionaría exactamente su amigo ante tal hecho. Puede que se cabreara, o quizás se quedaría demasiado conmocionado como para enfadarse, pero daba igual la forma en la que hubiera respondido, él nunca se lo habría dicho. ¿Acaso Jimin lo había hecho a propósito para ver la reacción de Taehyung, o quizás ya le había hablado antes de él a su amigo? Y si fuera así... ¿qué le había contado exactamente?

TASTE OF INKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora