SACRÍFICATE POR EL EQUIPO
Jeongguk vio a Namjoon caminando por la zona, como hacia la mayoría de días, aunque se mantuvo sentado sobre la baja pared de ladrillo en lugar de moverse. Ahora mismo se sentía como si pudiera permanecer ahí sentado durante horas y horas sin moverse, ya que sentía un terrible peso en el pecho que no tenía posibilidad de aliviar. Se sentía enfermizo, y pensó en cómo Yoongi había bromeado con él diciéndole que se pondría malo por la suciedad de la habitación del apartamento, y aunque había acabado así, la razón eres una totalmente diferente. El agente Kim caminaba con una confianza opuesta en su totalidad a como se sentía él ahora mismo, y se limitó a observarle patrullar la acerca de en frente desde el otro lado de la amplia carretera. Tenía el skate abrazado contra el pecho y las piernas estiradas frente a él, ocupando una considerable cantidad de la calle. Unos cuantos peatones le miraron casi como si pensaran que debería apartarse y dejar de obstruir la acera, pero no lo hizo. Ni siquiera les miró, ya que sus ojos estaban pegados a las puertas del aparcamiento.
A Jeongguk no le habían encargado nada de trabajo esta mañana porque todo el zulo seguía recuperándose aun del caos del día anterior, y nada más despertarse descubrió que quedarse encerrado dentro del edificio resultaba sofocante. Encontró a todo el mundo en la parte delantera trabajando, pero sin el usual sonido de risas, sin el aroma a alcohol en la atmósfera; aunque con el suficiente humo de cigarros como para casi atragantarse al poner un pie en la sala. Estaba claro que todo el mundo continuaba intentando a duras penas solucionar los problemas que esa única pelea había causado, y Jeongguk descubrió rápidamente que no quería quedarse ahí ni un segundo más. De modo que se acercó a Sunmi para preguntarle para quien correría hoy, pero solo acabó siendo informado de que los traficantes estaban bastante ocupados encargándose de revisar y establecer conexiones personales y que se pondría en contacto con él esta tarde si hubiera algún cambio. Parecía algo demacrada después del día de ayer, y no le sorprendió tal hecho. La pobre mujer no solo había tenido que encargarse del lamentable estado de Jaebum, sino también de otros cuantos matones que habían conseguido volver al zulo antes de que la policía llegase al sitio y se encargaran de ellos. Había dado puntos sobre cejas y labios partidos, ajustado narices rotas y dedos con pequeñas piezas de plástico y capas y capas de vendajes y también había tenido que hacer malabares para tomar todas las llamadas y organizar reuniones a su vez. Con el teléfono en su usual posición, el hueco entre el cuello y el hombro estuvo ladrando cosas por el micrófono y trabajando en las magulladas caras de los hombres sin descanso alguno. Se las había arreglado sorprendentemente bien en tal situación, y no le resultó algo atípico, ya que no era la primera vez que había cuidado de los miembros heridos que no habían requerido hospitalización.
Tras descubrir que no tenía ningún pedido que entregar, localizó a Jaebum en una de esas habitaciones de apartamento, donde actualmente se encontraba descansando hoy mismo y donde continuaría unas previsibles dos semanas, hasta que sus amoratadas y doloridas costillas le permitieran volver a la acción. Jeongguk encontró muy extraño eso de bajar la mirada y ver al hombre tumbado en una cama en lugar de en pie, trabajando. Jaebum no era de los que se ponían a vaguear por ahí mientras quedara luz del sol presente, y aun así ahora no tenía otra opción, ya que se había llevado las suficientes ostias en el costillar como para haberse roto por lo menos una. En el pasado, el hombre siempre había vuelto de las peleas con las ocasionales marcas en la piel: con una brecha en la mejilla originada por el anillo de alguien, un ojo cerrado que amanecía negro a la mañana siguiente, un diente roto que le era reemplazado rápidamente por quien fuera el que le hubiera contratado. Nunca había acabado tumbado en una cama, mandando a otros hombres hacer sus labores propias por él ya que no podía moverse tan siquiera. Aun así, a pesar de este hecho, el hombre le habló de lo ocurrido ayer con más detalle que los matones gritones y los traficantes que habían querido saber todo en cuanto llegaron.
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TASTE OF INK
Fanfiction𝘵𝘢𝘴𝘵𝘦 𝘰𝘧 𝘪𝘯𝘬 universo alterno - gangsters, violencia organizada, uso y tráfico de drogas por menores, violencia, gore leve, lenguaje explícito, angst.