VALIENTE SOLDADITO
Jeongguk podía sentir algo cálido en el cuello, y supo que era el aliento de alguien. Estaba demasiado cansado como para ser capaz de abrir los ojos, así que tan solo se movió y se acomodó contra el cuerpo de su amigo. Contra Yoongi. Era todo tan curioso, había estado soñando con él hace solo unos minutos, y ahora estaba aquí; tumbado en la cama de la habitación de apartamento con él porque por fin había acabado con su atracón de cinco días seguidos de trabajo y, después de tanto desearlo, iba a estar en el zulo con él un tiempo considerable. Le rozó el estómago y el pecho con la espalda y, tras un momento, sintió su brazo avanzando por su cintura, la presión de su mano contra su estómago para acercarle aun más a él. Su amigo estaba tan calentito que no pudo evitar sentirse nada más que a salvo y seguro en sus brazos, así que Jeongguk removió la cabeza y la presionó aun mas contra la almohada.
Podría quedarse simplemente así durante tanto tiempo... Para siempre, si tuviera la posibilidad. Sabía que pronto tendría que levantarse y salir del zulo porque probablemente hoy volvería a correr ya. Llevaban unos cuantos días de retraso por todo el problema de Hong, así que habría muchos clientes a los que entregarle mercancía. Jeongguk se creería, sin problema alguno, que hoy acabaría trabajando desde por la mañana temprano hasta la noche, y ni siquiera podría quejarse porque había tenido libres estos últimos días. No, simplemente tendría que saltar en su skate y trabajar tan rápido como pudiera, incluso bajo el abrasador calor de verano, para asegurarse de mantener contentos tanto a los clientes como a los traficantes y su jefe. Sin embargo, a pesar de ser consciente de ello, sintió que podía quedarse un poquito más. Esto no solía pasar ya prácticamente nunca, apenas se levantaba en la cama con Yoongi debido a los largos periodos de tiempo que éste pasaba trabajando.
Tomó un profunda inspiración y la exhaló lentamente. El más débil aroma a algo captó su atención: las débiles esencias a champú y colonia sobre la almohada. No olían a Yoongi para nada. Tenía memorizado a la perfección el aroma de su amigo porque nunca cambiaba ni una sola cosa de las que usaba. Su colonia era siempre Eau Savage de Dior: amaderada y levemente amarga para su nariz. Su champú contaba con un aroma lechoso, como a almendras, pero este era diferente. Este olor resultaba floral, y no podía descifrar el por qué. Eso era extraño. Yoongi siempre usaba los mismos productos una y otra vez porque no parecía gustarle el cambio. Le hacia parecer confiable de alguna curiosa forma, eso de no revolotear de una cosa a otra como una abeja testando polen. No como Woosang. Ese traficante siempre olía a una colonia distinta cada vez que le veía y Jeongguk simplemente sabía que debía tener docenas de estantes en el baño con todo tipo de botes en ellos. Lo único que se le ocurrió, por tanto, es que esta no debía ser su cama o tan siquiera su habitación compartida de apartamento en el zulo, así que abrió los ojos lentamente. Únicamente pudo ver una almohada blanca, así que giró la cabeza ligeramente para mirar por la habitación.
Jeongguk vio paredes de ladrillo y una pequeña ventana justo en la zona más alta, larga y fina, que ocupaba prácticamente la longitud del tabique. Esta no era, definitivamente, su habitación que compartía con Yoongi: con sus paredes blancas, ventana grande y escritorio en la esquina. Solo conocía una habitación de este tipo, así que se movió para levantar la cabeza de la almohada, sumido en una somnolienta confusión. Al hacerlo, sintió un brazo metido bajo la almohada y cuando miró hacia abajo, comprobó que no estaba cubierto por ninguna camisa de Yoongi, o tan siquiera camiseta suya. No, lo único que vio fue piel desnuda, y la imagen de tal fue suficiente para hacerle fruncir el ceño. Volvió a colocar la cabeza en la almohada y después sintió más aliento cálido en su cuello.
¿Con quién estaba tumbado en la cama? Esta no era la suya, sin duda. Bajó una mano hasta sentir el brazo sobre su cintura, y las yemas de sus dedos avanzaron para encontrar su muñeca, y después su mano: nudillos desgarrados y piel arañada. Miró hacia abajo y ahí estaba colocado, efectivamente, un brazo bronceado sobre él, junto a la familiar imagen del tatuaje de una estrella en el dorso de la mano: Kim Taehyung. Jeongguk sacó la lengua para humedecerse los labios, y sintió un sabor ácido en su boca. La tenía terriblemente seca y pudo sentir los comienzos de un dolor de cabeza palpitando tras sus ojos. ¿Por qué sentía la cabeza de una forma tan... extraña? Como si le estuviera flotando por encima del cuerpo, conectada al cuello por un hilo pero, al mismo tiempo, como si el cerebro le pesara como una piedra.
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TASTE OF INK
Fanfiction𝘵𝘢𝘴𝘵𝘦 𝘰𝘧 𝘪𝘯𝘬 universo alterno - gangsters, violencia organizada, uso y tráfico de drogas por menores, violencia, gore leve, lenguaje explícito, angst.