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Orgullo y temor

Pov ...

Pasaron 5 días más, ahora, la pelirosada ya no se encontraba en el hospital, ahora estaba nadamas y nada menos que en Yuuei, en los nuevos dormitorios, gracias a cementoss había sido juego de niños construirlos, ella era la primera en verlos, y deseaba que sus compañeros estuvieran ahí para hacerle compañía, había salido con la condición de comer y dormir bien, sus heridas internas más graves habían sido curadas, pero las exteriores y mucho más  leves habían pasado a segundo plano, ahora lo que querían era que recuperara energía, la curación de sus heridas ya le había quitado bastante, y aparte la falta de sueño y apetito, podría ser grave.

Lunch Rush, cocinero de Yuuei era quien se encargaba de las comidas de la chica, teniendo que cerciorarse de que ella realmente estuviera comiendo bien, era algo obvio el bajo humor de la chica, el cocinero y héroe se había percatado rápidamente, con frecuencia la veía por ahí, y le pedía de comer en los recesos con una enorme y amable sonrisa, ahora miraba a la nada, sumida en sus pensamientos, sin rastro alguno de la sonrisa que siempre solía portar, tratando de levantarle el ánimo siempre le decía que pidiera lo que quisiera, él lo haría para ella, incluso a veces le llevaba algunos pastelitos y postres para que tuviera algo por si se le antojaba más tarde, recibiendo así la sonrisa amable de la chica, quien agradecía felizmente.

Esos pequeños gestos de amabilidad que querían levantarle el ánimo la hacían sentir bien, y aunque fuera solo por las comidas ella sonreía genuinamente, se había pasado día y noche esperando a Bakugou mientras estaba en el hospital, pero fuera de sus amigos usuales nadie más había intentado verla

"No es su obligación verte, no seas egoísta"

Se repetía a sí misma eso, no le importaba que no la visitara, claramente no era su obligación ni mucho menos, pero aunque no lo dijera, era obvio que sí que le había dolido un poco, de cualquier modo lo dejó de lado, ella quería verlo, o por lo menos saber como estaba aunque, de ante mano, sabía que estaba bien, pus Kirishima le había informado de lo ocurrido antes, miraba la pantalla de su celular debatiendo si enviarle un mensaje o no.

"¿Y si está molesto?"

"Tal vez por eso no quiso verme"

"o tal vez esta ocupado"

Dejó caer el celular a su lado, sobre el simple futon que le servía temporalmente de cama, no tenía ni el ánimo, ni la energía de ir y empacar sus cosas, además los héroes y profesores estaban ocupados, resignada, no conseguía el valor suficiente para hacerlo, y en el fondo sabía que no lo haría.

Por otro lado y siendo así curioso como son tan iguales y diferentes a la vez, aquel chico explosivo había hecho el mismo gesto, solo que con algo más de fuerza, azoto el teléfono con fuerza en la cama después de haberse debatido un buen rato si llamarla o no, quería hacerlo, ya se lamentaba de no haber ido a verla al hospital, al salir en una conversación fugas Kirishima le había comentado que ella seguiría ahí un par de días más.

La policía le había ordenado no salir de casa, pero, ¡Al carajo la policía! Quería verla, reclamarle por no haber huido, y haber dejado que la hirieran así, pero igualmente a la vez, no podía evitar sentirse algo culpable, por desgracia, tenía la iniciativa de verla, si, pero no sabía en cual hospital estaba, Kirishima no lo había dicho y él, estúpidamente orgulloso no estaba dispuesto a preguntar, ni siquiera a ella.

Después se enteró que ya había salido del hospital y estaba en Yuuei, en los nuevos dormitorios, en ese par de días debía de ir Aizawa y All Might a hablar con sus padres como le había dicho Kirishima, sabía que ella ya tenía su celular consigo, la había visto en linea varias veces, cuando, peleaba consigo mismo tratando de decidir si mandarle por lo menos un mensaje, pero cuando se decidía a hacerlo la veía en su memoria, con aquella cálida y hermosa sonrisa, de la cual, aunque antes lo irritaba, ahora la añoraba, y segundos después de eso la veía llena de heridas, con los ojos cristalizados y estirando la mano hacia el, aterrada, mientras gritaba su nombre

—¡¡KATSUKI!!—lo escuchaba claramente, la escena se revivía en su mente con tal claridad que parecerá estarlo viviendo nuevamente, volver a ese momento, eso lo hacía retractarse, la culpa lo invadía y lo hacía ponerse de un peor humor del que ya traía estos últimos días cargando, incluso su madre, quien normalmente siempre estaba molestándolo lo había dejado en paz al ver su estado de ánimo, comportándose como lo que sería una madre, tranquila y serena, gesto que le daba igual al chico, el cual se la pasaba tirado en la cama leyendo, tratando así de distraerse.

"Debí haber estado ahí"

"No solo All Might, ella también pagó por tu debilidad"

"Si fueras más fuerte, ella no hubiera sufrido así"

"All Might esta cómo está por tu culpa"

"Tu culpa"

"Por ser débil"

"Todos, incluso Deku están por delante de ti, siempre lo han estado"

Nuevamente, era curioso como ellos sentían lo mismo, en diferente perspectiva, pero al final era el mismo sentimiento, culpa, culpa por no haber podido salvar y proteger a aquella persona que les importaba.

Furioso se levantó de la cama, camino de un lado de un lado a otro como un leon enjaulado para después volver a sentarse en la cama, sujetándose la cabeza frustrado y soltando maldiciones al aire y a sí mismo

está bien Bakugou...sonríe...—alzó la mirada rápidamente, esperando verla ahí, en perfecto estado, sin heridas de ningún tipo, y sonriéndole de aquella tan típica manera suya

Per no era así, no había nadie delante de el, nunca lo hubo, había sido una ilusión, solo creyó oír su voz, reconfortandolo, chasqueo la lengua molesto y se tiró en la cama, dispuesto a dormir un rato.

Ella sentía temor, temor de que la odiara, temor, de que no quisiera verla más, de que estuviera molesto con ella y su temor le hizo no hablarle.

El, orgullo, el orgullo de no querer preguntarle a nadie por ella, de no querer verse más débil de lo que creía ya había sido.

Y ambos sentían culpa, aquella culpabilidad los carcomía, por que ambos se culpaban a sí mismos por las heridas y situación del otro, sin saber, qué de tragarse su orgullo y tomar valor, las cosas serían más fáciles, porque ambos, morían por verse, o por lo menos recibir un mensaje.

—...perdóname...—Dijeron ambos al mismo tiempo

—no pude salvarte...—dijo ella acurrucándose entre sus sábanas

—por no haber estado ahí para protegerte—dijo él en un susurro tan bajo que parecía que no había dicho nada

Flores explosivas (EDITANDO)Where stories live. Discover now