Curiosidad

2.1K 251 9
                                    

-¿Alguien sabe porque Tony nunca se quita la armadura que protege su brazo derecho?

Fue una simple pregunta la cual causó revuelo entre los presentes, pues en ese momento descubrieron que sabían muy poco de su compañero, si bien Tony tenía pinta de coqueto además de un increíble carisma para convencer a la gente sin olvidar que podía presumir de las cosas más geniales que haya realizado. La verdad es que ellos sabían lo mismo que los medios y la gente.

Si bien la privacidad era algo que todos respetaban, era común en que al menos todos se conocieron en mínimos pero significativos detalles.

Pero con Tony no era así, el joven genio hablaba con todos pero tan solo eran charlas sobre la escuela o algún entrenamiento dado por Fury, la única persona que podían suponer con la que conversaba de otras cosas era con Janet Van Dyne.

Thor, Loki, Pepper, Natasha, Clint, Khamala y Sam corrieron en busca de Janet a quien encontraron hablando con Bruce y Steve, al parecer la chica les comentaba sus nuevas ideas para la creación de ropa.

-¡JANET!

Avispa no pudo evitar usar a Steve como escudo humano ante los recién llegados quienes parecían estar molestos o eso fue lo que pensó ante su llegada.

-¡Sea lo que sea yo no lo hice!- Grito la chica algo asustada.

Por su parte Steve y Bruce miraban a sus compañeros algo confundidos por su repentina aparición.

-¿Qué sucede chicos?

-¿Janet tu sabes la razón por la que Tony no se quita la armadura del brazo derecho? – Fue Clint quien pregunto.

-¿A qué viene esa pregunta? –Cuestiono Steve.

-Cap con honestidad cuando ha visto a Tony estar sin la armadura de su brazo derecho.

Steve repaso en su memoria los días desde conoció al genio y se sorprendió al darse cuenta de que sus compañeros tenían razón.

-¿Por qué mejor no le preguntan personalmente? – La pregunta de Bruce hizo que lo miraran de manera algo extraña, el joven científico solo suspiro sabiendo que sus compañeros les gustaba complicarse la vida de manera algo absurda.

-Oh se refieren a eso.- Janet por fin salió detrás de su escondite. – Si, Tony me comento la razón.

-¿Enserio?- Se sorprendieron todos.

-Fue cuando ingrese a la academia y lo conocí. Recuerdo que estaba tan emocionada que incluso le dije que sería estupendo hacer cosas que explotaran de manera genial.

Ninguno se mostró sorprendido ante la manera emocionada en la que se encontraba la chica pues sabían que le encantaba decir cosas como esas además de hacer.

-¿Y? – Pregunto Khamala.

-¿Qué? – Janet los miro confundida.

-¿Cuál es la estúpida razón? – Loki se estaba empezando a exasperar.

-¿Razón de que?- pregunto sin entender.

Janet tan solo salió huyendo cuando sus amigos empezaron a acecharla tal cual presa, Bruce corrió en busca del profesor Pym para que le ayudara, porque claramente temía por la seguridad de su amiga.

Steve por su parte, camino mientras analizaba las palabras de sus amigos, estando tan concentrado en saber cuál sería el secreto de Tony, no se percató que sus pies lo llevaron a la torre de este.

-Hola cap ¿Qué pasa?

Rogers se permitió mostrarse estupefacto al percatarse en donde se encontraba, por su parte Tony miraba las actitudes del rubio.

-¿Estas bien?

-Sí, lo lamento. Es solo que...- Steve escaneo a su amigo y no pudo evitar dirigir su mirada al brazo de su amigo quien tenía su armadura.

Tony se percató sobre la intensa mirada del soldado y a donde estaba dirigida.

-¿Estas interesado en saber?

Rogers se sonrojo pues no quería ser indiscreto pero en verdad estaba curioso.

-Honestamente si, quisiera saber pero si no puedes decírmelo, entenderé. Lo que menos quiero es que te sientas presionado.

El joven Stark llevo a Steve hasta su taller, el rubio ya había estado un par de veces y sabía que Tony consideraba ese lugar su fortaleza un lugar al que pocos tenían permitido entrar, y eso de alguna manera se sentía dichoso.

Anthony por su parte estaba algo nervioso, sabía que en algún momento alguien además de Janet preguntaría, aunque su amiga no lo vio, para ella fue fácil deducir después de que contara su historia. Así que con una tranquilidad y calma que no poseía se fue quitando la armadura de su mano derecha.

Steve no pudo reprimir su asombro ante lo que veía.

-Esta es la razón por la que no me quito mi armadura.

-¿Cómo?

-Sucedió hace como dos años, estaba realizando uno de mis proyectos. De algún modo no logre prever todo los daños cuando este se desestabilizo y exploto, cuando desperté estaba en el hospital, mi padre me conto que me encontró inconsciente en medio del fuego y se alarmo al ver mi brazo, mis quemaduras fueron graves, de hecho dijeron que era un milagro que pudiera moverla pero que sería difícil para mí.

-Entonces tu brazo de metal...

-Si.- trato de sonreír pero una mueca fue lo que mostró mientras bajaba la mirada. – Pude recuperar mi movilidad al 80% pero pues a veces es necesario estar al máximo de mis capacidades cuando construyo algo, cree ese brazo que además de ser parte de mi armadura, me ayuda en todo lo que necesito.

En ese momento Steve por fin podía entender el como a veces cuando Janet se emocionaba con las cosas explosivas o alguno de sus compañeros, Tony a su manera los alentaba a que todo fuera de la forma más segura, el cómo incluso hacia que ellos se alejaran del peligro.

El castaño no quería que sus compañeros tuvieran que sufrir por algo así. En verdad que el genio era un verdadero héroe, que prefería ocultarlo entre tanto ego.

-Gracias por contármelo, y lamento si te hice recordar cosas tristes.

-Descuida, es algo que ya no importa.

Steve sabía que su amigo mentía, lo podía ver. Sobre todo estaba seguro que le avergonzaba que vieran su brazo, se acercó y lo abrazo notando que su amigo estaba tenso por aquella muestra de afecto.

-Yo sé que te importa.- se alejó lo suficiente para poder verse a los ojos. –Pero sabes, aunque tú creas que no puedas aceptarlo.- refiriéndose a su brazo. – Yo aceptare todo de ti, porque lo que viviste, te hace la persona que eres, una de las cuales admiro.

-¿En verdad?- Los ojos de Tony se mostraban tan brillantes en ese momento, que a Steve le pareció adorable. – Gracias Steve. Pero podría quedar esto entre los dos, no quiero causar lastima.

-Ninguno de los chicos te miraría con lastima pero si eso quieres, no le diré a nadie.

Tony nuevamente se puso su armadura en el brazo, cuando sus compañeros irrumpieron abruptamente en el taller, haciendo que el genio les gritara.

Steve tan solo sonrió, en verdad sus amigos a veces podían ser unos inoportunos. Ya en otra ocasión le confesaría sus sentimientos a Tony. 

StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora