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  Ya no le apetecían tanto las clases con el profesor Bautista. Antes de las vacaciones de Navidad le quedaban solo cinco oportunidades de verlo, cuatro clases y un examen del que, si aprobabas, no tenías que examinarte en febrero.
Era el único profesor que les daba la oportunidad de examinarse dos veces, aunque en el examen de diciembre tenías que buscarte tú mismo los apuntes para el tema que se daba en enero.

Durante las dos semanas desde ese encuentro en el despacho, _______ se había centrado en los estudios. Quería aprobar el examen para no tener que hacerlo en febrero y así estar más tranquila, pero lo cierto es que lo que en realidad quería era quitarse de la cabeza a Mario.

El día que salió corriendo del despacho tuvo que refugiarse en los lavabos para desahogarse. ¿Por qué le había hecho eso a ella? Era como si los dos hubieran querido y, tras esa llamada, él cambiara de idea. ¿No la deseaba?

Ni siquiera pudo correrse a solas. Su cuerpo se enfrió al no tener cerca el calor de Mario, su tacto. Pero lo peor eran los sueños. Desde ese día soñaba todos los días con él, no como antes, ahora sus fantasías eran mucho más intensas, a veces se despertaba esperando encontrarse en su cama a Mario, y se enfurecía cuando no era así.
-Oye ______, ¿ha pasado algo?
-¿Qué quieres decir? - Preguntó bajito.
-Pues que tal y como miras al profe cualquiera diría que quieres clavarle un cuchillo en el corazón. Parece como si quisieras hacerle arder con tus ojos - _______ sonrió.
-¿Y eso no se puede hacer?
-Algo tuvo que pasar en el despacho para que estés así. ¿No me digas que le pediste que te follara?
-¡Nunca le pediría a un hombre como él que me follara! - Exclamó haciendo que todos se giraran hacia ellas, incluido Mario que estaba paseando por la clase mientras explicaba.  

Mi alumna favorita ➤MB | TERMINADA |Where stories live. Discover now