Capítulo 30 | Manos A La Obra Y... ¿Drogas?

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—Dime, linda.

—¿Vienes a comer conmigo?

Se acerca a la cama y mira mi plato. —No me gusta la fruta.

—No me refería al desayuno. —le digo y veo cierta chispa en sus ojos.

Ya lo tengo en la palma de mi mano.

***

Me pongo la falda que traía puesta anoche e intento irme rápidamente, pero antes de hacerlo me giro en el umbral de la puerta y lo miro exhausto sobre la cama.

—El baile es la próxima semana. —le recuerdo.

—Lo sé. —habla con una sonrisa malvada.

—¿Sabes lo que tienes que hacer, cierto?

Él asiente. —Todo saldrá como me lo pediste, ya verás. —dice.

—Pagarán por todo.

Termino de hablar y salgo corriendo de su casa hacia el Rystone's coffe, el café más popular de la zona. Entro arreglando mi cabello y visualizo a aquella chica que contacté en Facebook.

—¿Wendy? —le digo antes de sentarme frente a ella.

Ha pedido un chocolate con crema para ella y otro para mí, es de las mías. Además le he contado sobre mi plan y parece que está de mi lado.

Asiente. —¿Entonces? —dice sonriente. —¿Qué debo hacer exactamente?

***

CLARISSA

—Pasen por favor. —nos pide la Dra. Lily y ambos nos adentramos a su consultorio.

—Buenos días. —Saludamos al unísono cuando pasamos la puerta.

—¿Quién es él? —se cuestiona.

—Oh, es Jake. —explico y ella asiente con una pequeña sonrisa.

Ella sabe perfectamente mi situación, pero hasta ahora no ha podido conocer a mi novio porque él simplemente no tiene tiempo. A excepción de hoy claro, que es sábado y no tiene nada que hacer.

Lily se ve algo desconcertada y diferente a las anteriores veces en que he venido a hacerme chequeo. Es una señora de unos 35 años aproximadamente, pero está llena de alegría y trata a sus pacientes como si fuesen sus mejores amigos. ¡Más médicos así, por favor!

—La última vez que viniste a la revisión. —comienza diciendo. —No noté nada raro en el eco del bebé. Sin embargo, presentía algo extraño.

—No nos asuste doctora. —dice Jake pálido.

Ella suspira. —En los resultados de los exámenes de sangre salió que tu organismo tiene residuos de... drogas.

Mis ojos y los de Jake se abren como platos y no hacemos más que verla fijamente.

Pausa por unos segundos y yo espero el momento en que me dice que es una broma y todos reímos, pero no sucede.

El Precio De Una Traición © |COMPLETA|Where stories live. Discover now