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shit | compromising
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TODA LA SEMANA EVITÉ lo más posible a mi vecina cerrando la cortina de mi habitación, pasando la mayor parte de mi tiempo en la sala realizando tareas o hasta cocinando con la tía May.
Y ahora Evie estaba a mi costado esperando a que mis temblorosas manos abrieran la puerta. Soy la torpeza reencarnada.
—Déjame ayudarte.—dijo mi amiga quitando la llave entre mis dedos y colocándola en la perilla, abriendo esta satisfactoriamente.—No fue tan difícil Pet.—rió, burlándose claramente de mi.—Ahora adentro.—me empujó dentro de mi departamento cerrando la puerta detrás suyo.
—¿De verdad quieres la sopa?—pregunté caminando a paso lento en dirección a la cocina, no esperé ningún asentimiento por parte de Evie ya que de todas formas estaría obligada a tomarla.
Precalenté la olla y en lo que esta caldeaba, salí en busca de Evie quién se suponía que debía estar en la sala, aunque una vez inspeccioné el lugar con la mirada no hallé rastro alguno de ella. Caminé en dirección al baño y toqué la puerta sin recibir respuesta alguna, más adelante avancé a mi cuarto y fue cuando la encontré abriendo mis clásicas azules cortinas de par en par.
—Está muy oscuro, ¿no crees?—sonrió mostrando los dientes.—Ahora vamos a terminar la sopa para poder ver una película.
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Luego de terminar toda la olla de sopa que dejó mi tía, caminamos a paso lento a mi habitación, estaba demasiado lleno y sentía que mi barriga explotaría en cualquier instante.
Miré a Evie quién tocaba su estómago con una mueca de molestia, luego de tres platos de sopa completamente llenos era lo menos que esperaría de su parte.
Eché un vistazo rápido a la habitación enfrente de mi ventana, y suspiré de alivio al notar que esta parecía completamente vacía.
En realidad esa mujer me tenía mal, lo supe desde que un día por pura casualidad la vi asomada por la ventana. Hace dos semanas, y desde entonces no le he parado de hablar maravillas a Evie sobre ella, aunque nunca tuvo la oportunidad de verla. Hasta ahora.
—Voto por Love Rosie.—habló mi amiga con una aura restaurada, tirándose cómodamente sobre mi cama.
Fruncí la nariz tomando en cuenta su comentario, y la firmeza que tenia de buscar el control de mi televisor para colocarla. No era fanático de la película, ni de ninguna de romance.
—Sabes lo que pienso sobre esa película Evie.—bufé, negando reiteradas veces, viendo como ella buscaba en Netflix la selección romántica provocando mayor desaprobación de mi parte.
—Entonces, Tres Metros Sobre el Cielo.—sonrió ampliamente.
—Siempre escoges tú, déjame buscar.—dije echándome a su lado y quitándole en un movimiento rápido el control de sus manos.
—Ya pues Pet.—dijo mientras luchaba en alcanzar el control que cada que se acercaba lo alejaba más de ella.
Hubo un momento en el que entre tanto revoloteo de Evie quedó encima mío. Sentí el calor de pies a cabeza, la acción que realizaba inconscientemente provocaba algo que no estaba bien para ser mi amiga más sin embargo me gustaba.
—Evie, no hagas eso.—dije sintiendo como cada lado de sus contorneadas piernas se apretaban más a mis caderas.—Evie.—mis mejillas ardían y de seguro un rojo se había instalado en ellas, ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente virgen?
