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shit | dancing with fire
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MIRÉ A MI AMIGO, el cual retuvo el aire inflando sus mejillas y bajando la cabeza, en un gesto sumamente adorable que hacía dudar si él era quién estaba espiando a la chica de la otra ventana segundos atrás.
Habían cosas que llegaban a sorprender, y Peter acosador sin duda se llevaba el primer lugar.
—¿Espiando niños?—exclamó la rubia sumamente atractiva del departamento de enfrente llevándose mi total atención.
¡Realmente Parker no exageraba! Aquella mujer tenía un encanto extraordinario, y pese que el marco de la ventana no dejaba ver todo su espléndido cuerpo, si dejaba a la vista unos claros pechos grandes, tapados únicamente por un polo blanco casi transparente y sin sostén que dejaba mucho que desear. Dejando su atractiva figura y alzando más la vista, poseía dos orbes verdes capaces de capturar tu mirada, su cabello rubio atado en una coleta daba un aspecto de ángel, más sus cejas entrecerradas definen una molestia hasta agradable.
Si fuera hombre probablemente tendría una fuerte erección en este instante.
—¿Y bien?—apoyó su codo en el marco de su ventana y apoyó su mano en su mejilla.—¿Les comió la lengua el gato?
Entreabrí los labios disfrutando de como sus palabras se colaban como una perfecta sinfonía en mis oídos, hasta su voz era preciosa. Sus padres la habían hecho con mucho amor.
Rodó los ojos dispuesta a tomar un lado de su cortina y cerrarla, tratando de robar aquella oportunidad única que tenía en la vida.
—Soy Evie, preciosa.—adelanté y di mi sonrisa más coqueta, sintiendo una ligera inseguridad en mi gesto analizando si este funcionaba en mayores o no.
—Anastasia.—se presentó cambiando aquella aura molesta para brindarme una sonrisa y apoyándose más sobre el marco izquierdo de su ventana.—¿Tu amigo?—cuestionó señalando con con un gesto de quijada a mi mejor amigo quién se encontraba al lado mío.
Avancé unos pasos dejando a Peter en el medio de su habitación y busqué acaparar toda la atención de la rubia sobre mí.
—Peter, guapa.—respondí y sonreí hasta llegar al marco de la ventana de la alcoba. De reojo pude ver como el chico decidió levantar la mirada que tenía entretenida en el suelo.
—Ambos nombres son lindos.—río ladeando su cabeza sin dejar de mirarme directamente.
Podría morir así, aquella sorpresiva química era difícil de describir, ósea sentía una increíble comodidad en nuestras miradas libre de alguna intención burlona o hipócrita.
—¡Evie llegaron por ti!—escuché un fuerte grito del interior del departamento provocando que pierda el contacto visual con la rubia caliente y mirara en una dirección perdida a la puerta de la habitación.
—¡Ya voy!—grité y volteé con intenciones de despedirme de Anastasia, obteniendo una ligera sorpresa cuando solo había una ventana cerrada y una cortina bajada.
Decepcionada, avancé hacia Parker con intenciones de despedirme notando por primera vez arduamente sonrojado que él se encontraba. Alcé su mentón y deposité un beso en su mejilla. Cogí mi mochila que estaba en un lado y lo dejé solo listo para que procese los hechos de esta noche.
Creo que faltaba aclarar que nunca le había contado sobre mi libre sexualidad a ambos lados.
