Capitulo 7:

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“No te preocupes por mí, ¡Ya estoy muerta!”

Aria se despertó con el timbre. Solo que no se trataba del timbre de siempre de la familia, sino de American Idiot de Green Day. Vaya… ¿Cuándo la habrían cambiado sus padres? Echó el edredón hacia atrás, se puso los zuecos con forro de piel y flores azules estampadas que había comprado en Ámserdam y bajó corriendo la escalera de caracol para ver quién era. Cuando abrió la puerta sofocó una exclamación. Era Alison. Era más alta y se había cortado la melena rubia en capas largas y desgreñadas. Sus facciones parecían aun más glamurosas y angulosas que en primero.

--¡Tachán!—Ali sonrió y extendió los brazos--. ¡He vuelto!

--Me cago en…--Se quedo sin habla y pestañeó rápidamente un par de veces--. ¿Doo…dónde has estado?

Ali alzó la mirada hacia el cielo.

--Los tontos de mis padres—dijo--. ¿Te acuerdas de mi tía Camille, la que era tan guay, que había nacido en Francia y se casó con mi tío Jeff cuando estábamos en primero? Pues ese verano fui a visitarla a Miami. Y aquello me gustó tanto que decidí quedarme. Se lo dije a mis padres, por supuesto, pero supongo que se les olvidó explicárselo a los demás.

Aria se restregó los ojos.

--Espera. Has estado en… ¿Miami? ¿Estás bien?

Ali dio una vuelta.

--Estoy mejor que bien, ¿No te parece? Oye, ¿te han gustado mis mensajes?

La sonrisa de Aria de desvaneció.

--Ah… la verdad es que no.

Ali parecía dolida.

--¿Por qué no? El de tu madre era divertidísimo.

Aria la miro fijamente.

>>Dios, qué sensible eres. —Ali entrecerró los ojos--. ¿Vas a  volver a darme la espalda?

--Espera, ¿qué?—tartamudeó Aria.

Alison la miró durante largo rato y se le escurrió una sustancia negra y gelatinosa de las aletas de la nariz.

--Se lo conté a las demás, sabes. Lo de tu padre. Se lo conté todo.

Empezó a manar de los globos oculares de Ali como si estuviese llorando aceite. También le rezumaba las uñas.

--Es que me estoy pudriendo. —Ali sonrió.

Aria se incorporó violentamente en la cama. Tenía la nuca empapada de sudor. El sol se filtraba a través de la ventana y se oía American Idiot desde el estéreo de su hermano en la habitación contigua. Aria se miró las manos para comprobar si tenía alguna sustancia negra, pero estaban limpísimas.

Vaya.

 

--Buenos días, cariño.

Aria bajó la escalera de caracol dando tumbos y vio a su padre vestido apenas con unos finos bóxers de cuadrados escoceses y una camiseta de tirantes, leyendo el Philadelphia Enquirer.

--Eh—murmuró a modo de respuesta.

Fue arrastrando los pies hasta la cafetera exprés y observó durante un largo rato los hombros blanquecinos y poblados de un vello caprichoso de su padre,  que meneaba los pies y musitaba <<mmm>> mientras leía el periódico.

--¿Papá?—Se le quebró ligeramente la voz.

--¿Mmm?

Aria se reclinó contra la encimera de piedra de isla.

Pequeña Mentirosa || a.i ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora