“Primer acto: la chica hace que el chico la desee”
--¿Quieres acompañarme a una recepción de artistas en el estudio Chesters Springs el lunes que viene por la noche?—Preguntó Ella, la madre de Aria.
Era jueves por la mañana y Ella estaba sentada frente a Aria en la mesa del desayuno, haciendo el crucigrama de The New York Times con un pringoso bolígrafo negro y tomándose un tazón de Cheerios. Acababan de devolverle su empelo de media jornada en la galería Davis de arte contemporáneo en la calle principal de Rosewood y estaba en la lista de correo de todos los eventos benéficos.
--¿No te va a acompañar papá?—Preguntó Aria.
Su madre frunció los labios.
--Está muy ocupado con las clases.
--Ah.-- Aria cogió una hebra de lana suelta de los mitones que había tejido durante un largo viaje a Grecia en tren. ¿Acaso había detectado suspicacia en el tono de su madre? Siempre le había preocupado que Ella se enterase de lo de Meredith y no la perdonase nunca por haberlo mantenido en secreto.
Aria cerró los ojos con fuerza. Ni se te ocurra, se dijo. Se sirvió un poco de zumo de pomelo en un vaso.
--Ella, necesito un consejo amoroso.
--¿Un consejo amoroso?—se burló su madre, mientras se aseguraba el moño de color negro azabache con un palillo de comida china para llevar que había sobre la mesa.
--Sí—dijo Aria--Me gusta un chico, pero es un poco… inaccesible. Ya no sé qué hacer para gustarle.
--¡Se tú misma!—exclamo Ella.
Aria exhaló un gemido.
--Eso ya lo he intentado.
--Pues entonces ¡Sal con un chico accesible!
Aria hizo una mueca de desesperación. Dejo escapar algo de desesperación en sus ojos.
--¿Vas a ayudarme o no?
--¡Vaya, alguien está sensible!—sonrió Ella, y chasqueó los dedos--. Acabo de leer un estudio en el periódico. —Alzó el Times--. Es una encuesta sobre lo que los hombres encuentran más atractivo en las mujeres ¿Sabes lo que estaba en el número uno? La inteligencia. Mira, te lo voy a buscar…--Hojeó el periódico y le ofreció la página correspondiente.
--¿A Aria le gusta un chico?—Mike irrumpió en la cocina y cogió una rosquilla glaseada de una caja que había en la isla.
--¡No!—se apresuro a contestar Aria.
--Pues hay alguien al que sí le gustas tú—repuso Mike--. Por asqueroso que sea. —Imito el sonido de una arcada.
--¿A quién?—Pregunto Ella con entusiasmo.-
--A Calum Hood—respondió Mike, con una enorme porción de rosquilla desmenuzada en la boca. —Me ha preguntado por ti en el entrenamiento de lacrosse.
--¿Calum Hood?—repitió Ella, mirando sucesivamente a Mike y a Aria--. ¿Quién es? ¿Estaba aquí hace tres años? ¿Lo conozco?
Aria gimió dejando ver que ese tema le enervaba.
--No es nadie.
--¿Qué no es nadie?—Mike parecía disgustado--. Si es el tío más guay de tu curso.
--Me da igual—dijo Aria. Le dio un beso en la frente a su madre y se dirigió al pasillo, contemplando el recorte del periódico que tenía en la mano. De modo que a los hombres le gustan las chicas con cerebro. Pues Aria la islandesa podía ser un autentico cerebrito.
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Pequeña Mentirosa || a.i ||
Teen FictionTodo el mundo tiene algo que esconder, Aria esconde un secreto muy peligroso. Aria Montgomery fantasea con su profesor de literatura ¿Qué cómo lo sé? Por qué sé todo lo mala que ha sido y lo bruja que es ahora ¿y sabes una cosa? Lo voy a contar -A ...