Capítulo 16

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Las cosas en el viaje de Patricia no habían salido como esperaban en el cuerpo policial, había regresado en solo unos días luego de decir que la investigación le tomaría unas semanas pero no cambió en nada sus planes de pasar todo el tiempo posible con Christopher, ya que metida de lleno en el caso apenas y se fijaba en Joel.

Todas las mañanas el chico de la gafas oscuras lo recogía del paradero, sube principito decía con una sonrisa iluminando su rostro, en el colegio aguardaba impaciente, mirando a cada segundo la hora en el reloj pegada sobre la pared encima de la puerta hasta finalizar las clases para volverlo a ver, recogía sus materiales a toda velocidad, sin despedirse de nadie, caminaba unas cuadras del paradero habitual, pedía permiso alegando proyectos en grupo y se adentraba de nuevo a ese lugar en donde se sentía seguro, a salvo, en donde eran inalcanzables, donde se encontraban por encima del mal y del bien, en un espacio que solo les pertenecía a los dos.

Sabe que el mayor administra una preponderante discoteca y pronto entendió que era algo mucho más importante del que supuso en un principio, pegado al celular o a la laptop daba órdenes a detalle y dada la nada grata experiencia en Desires, el menor prefería mantenerse al margen y no enterarse de nada aún cuando era preso de una rara sensación al verlo atendiendo sus negocios pero también aprendió a ignorar cualquier pensamiento negativo respecto al chico panda.

Al llegar al apartamento del mayor pedían pizza o cualquier platillo delivery, en algunas ocasiones cocinaban juntos, él leía el recetario y Christopher mezclaba ingredientes, y comían compartiendo del plato ajeno incluso cuando estos contenían lo mismo, el constante sonrojo y balbuceo cuando sus ojos se encontraban con las brillantes pupilas marrones de Chris aún persitía pero empezó a ser más atrevido también, a robarle besos ante la sonrisa risueña del chico de las gafas oscuras quien parecía satisfecho con que poco a poco dejara de lado sus miedos.

-Lo que hacemos es perfectamente normal Joey, tomarte de la mano, abrazarte o besarte, entiende que te quiero principito susurraba sobre sus labios antes de robarle el aliento, los sentimientos no son limitados por el género.

Se metía de lleno a hacer la tarea para después acabar pegados en el sofá viendo películas, series, jugando videojuegos, escuchando música o en un cada vez más intenso sesión de besos y caricias que el mayor le prodigaba y Joel pese a su poca experiencia participaba entusiasta aprendiendo con rapidez.

En ocasiones llegaba a ver ojeras formándose en la pálida piel del chico, sabía que estaba agotado ya que trabajaba toda la noche para luego ir a buscarlo y llevarlo al colegio, dormía un poco y de nuevo iba a su encuentro, entonces se sorprendió deseando que Chris se alejara de aquella discoteca, de las personas que iban ahí, todo respecto a aquel ambiente era rodeado de un misterioso silencio que gritaba peligro pero callaban como si estuviese prohibido hablar de él, a veces cuando se sentía inquieto ante el pensamiento solo lo abrazaba tan fuerte que caían juntos en un profundo sueño hasta que sonaba la alarma y era hora de irse, peleando por soltarse de las manos posesivas que no lo dejaban, corría a casa .

Nada podría ser más perfecto cuando estaban juntos ¿Cómo llegué a vivir tanto tiempo sin conocerlo? Sé sorprendía de la necesidad casi física que empezaba a representar para él. Lo necesito para respirar pensaba.

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Caminaba por los pasillos revisando si todos los trabajos habían sido terminadas, el día anterior había estado tan concentrado en seguir los besos del mayor que sus neuronas sufrieron de una combustión instantánea y no podía permitirse olvidar sus obligaciones así, tener las notas siempre altas era la única forma de asegurarse que su madre los dejaría en paz.

Joel, Hola! Escuchó y al instante elevó la mirada para ver de quien se trataba En estos días he estado muy pendiente de tí y siempre sueles ir tan rápido que no logro alcanzarte, yo... ¿El chico popular de la escuela hablaba con él?

Descubriéndonos (Virgato)Where stories live. Discover now