Parte 12

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PARTE 12

Había un límite de tiempo para que un neuroprocesador sea removido. El cerebro dependía cada vez mas de él, y no podría dejar las Fuerzas Intrasolares una vez que dependiera completamente del neuroprocesador. Wyatt sabía que estaba en el punto donde necesitaba decidirse una vez por todas que camino escogería.

Espero hasta visitar su casa por vacaciones de invierno.

Esperó ver su casa con nuevos ojos ahora que había estado afuera por tres meses y su cerebro ha pasado por cambios profundos. En efecto, había un cierto olor a humedad en lugares donde nunca ella lo había notado antes, y las sombras parecían más oscuras en la noche. Parecía siempre haber una luz de fondo en la Aguja Pentagonal, pero no aquí en Connecticut.

El cambio más crudo fue la larga mesa en el comedor, donde su padre se sentaba al final de la mesa y su mama al otro, y ella justo en la mitad. Wyatt se sentó ahí mientras su criada servía sus platos, y dirigía su mirada a la derecha a través de la mesa hacia su madre, bebiendo su vino. O a la izquierda su padre ya estaba degustando la comida, migajas en su barba.

Nunca había notado el silencio antes, callado como una tumba, solo el sonido de la vajilla, y el sonido de su padre mientras masticaba. Solo le habían preguntado unas preguntas muy superficiales cuando llegó, algunas cosas clasificadas que Wyatt no podía divulgar. Pararon de preguntar.

Luego esa noche, Wyatt estaba sentada en frente de su viejo tocador, mirando su propio rostro. No lo notaba mucho, ni siquiera antes. De alguna forma la belleza hispánica de su madre y su rasgo moreno ingles de su padre contribuyeron para darle unos rasgos sin nada de especial. Su nariz era larga con un look arrogante, una apariencia seria, sus cejas unas líneas rectas. Su cabello colgaba plano más allá de su barbilla con hoyuelos. La única cosa que le gustaba era el color de sus ojos, un marrón intenso enmarcado por un barrido de pestañas largas y oscuras.

Su madre la sorprendió al ir a su habitación y cepillarle su cabello, Wyatt sintió un parpadeo de... algo, recordando esto. De cuando era pequeña.

- ¿Me amas?

Los ojos oscuros de Esperanza se encontraron con los de ella rápidamente en el espejo.

-Que pregunta más tonta.

Pero no respondió, y Wyatt quería que respondiera. Necesitaba esa respuesta si pensaba en retirarse, comprometerse a irse de la Aguja Pentagonal, dejando a la persona que era ahora.

Las cerdas crujían en su cabello.

-Claro que te amo. Tu padre y yo lo hacemos.

Pero su madre lo dijo de una forma grosera, en una forma que no calentaba esa parte del pecho de Wyatt que lo necesitaba.

Wyatt no sabía cómo ser lo que su madre quería. Sabia en su corazón que por mucho que ella había logrado, incluso si había ganado una medalla de hora en las Olimpiadas Matemáticas, cuando había sorprendido a la gente en su área de fuerza, nunca sería la hija que su madre habría esperado.

Y tal vez era muy tarde para cambiarlo.

Allies - S. J. Kincaid ( Insignia 1.5)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora