Allies - S. J. Kincaid ( Insignia 1.5)

Parte 6

Realmente, fue solo porque Heather se había enterado que Wyatt era la mejor programadora entre todos los cadetes.

Y un blanco fácil.

Luego, Wyatt reflexionó amargamente lo fácil que había sido. Todo lo que Heather tenía que hacer era sentarse con ella en clase aveces, y Wyatt estaba patéticamente agradecida. Todo lo que tenía que hacer era ser amable le hablaba, y Wyatt sentía una punzada de afecto como si hubiera encontrado una mejor amiga. Le contó a Heather todo, y Heather siempre sabía qué decir para parecer que la vida era un poco mejor.

Así cuando el día vino en que Heather le confesó uno de sus problemas. Wyatt se sentía patéticamente ansiosa en devolverle el favor.

-No puedo entrar a la CamCo. No tengo futuro aquí. Solo tengo que aceptarlo. –se lamentaba Heather.

-¿Por qué no? –dijo Wyatt, molesta por ella. –Tu lo mereces.

-Porque no tengo padres ricos con influencias. Mi papá está muerto, y mi mamá me odia, pero que importa, yo también la odio. No puede controlar a sus novios. –estaban sentadas en la litera de Wyatt, y para el horror de Wyatt, lágrimas empezaron a salir de los ojos de Heather. –No le digas esto a nadie, Wyatt, pero hay un político en mi ciudad natal. Al Heinza. Está en el senado ahora, pero no importa. Mi mamá trabajaba en su oficina y el era un pervertido. Le gustaban hermosas y jóvenes, énfasis en "jóvenes". "Hermosas" era negociable. Ciertamente no se imaginó cuando tenía grandes anteojos y feas sudaderas.

Wyatt contuvo su aliento.

-Es innecesario decirlo. –la voz de Heather tembló. –Tuve pruebas y supo que tendría que comprarme. Él es el por qué estoy aquí. –Sus ojos brillaban en la luz. –No logré nada más allá de eso. No tengo nada. Era pobre; no tenía conexiones. ¿Que podría haber hecho? Es por eso el N/A en mi perfil personal significa. Logros: No Alcanzados. –dió una risa amargada y llorosa. –No se por qué me moleste en venir acá a tener una mejor vida, ¿como podría? Las compañías ni siquiera consideran en patrocinarme porque no tengo logros. No hay nadie abogando por mi.

Wyatt estaba horrorizada. Era tan injusto.

-¿No podrías... hacer algo ahora?

Heather se retiró el cabello.

-Vamos, ¿cuando tenemos tiempo? La única esperanza que tengo... –después paró y rió. –No, no esperanza. Una estupida, alocada fantasía que nunca pasará.

-¿Cuál?

Heather soltó un torturado suspiro.

-Si por un raro accidente, de algún modo mi perfil se borrar del sistema y sea arreglado de alguna manera... –luego sacudió la cabeza, y sonrió tristemente a Wyatt. –Olvídalo. Es estupido. Solo me iré a dormir.

Wyatt miró a su amiga mientras Heather se deslizaba tristemente fuera de su litera. Se sintió casi enferma por Heather. No era justo que alguien tan grandioso deba ser penalizado por nada.

Y entonces una idea llegó.

Le tomó dos semanas, acceder al sistema, estudiar los códigos. No podía descargar específicamente un lenguaje de computadora para neuroprocesadory solo aprenderlo automáticamente, porque las regulaciones federales prohibían las autoprogramaciones a computadoras, pero podría aprender el lenguaje codificando el sistema de la Aguja Pentagonal.Fue con un sentido trascendente de alegría que quince días después de su conversación, Wyatt susurró a Heather en programación que necesitaba mostrarle algo. Esa noche, cuando Heather apareció en su habitación, Wyatt hizo trabajar su magia, y luego giro la pantalla de su computador, mostrando el perfil personal de Heather.

-Aquí. Es para ti.

-¿Oh Dios mío, puedo modificar este archivo? –los ojos de Heather se ensancharon.

-Puedes cambiarlo como tú quieras.

-Wyatt, esto es muy dulce de tu parte. –Heather le dió una sonrisa magnética.

-Os si tú quieres hacerlo después, podrías solo pensar en cosas para escribir. Puedo sugerir cosas como... –la voz de Wyatt se apagó, porque Heather ya estaba escribiendo.

Ya sabía que quería añadir a su perfil personal. Era como si ya hubiera sabido por adelantado que tendría la oportunidad de cambiarlo.