Parte 8

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-Bien –El Teniente Blackburn miro la habitación, e incluso donde ella estaba sentada atrás de cientos de personas, Wyatt sentía que la culpa y el terror irradiaba como faro en su cara.

Pero no se atrevió a hablar, a lo mucho movía un músculo, el agarre de Heather le pellizco el brazo.

-Voy a encontrar quien eres tarde o temprano –Blackburn les advirtió, paseando por el escenario-. Mejor si es temprano. Alguien hackeo los perfiles personales. Estoy seguro de eso.

La mente de Wyatt corrió frenéticamente. Él no podía comparar el antes y el después de los perfiles, porque ella había borrado el caché. Él no podía averiguar desde donde ella se había conectado, porque se había anonimizado, disfrazó su puerto.

Estaba muy segura.

Al final de la clase, se movió para entregar su programa.

-¿No lo ves? No puedes hacer eso.

-¿Hacer qué? ¿Entregar mi trabajo?

-Entregar ese trabajo –Heather dijo.

-Tengo que hacerlo –Wyatt protestó. Habían estado trabajando en esos programas desde que ella había llegado a la Aguja. Era su primera oportunidad de realmente demostrar lo que podía hacer.

Heather sacudió la cabeza.

-Él sabe que alguien tiene la habilidad de hackear su seguridad; eso significa que él observará a los mejores programadores, y si entregas esto él sabrá que eres un sospechoso.

-Entonces voy a confesar. Tengo que hacerlo.

-No, no lo harás.

-Él se va a enterar que soy yo.

-No. –Los dientes de Heather estaban apretados-. No lo hará.

Apretó un botón del teclado del antebrazo de Wyatt e invirtió todos los cambios que Wyatt había hecho en su programa los últimos tres días, y luego lo envió. Wyatt gritó en protesta, pero ella la rodeo, y habló con voz muy baja.

-Si confiesas, él querrá saber para quién lo hiciste. Y eso lo llevará a mí. Yo soy tu amiga, ¿no lo somos? No querrás que me meta en problemas.

Wyatt la miró.

-Tu solo te sientas ahora conmigo cuando quieres algo. –Se topo con la realidad-. Tu no quieres ser mi amiga; tu solo quieres que haga cosas por ti.

-Oh mi Dios, eso es tan patético. ¿Estas tan fuera de contacto de cómo la gente funciona? –Heather puso los ojos en blanco, sus labios se curvaron.

Wyatt se estremeció.

-Bienvenida a la realidad. Las personas hacen amigos porque esos amigos mejoran sus vidas de alguna manera. Yo mejoré la tuya al hablarte, lo que ninguno de aquí se molesta en hacerlo, y tu mejoras la mía haciéndome favores de vez en cuando. Así es como la gente funciona. Si alguien te dice que están haciendo algo con algo que no sea puro interés propio, te están mintiendo.

-Eso no es verdad.

-Lo es. Solamente estoy señalando lo obvio aquí, lo que parece eludirte por alguna razón. Lo siento por desilusionarte.

Wyatt sintió una oleada de indignación.

-Tal vez ya no quiera hablar contigo, entonces. No necesitamos ser amigas.

Heather inclinó la cabeza.

-Bien, entonces aquí esta la alternativa: puedes ser mi enemiga. Veras que tengo mas influencia aquí que tú, y yo realmente soy la única línea de vida que tienes. Si lo quisiera. Podría encontrar la manera de hacer tu vida completamente miserable, si eres lo suficientemente estúpida de suspirar una sola palabra al Teniente Blackburn.

Wyatt la miró, y de repente vio cuan horrible realmente era ella. Por primera vez desde que ella empezó a notar los rostros, entendió que las sonrisas pueden ser vacías y los ojos calculadores; que una pulida y brillante máscara de amistad podía ocultar la ausencia de nada debajo de ella.

-Que tal esto: no seamos enemigas. –Heather sonrió con esa venenosa y falsa dulzura, alargo la mano para agarrar un mechón de cabello de Wyatt y ponerlo detrás de su oreja-. Sabes, te verías mucho mas bonita si tuvieras un corte de cabello que enmarque tu rostro. Este fin de semana, te llevaré a mi estilista.

-No me toques. –Wyatt sacudió la cabeza.

La falsa dulzura de Heather se evaporó.

-Hazlo a tu manera, entonces. Solo recuerda, si piensas hacer algo estúpido: te he advertido sobre las consecuencias. No seas estúpida, Enslow. –Le dio una sonrisa burlona y se alejo. Wyatt supo que nunca se volverían a sentar juntas de nuevo.

No puedo soportarlo más, pensó.

Peor que ese terrible dolor punzante de rechazo fue el vacío de haber sido aceptada, y mientras Wyatt vagaba entorpecida arriba esa noche, se preguntó que había sido lo suficientemente tonta por pensar que quería esto.

Allies - S. J. Kincaid ( Insignia 1.5)Where stories live. Discover now