Allies - S. J. Kincaid ( Insignia 1.5)

Parte 3

Wyatt se había tragado su sedante justo cuando un hombre grande, uniformado con cabello corto y oscuro entró en la enfermería.

-No la seden todavía. –el hombrese acercó y ella retrocedió ante el intruso.

Pero él estaba en uniforme. Se veía como un oficial.

El recién llegado dejó de lado las objeciones del Doctor Gonzales de que la enfermería era un ambiente estérilizado, y se sentó a los pies de su cama. Había dos líneas de cicatriz blancas y delgadas debajo de el lado derecho de su cara. Wyatt estaba mirando eso envez de ver sus ojos grises y penetrantes.

-Ví tu Resonancia Magnética. –le dijo a Wyatt. –¿No es usted neurotopica?¿lo es?

-¿Y qué? –Wyatt lo miró. Esto no era algo nuevo. Ella sabía muy bien que su cerebro no funcionaba de la misma forma al de otras personas.

-Su cerebro no es estándar, a diferencia de la mayoría de los niños que son reclutados para este programa. eso significa que alguien de alto mando aprobó su autorización a este programa como un experimento para ver cómo un cerebro como el suyo podría tolerar un neuroprocesador. ¿Alguien le dijo lo que estas máquinas le pueden hacer a su cerebro?

-Ya fue advertida de los riesgos, Teniente Blackburn. –dijo Doctor Gonzales. Luego, le susurró a Wyatt. –Él toma estas cosas muy personal cuando no es de su interés.

Blackburn le lanzó una mirada que le hizo a Gonzales murmurar algo y los dejó solos en la habitación. Wyatt estuvo tentada a sentirse alarmada, una neblina comenzó a arrastrarse sobre su cerebro por el sedante que se había tragado. La voz de Blackburn siguió retumbando en sus oídos.

-Tu cerebro es todo lo que tú eres, señorita Enslow, y no hay nada malo en el suyo, lo que sea que pudieron haberte dicho. La mayoría de chicos que vienen aquí, el neuroproceador es un empujón. Con alguien como tú, el neuroprocesador podría registrar que tu cerebro no está en homeostasis, dentro de los límites normales, y podría tratar de ajustar más en línea que con un típico cerebro humano.

-Se qué hay riesgos. –murmuró.

-No serás tú nunca más. Esto podría fundamentalmente alterarte, ¿entiendes eso?

-Lo se, no se que piensa que vio en mi Resonacia Magnética, pero no soy estupida.

-No estoy diciendo que lo seas. Solo quería que pensaras sobre esto un momento. No es tarde todavía.

Wyatt cerró sus ojos, viendo imágenes débiles, fantasmales que se arremolinaban en patrones detrás de sus párpados, el sedante que estaba en su sistema. Se encontraba pensando, tal como le pidió. Pero ella no estaba considerando la pérdida. Ni estaba considerando las matemáticas, las posibilidades de mejorar cognitivamente. Se encontró pensando en Marissa en el jardín y en su abuela en la casa de retiro y en la forma en la que siempre planeaba todo lo que le iba a decir a su mamá para que no se molestara.

Wyatt pensó finalmente que teniendo esa cosa con la cual no había nacido como todo el mundo, formas de relacionarse con otras personas. Formas de conectarse con ellas. De repente entendió lo que tenía ante ella, lo que era esa oportunidad. Por primera vez en su vida, tenía la forma de cambiar a sí misma, drásticamente y permanentemente cambiar su personalidad, su propia percepción.

Con una computadora en su cerebro, podría obtener algo con lo que la mayoría de personas había nacido. Sabía que era lo que el Teniente Blackburn trataba de decirle. Estaba dotada de forma única, ella era capaz de hacer cosas que nadie que ella conocía pudiera...

Pero intelectualmente..., sabía que siempre se había preguntado cómo sería, ser como los demas. Siempre se había preguntado que podría haber sido si lo hubiera intentado.

No quería preguntarse.

Abrió los ojos, y Blackburn debió haber visto la determinación en su rostro. Suspiró y asintió con un movimiento de cabeza, y se puso de pie.

-Me veras alrededor de este lugar. –le dijo a Wyatt.

Él intentaba ayudarla. Wyatt lo entendió.

-Gracias. –dijo, y fue la única de todas las veces en la que estaba segura de que había dicho lo apropiado.