Strawberry Rush (k.j.d X s.s.w)

5. Wendy

Wendy aún no era capaz de decidir si Jongdae era amable o cruel. Sus acciones eran confusas e inconsistentes y ella no era capaz de determinar si todo esto era una estrategia para jugar con ella o no.

Después de su tormentoso encuentro, Jongdae había despachado a sus amigos no muy sutilmente y la había guiado hasta su camerino, en donde la había sentado en un sofá dolorosamente lejos de él por diez minutos completos sin decir una sola palabra. Durante ese tiempo, solo la miró con los codos apoyados en las rodillas, estudiándola.

–¿Por qué te llamó Chen? –Wendy rompió el silencio con lo primero que se le vino a la mente–. Yixing te llamó Chen cuando nos fuimos.

–Yixing... –repitió casi divertido, como si le sorprendiera que Wendy supiera su nombre.

No dijo nada más por un rato y Wendy se preparó para forzarlo a hablar de nuevo, cuando continuó: –Eh, así me llamo –cuando Wendy frunció el ceño, añadió: –Es mi nombre artístico... o algo.

Wendy se rió de la nada de lo ridículo que sonaba eso en su cabeza, pero su risa de apagó al ver que su expresión continuaba inmutable.

–¿Por qué lo escogiste?, ¿por qué no solo te quedaste con "Jongdae"?

Él se lo pensó mirando al suelo, y cuando volvió su mirada a ella su mano tembló a su lado queriendo tocarlo.

–Solo –dejó la palabra colgada en el aire sin agregar nada más.

–¿Sí?

–Solo... porque quise –agregó sin emoción, aclarándose la garganta. 

Ella se mordió la lengua para no preguntarle si algo tenía que ver que se hubiese ido; quería más tiempo sin complicar demasiado las cosas.

–¿Te gusta que te llamen así? –preguntó en vez de eso.

Él se encogió de hombros y luego asintió silenciosamente.

–¿Puedo yo llamarte Jongdae todavía? –inquirió tratando de mantener viva la conversación.

La miró un momento, y luego le sonrió tristemente. Se levantó y habló mientras caminaba hasta una pequeña nevera que ella no había notado hasta ese momento: –Puedes llamarme lo que quieras. No hay diferencia –se agachó y sacó algo de la nevera. Se levantó y caminó hacia Wendy con dos latas en sus manos: una de ginger ale y una de cerveza.

Wendy se forzó a sonreírle cuando le entregó el ginger ale, sintiéndose herida por lo distante que parecía esta persona del Jongdae que recordaba. Él estuvo a punto a devolverse al sofá frene a ella, pero Wendy golpeó dos veces con su mano el espacio vacío junta ella. Ella sabía que en los ojos de cualquier otro o incluso en los suyos se vería desesperada, pero no le importaba.

–Así que –comenzó ella cuando él accedió a sentarse a su lado–, ¿quienes eran ellos? ¿Es Yixing tu amigo?

Jongdae bufó quedamente e imitó su posición anterior, con los brazos sobre las rodillas.

–Son mis compañeros de banda.

–¿Entonces no los hace eso tus amigos?

–Supongo que tienes razón –su voz era casi robótica.

–Oh.

Wendy no entendía que sucedía con él. Si realmente se alegraba de verla o si su huida en Octubre había sido específicamente para huir de ella. La frialdad con la que le hablaba no era propia de él, no era propia de Jongdae. Ella creía haber robado un retazo de él cuando la abrazó en el pasillo, pero el chico a su lado rechazaba esa idea.