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s e i s | "Inesperado"

POV: Hana

Lo lleve nuevamente al sofá tal y como lo hice la última vez, me sorprendí al notar lo fácil que me resultó cargarlo, ¿Cómo podría un hombre grande perder tanto peso en tan solo unos pocos días?

Lo recosté, mientras los ojos de él seguían levemente abiertos. Se veía débil, y apenas era capaz de mantener sus ojos así, parecía que iba a morir en cualquier momento y eso me preocupaba.A pesar de que él nunca me sonrió, sentía que estaba al menos medio agradecido de haber tenido la suerte de ser ayudado por alguien.

Después en un par de minutos, note como sus ojos se cerraron, haciéndome sentir alarmada, pero me calme al ver el leve movimiento de su pecho cada que respiraba.
Por otra parte, yo también comencé a sentirme cansada, por lo cual me senté en el piso y me recargué en el sofá donde él se había quedado dormido, haciendo yo lo mismo, pues también me comenzaba a sentir cansada repentinamente.

— ¿Que haces aquí? — Habló una voz femenina, obligándome a abrir los ojos de golpe.

Abrí los ojos para ver a la misma chica que había venido a esta casa la última vez que estuve aquí. A pesar de que aquella vez no le había visto el rostro perfectamente, ahora que la veía, me parecía muy familiar, como si la hubiera visto incluso más de una o dos veces, era obvio para mi que su rostro ya había sido visto por mi antes, pero no estaba segura....

— ¿Uh? — Fue lo único que pude soltar mientras me levantaba del suelo.

— ¿Quién eres? — Preguntó ella, acercándose.

La mire confundida, me sentí toda una tonta al recordar que ni siquiera me había molestado en cerrar la puerta del departamento, por lo cual, ella o incluso un ladrón podian entrar como sin nada.

— Soy Seol Ha...

— Puedes irte ahora. — Me interrumpió, sorprendiéndome.

— No, está bien, soy su vecina.

— ¿Vecina? — Preguntó, levantando una ceja y mirándome con superioridad.— Bueno, creo que tengo más derecho a estar aquí que tú.

— ¿Disculpa? — Cuestioné, creyendo haberla escuchado mal.

— Soy su novia.

Sentí vergüenza al escuchar su respuesta. Era posiblemente uno de los momentos más incómodos que jamás había vivido.

¿Entonces si tenía novia? Vaya, la situación seguramente era demasiado extraña para ella, ahora entendía el por que de su actitud de perra, ¿y como no? Si ha encontrado a la vecina de su novio dentro del departamento de él DOS VECES.

— Oh, b-bueno... — Tartamudeé.

— Ahora, si me disculpas — La chica frente a mí asintió brevemente y señaló hacia la puerta con su mano.