CAPÍTULO 17

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Christian

Ana sale corriendo de la habitación. Mierda y mil veces mierda. No debí actuar así, maldita sea arreglar el problema ¿en serio Grey? A veces soy tan jodidamente idiota. Salgo detrás de ella pero no hay rastro de ella. Bajo rápidamente viendo que todos miran el jardín con curiosidad

- Tu – me fulmina Kate -- ¿Por qué mierdas Ana parece una loca corriendo por el jardín? – alza una ceja inquisitora

- Peleamos – corto caminando hacia el jardín

- No es buena idea – me detiene Elena negando  -- no se que paso, pero dale su espacio o será peor

- Déjala Grey esta molesta y si hablas con ella dirán cosas feas – suspira caminando hacia la cocina y sacando una botella de agua

Se que tienen razón, pero no quiero que piense mal de mi, bueno no es que lo que dije fuera muy lindo pero mierda. Kate deja la botella donde Ana la vea y la deja sola corriendo por el extenso jardín

- ¿Cuánto puede durar así? – pregunto preocupado

- En su vida solo lo ha hecho dos veces – me guía a las sillas cerca a la ventana – la primera cuando discutimos por Víctor, ella me quería proteger y la mande a la mierda, ese día corrió quince kilómetros seguidas pensé que se desmayaría, el reloj de su muñeca esta conectado con el móvil que nos dice cuanto tiempo y kilómetros ha hecho o esta haciendo – suspira mirando como corre a un ritmo constante – la segunda cuando – duda un poco – el día que murió Luke ella no quería que fuera pero él fue, se gritaron y corrió veintidós kilómetros, cuando él la llamo y arreglaron las cosas murió a las horas

- Mierda – jalo mi cabello exasperado

- Puede que dure hasta veinticinco, era una gran atleta en el colegio y universidad – se levanta caminando hacía las escaleras – no se que paso, pero eso la afecto lo suficiente para querer agotarse hasta desmayar

Nos  deja ahí mirando como mi nena corre sin inmutarse de su alrededor.

***
Camino nervioso por la estancia mirando como Ana no se detiene. Lleva veintisiete kilómetros, ya revise su maldito celular, como mierdas ese pequeño cuerpo aguanta tanto, solo paro tres segundo a coger la botella y beber. Miro el cielo y se comienza a nublar mas

- Debemos pararla – esta frase la he dicho mas de quinientas veces pero soy nuevamente ignorado

- Christian déjala – gruñe Kate comiendo su fruta

- Se va a desmayar, no a parado es que soy al único que le preocupa – gruño jalando mi cabello

- No, pero detenerla es como querer parar un tren – le resta importancia sacando una nueva botella de agua

- Yo se la llevo – se la rapo y salgo

Me quedo parado de frente de donde viene pero soy esquivando con rapidez y la botella arrancada de mis manos

- Ana – la llamo pero ni me pela

Suspiro y me colocó a correr a su lado, pues si ella sigue la acompañare. Me mira de reojo pero no dice nada. Las primeras gotas de lluvia caen sobre nosotros pero ninguno da tregua y sigue como si nada. Miro el reloj y ya Ana completo treinta kilómetros y yo tres y en definitiva me duelen las piernas. No lo resisto mas. Paro y me acuesto en el piso dejando que la lluvia me empape

- ¡Lo siento, cometí un error diciendo eso, pero me asuste! – grito jadeando

Maldición esta mujer me matara. Coloco un brazo sobre mis ojos y trato de respirar con normalidad

- ¿Por qué te asusto? – por fin paro y esta sentada a mi lado tomando agua, se ve agotada

- Nena paraste – sonrió sentándome a su lado – mi vida no es color de rosa y tenemos muchos problemas nena, tengo miedo de que si estas embarazada les hagan algo – acarició su mejilla

Nuestro Oscuro DestinoWhere stories live. Discover now