CAPÍTULO 20

180 27 1
                                    

Anastasia

La calma que siento en este momento es tan refrescante que no quisiera levantarme nunca más, se que debo enfrentar todo lo que me paso el día de ayer pero la verdad en este momento lo que menos quiero es aceptar lo sucedido, se que tengo que hablar con mis padres y hasta cierto punto los entiendo a todos, pero no era la manera y quizás lo tome peor por la forma en la que me entere, pero a decir verdad no creo que nunca haya sido un buen momento. Muevo mi cuerpo topándome con mi calientico amado, que fue lo más tierno y dulce del mundo. Estoy tan enamorada de él que no se que seria capaz de hacer por él. Abro lentamente los ojos encontrándome con su bello rostro dormido plácidamente a mi lado abrazando mi pequeño cuerpo, me zafó de su agarre lentamente evitando que se levante para hacer la llamada que se que debo de hacer. Tomo el móvil y suspiró una vez más para marcar el tan conocido número

- ¿hija? – parece sorprendida y feliz a la vez

- Buenos días madre, te llamaba para saber si nos podríamos reunir los cuatro y hablar – trato de sonar lo menos nerviosa posible

- Claro que si hija – solloza sin poderlo evitar – estaremos en una hora en la casa de Carrick para poder hablar mejor – propone y si realmente aquí me siento segura

- Muy bien, entonces no vemos en una hora, adiós – finalizó cortando la llamada porque siento que el corazón se me va salir del pecho

Es lo correcto, yo siempre he hecho lo correcto y esta no será la primera vez, se que ayer no estaba en mi mejor momento, puesto que han sido días difíciles, pero ya debo comenzar a avanzar porque no tuve una mala infancia, ni mucho menos malos padres

- ¿Qué haces levantada tan temprano? – siento su cálido aliento en mi oído y siento como todo mi cuerpo se eriza

- Hable con mi madre y vendrán con – Ray siempre será mi padre pero se que Franklin también lo es - no se como decirles pero por el momento Ray y Franklin para poder hablar todos con tranquilidad – le comento girándome encontrándome con su dormilona mirada y una sexy sonrisa

- Me alegra que te sientas mejor y hayas decidido hablar con ellos, es lo mejor en este momento – sonríe, pero noto algo que no descifro en su mirada

- ¿pasa algo? – lo cuestiono sorprendiéndolo

- ¿Por qué me preguntas eso? – parece un poco nervioso

- Se que pasa algo aunque no se que sea – alzó una ceja notando como la preocupación pasa momentáneamente por sus ojos

- No es nada – me da una sonrisa torcida – lo de Rodríguez me tiene pensativo y no se si ese animal planee algo, no quiero que nada te pase, además es enserio lo que te dije anoche tengo dos suegros cómo será eso – se cuestiona riendo tratando de ocultarme algo, pero lo dejaré pasar

- Bueno por Rodríguez se me defender que le den – le resto importancia – y lo de los suegros, no te harán nada grave creo – me burlo quitándome su camiseta quedando desnuda ante sus ojos – ahora me daré una ducha porque debo estar lista en una hora

Lo empujo juguetona porque lo deseo como una loca. Siento que gruñe a mis espaldas cuando me encamino al baño. Siento sus manos en mi cadera atrayéndome hacia el y parando mi marcha al baño

- Creo que debo acompañarte para ayudarte nuevamente como anoche – muerde el lóbulo de mi oreja haciéndome jadear

- A la mierda el baño – me giro empujándolo hacia la cama y subiéndome a hojarascas en él – te deseo y necesito, ayer fuiste muy dulce y te lo agradezco porque lo necesitaba, pero ahora te deseo y más de la forma tan terrenal que eres – beso su cuello sacándole un gemido ahogado – soy tuya Christian hazme el amor, duro y salvaje como solo nosotros sabemos disfrutarlo – le susurro en su oído

Nuestro Oscuro DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora